A media mañana entro en Dinamarca y después de cambiar moneda y familiarizarme con los sistemas automáticos de surtidores de combustible a través de tarjeta, me he dirigido hacia el Oeste de Jutlandia, a un bonito pueblo llamado Ribe y que es probablemente el más antiguo de Dinamarca. Sus estrechas callejuelas y sus adoquines respiran historia, lo que junto a la cantidad de barcazas amarradas en la amplia entrada de agua que llega desde el mar, conforman un bello entorno.

Por la tarde, voy hacia la costa a un camping en Struer, ya que los más cercanos a Holstebro están llenos. Algo increíble en estas fechas, con el frío y viento que hace. Tendré que dejar para mañana la visita a esa ciudad porque parece recomendada. Esta parte de costa es famosa por sus playas de blanca arena, pero lo que yo he visto no merece la pena de comentar más.

Amanece lluvioso y con viento, el plan consiste en ascender hacia el norte por la costa hasta Skagen, que es la ciudad más al norte de Dinamarca. Hago una parada en Lokken, lugar de veraneo de muchos daneses. Es un pueblo que me ha recordado a las Landas francesas, dunas, largas playas y un par de calles llenas de tiendas de souvenirs. Lo que es totalmente diferente es el mar, totalmente en calma y sin ninguna ola.

Como curiosidad, al no tener puerto de amarre los barcos pesqueros los suben desde mar abierto a la arena de la playa, usando un intrincado sistema de oruga que cada barco lleva encima.

Después de esta visita continúo hacia Scagen a pernoctar en el camping Grenen que está cerca, a 2 Km. del centro ( Latitud: 57º 40,894 E - Longitud: E 10º 36,917 E).

Hoy he dedicado el día a visitar Skagen y sus alrededores. He alquilado una bicicleta al más puro estilo danés y me dado una vuelta utilizando los preciosos carriles dedicados. He ido hasta Grenen para ver la lengua de arena más al norte de Dinamarca.

También como se puede apreciar lo he dedicado a actualizar el web y contestar el correo electrónico, ya que en el camping tenían conexión a Internet, previo pago.

Mañana comenzaré a bajar