Llegó el gran día. Después de meses de preparación y mucho trabajo para tener organizado todo lo necesario, me despido de mi familia con un hasta luego, ya que el 23 de Junio nos veremos en Tromso (Noruega). Salgo con mal tiempo y así permanecerá todo el día. Debo cruzar toda Francia y al conducir de forma monótona por las autopistas, se disparan las primeras sensaciones de estar solo.

Intento pensar en todos los planes que tengo por delante y de cómo ir resolviéndolos, pero las imágenes de la despedida se me entrelazan. Será que no estoy acostumbrado al silencio.

Otro día de viaje, kilómetros, lluvia y atascos. Europa se nos queda pequeña. A pesar de las excelentes infraestructuras de carreteras, la densidad de tráfico supera los límites, lo que produce tapones en cualquier parte y sin motivo aparente. Minutos de espera y marcha hasta la siguiente parada. Hoy he pasado por Francia, Bélgica, Holanda y Alemania y en todos los sitios ha sido igual, ¡¡ atascos!! Ninguna otra cosa a resaltar.

A media mañana entro en Dinamarca y después de cambiar moneda y familiarizarme con los sistemas automáticos de surtidores de combustible a través de tarjeta, me he dirigido hacia el Oeste de Jutlandia, a un bonito pueblo llamado Ribe y que es probablemente el más antiguo de Dinamarca. Sus estrechas callejuelas y sus adoquines respiran historia, lo que junto a la cantidad de barcazas amarradas en la amplia entrada de agua que llega desde el mar, conforman un bello entorno.

Por la tarde, voy hacia la costa a un camping en Struer, ya que los más cercanos a Holstebro están llenos. Algo increíble en estas fechas, con el frío y viento que hace. Tendré que dejar para mañana la visita a esa ciudad porque parece recomendada. Esta parte de costa es famosa por sus playas de blanca arena, pero lo que yo he visto no merece la pena de comentar más.

Amanece lluvioso y con viento, el plan consiste en ascender hacia el norte por la costa hasta Skagen, que es la ciudad más al norte de Dinamarca. Hago una parada en Lokken, lugar de veraneo de muchos daneses. Es un pueblo que me ha recordado a las Landas francesas, dunas, largas playas y un par de calles llenas de tiendas de souvenirs. Lo que es totalmente diferente es el mar, totalmente en calma y sin ninguna ola.

Como curiosidad, al no tener puerto de amarre los barcos pesqueros los suben desde mar abierto a la arena de la playa, usando un intrincado sistema de oruga que cada barco lleva encima.

Después de esta visita continúo hacia Scagen a pernoctar en el camping Grenen que está cerca, a 2 Km. del centro ( Latitud: 57º 40,894 E - Longitud: E 10º 36,917 E).

Hoy he dedicado el día a visitar Skagen y sus alrededores. He alquilado una bicicleta al más puro estilo danés y me dado una vuelta utilizando los preciosos carriles dedicados. He ido hasta Grenen para ver la lengua de arena más al norte de Dinamarca.

También como se puede apreciar lo he dedicado a actualizar el web y contestar el correo electrónico, ya que en el camping tenían conexión a Internet, previo pago.

Mañana comenzaré a bajar por la costa este, que parece tener mejores paisajes.

A la vista de que la carretera no transcurría pegada a la costa y que el paisaje no aportaba nada especial a lo ya visto, he decidido continuar hacia Odense para visitar la ciudad en la que nació el famoso escritor de cuentos infantiles Hans Christian Andersen ( " El patito feo " y otros muchos cuentos famosos ).

He parado en el Camping Odense ( Latitud 55º 22.181' N - 10º 23.529' E ), el más cercano a la ciudad, a 3,5 km. y parada de Bus.

Por fin ha hecho un auténtico día primaveral de sol y calor, lo que ha hecho que todos los daneses salieran a la carretera. Es domingo y la circulación sobre todo de caravanas es impresionante, tanto de subida al norte como de los que retornan a Copenhague.

Tienen por costumbre sentarse a la puerta de la caravana y permanecer horas leyendo y hablando sin moverse, pero son muy amables y ya he hechos mis pinitos con el inglés. Pienso que les extraña verme solo y me hacen preguntas.

Hoy he cruzado el puente que te lleva a Sjaelland, donde está ubicado Copenhague. Un larguísimo puente de más de 14 kms. por encima del agua, que es un colosal proyecto de ingeniería y cuya obra parece que la he pagado yo. El peaje, me han cobrado a precio de autocaravana, 82,53 € al cambio, me parece desorbitado. No sé que será cuando pase a Suecia y Noruega.

Al mediodía he llegado al camping Absalon ( Laritud: 55º 40.276 N - Longitud: 12º 26.099 E ), muy bien ubicado porque a 10 minutos tienes una parada de tren que en 20 minutos te sitúa en el mismo centro de Copenhague.

He realizado mis tareas de limpieza y la primera colada de mi vida, que creo ha debido ir bien porque no se ha desteñido nada. Compré una minilavadora a la cual tengo mucho cariño y que pienso me va a ayudar en esa dura tarea, a pesar de las bromas de mi familia.

Después de comer me he acercado al centro a pasear por la zona comercial y recoger información para mañana dedicarlo a visitar la ciudad.

Ha amanecido un precioso día primaveral y con buena temperatura. Temprano he subido al tren para ir al centro y lo primero que he hecho es coger una bicicleta gratis de las que ponen a disposición de los turistas y demás. He seguido la ruta que me había marcado en el plano de la ciudad, previa selección de los puntos más interesantes.

Copenhague no da para mucho, en un día está visto, salvo que empieces a visitar todos los museos y hay muchos. He estado en el museo nacional por eso de echar un vistazo y la verdad es que no me ha gustado gran cosa.

Tampoco he podido resistir la tentación de ir a ver "la sirenita", y siempre descubres algo. Yo pensaba que estaba en mitad del agua por las fotos que había visto, pero realmente está en un paseo, eso sí, junto al agua y dentro de un entorno de paisaje no excesivamente acogedor.

He recogido los bártulos a primera hora de la mañana y me he dirigido para pasar a Suecia a través del túnel y puente que cruza el Oresun, con 16 Km. en total. El coste es proporcional al que pagué para llegar a Copenhague, es decir, todavía más caro. He comenzado la primera visita en la punta sur de Suecia hacia el Báltico, en un pueblo llamado Ystad. Un bonito lugar que permite pasar unas horas muy agradables paseando por sus adoquinadas y estrechas calles, mientras puedes admirar las casas perfectamente conservadas de mediados del siglo XVIII.

Después de comer, he seguido ascendiendo por la costa disfrutando de un paisaje verde y con muchas flores. Esta época es la ideal para recorrer este país, sobre todo, si te hace el espléndido día que me ha tocado.

Como se estaba haciendo tarde, me he quedado en un camping a la entrada de Karlskrona, donde he entablado conversación con un empleado libanés muy amable, interesado en avisarme que si paso por Rumanía, tenga cuidado con las bandas. Mañana visitaré esta ciudad y continuaré por la costa hacia el norte.

Siguiendo el plan previsto he ido a visitar Karlskrona, que se ha traducido en un par de horas de paseo por una ruta turística ya trazada y poco que ver. Salvo una zona costera en la que se internaba el agua en la ciudad formando recodos y áreas independientes, el resto no tenía ningún interés.

Por lo tanto he seguido rumbo a Oskarshamn, desde donde cogeré el ferry con destino a Gotland, considerada la mejor isla de Suecia. En este momento estoy esperando a que llegue la hora de embarcar.

La visita a esta ciudad tampoco aporta nada especial, a excepción de ser el nudo de comunicación con la isla.

Luce un precioso día. Llevo toda la semana con sol y te dan ganas de salir disparado para ver todo lo que hay por la isla. Hoy he comenzado por Visby que es la principal localidad, declarada Patrimonio de la Humanidad por su arquitectura medieval y por tener una muralla que envuelve el pueblo con más de 3 Km. de perímetro.

Se nota que el turismo empieza a aparecer. Todos los comercios y restaurantes con gente interesada en los atuendos y artesanía vikinga.

Me he dedicado a recorrer la muralla por el exterior, disfrutando de un entorno de película y con una temperatura veraniega de 25º. La visita me ha llevado todo el día y realmente puedo decir que he disfrutado mucho. Ojalá fueran así todos los días.

Ha estado toda la noche lloviendo pero ha amanecido con niebla, que después se ha ido disipando por zonas y quedando otro espléndido día. He hablado con mi familia y me comentan que en casa no hace más que llover, así que no tiene mucha lógica esto del tiempo respecto a la situación geográfica.

He recorrido la isla de sur a norte y tocando algo de la zona del interior, que es preciosa, plagada de bosques y grandes prados verdes. Me he salido de la carretera para ir a un sitio recomendado y he visto la funcionalidad del pickup, allí donde las autocaravanas normales no llegan, este vehículo te da total seguridad y confianza.

Me ha gustado esta isla porque condensa diferentes paisajes en un espacio reducido. He llegado hasta Faro, otra isla más al norte y que se cruza en un transbordador gratis, cosa nueva en Suecia. El destino era Langhammars, donde las rocas parecen haberse puesto de pie, formando un curioso paisaje en donde la costa es llana y sin acantilados.

Mañana bajaré por la costa oeste de nuevo hacia Visby, donde a la tarde embarcaré en el ferry de vuelta a la península.

Hoy es domingo y todo está cerrado, hasta el camping en el que he pasado la noche no atendía, así que siguiendo el consejo de un vecino sueco he salido ¡¡¡sin poder pagar¡¡¡, aunque es cierto que lo he intentado. El recorrido de retorno a Visby lo he realizando por la costa Oeste, que es algo más bonita pero no mucho.

Además el Báltico expelía un olor que no era nada agradable. He estado en algunos lugares que dicen ser de pescadores, pero este mar no inspira confianza para vivir de la pesca.

Al mediodía he llegado a la ciudad y he aprovechado que la Oficina de Turismo tiene conexión a Internet gratis, para desde la PDA actualizar el web y escribir a mi familia. He embarcado y estas anotaciones las estoy escribiendo en el barco, aprovechando un poco las 3 horas de viaje.

Cuando llegue a Oskarshamn, continuaré un rato por carretera hacia Estocolmo y pararé a dormir, en algún lugar acogedor de los muchos que existen en esta carretera.

Me he levantado temprano y he realizado el viaje a Estocolmo lloviendo. En cualquier caso el paisaje era precioso, grandes espacios abiertos con multitud de tonalidades verdes y algún que otro amarillo.

He llegado al camping Stockholm Angby sobre las 11 h. de la mañana (Latitud: 59º 20.264 N - Longitud: 17º 54-065 E), que, aunque no es una maravilla, está muy bien situado, a 400 m. tiene una parada de Metro, que en 1/2 hora te pone en el centro de Estocolmo.

Cuando iba en el Metro, he cogido el periódico para conocer el resultado de la Real, frente al Osasuna. Una pena y no quiero pensar mal respecto que algún otro equipo con dinero, haya utilizado las primas para dar alicientes. Después me he llevado una sorpresa muy agradable porque en el mismo periódico, aparecía un reportaje de Donosti a doble página invitando a los suecos a visitarlo y haciendo especial mención a los "pintxosbarer", así literalmente. Como es lógico me he llevado el periódico de recuerdo.

La tarde la he dedicado a encontrar la Oficina de Turismo, donde he sacado la carta Stockholmskortet, que te permite utilizar el Metro, trenes, acceder a multitud de museos y un par de excursiones en barco.

Ahora programaré el itinerario a realizar en los 3 próximos días que estaré aquí visitando la ciudad.

Este primer día en Estocolmo lo he dedicado a visitar la zona de Djurgarden, porque el día ha salido gris y qué mejor que visitar algunos museos que se sitúan en esa isla.

Por la mañana, un pequeño acuario muy bien ambientado pero con pocas especies, el museo al aire libre Skansen, ubicado en una bonita zona de bosque y que representa un poblado sueco del siglo pasado. Este museo tiene la particularidad de integrar un zoológico con algunas especies autóctonas, que lo hace algo distinto de los demás.

Después he estado en un museo que en principio era de trámite y porque estaba cerca. Su tema era el buque insignia Vasa, que se hundió a los pocos minutos de ser botado en 1628. Pues bien, es realmente espectacular ya que fue recuperado y se encuentra dentro del museo en una sola pieza de casi 100 metros de eslora. Un precioso recorrido con explicaciones de cómo vivían en la época, ha sido una revelación de algo que no parecía interesante.

También he visitado el parque de atracciones Grona Lund Tivoli, que no tiene nada especial e inferior respecto a los parques temáticos actuales.

Agotador recorrido de museos por Estocolmo, aprovechando un día gris. Desde primeras horas de la mañana me he dirigido a visitar el palacio de Drottningholms, residencia privada de los reyes de Suecia, porque estaba relativamente cerca del camping. Lo único interesante del palacio, para mi gusto, es su bonita arquitectura ubicada en un precioso río con grandes jardines.

A continuación y como turista que soy, he ido al Palacio Real, pero no he entrado porque con el anterior ya había tenido suficiente. He visto acercarse a un centenar de soldados a caballo para el cambio de guardia. Iban metiendo mucho ruido con trompetas y tambores, supongo que para atraernos a ver el acto. No he podido resistir tanto espectáculo y me he marchado.

El siguiente le ha tocado al museo Nobel. Realmente esperaba mucho más. Es un pequeño museo moderno, que explica con poco detalle cómo se produjo el premio Nobel y quién era. Poco más respecto a los ganadores y ninguna información de las investigaciones galardonadas.

Después de comer mis correspondientes bocadillos me he trasladado al Historiska Musset, porque había una muestra de la época vikinga. Esta visita sí ha merecido la pena, ya que la exposición estaba montada con muchos medios y muy bien explicada, lo que me ha hecho pasar un rato agradable.

Un día bastante duro culturalmente hablando, esperando a que mañana salga un buen día que me permita fotografiar esta preciosa ciudad en las mejores condiciones.

Al final Estocolmo no me ha querido regalar un día de sol. Hoy lo he dedicado a recorrer la ciudad buscando paisajes y edificios singulares, también he realizado un pequeño crucero en barco por algunas de las 14 islas sobre las que se asienta la capital.

En el camping he hablado con una pareja de jóvenes alemanes con los que había coincidido al embarcar con destino a Gotland y que llevan un pickup como el mío, pero de la marca Knaus. Ella hablaba algo de castellano y como al final, los que llevamos este tipo de módulos habitables, somos como un grupo especial dentro de los autocaravanistas, hemos estado comentando las características y la excelente funcionalidad que tienen.

Mañana dejo Estocolomo para dirigirme por el interior hacía el norte, a un pueblo que se llama Falun y que está en la zona de Dalarna.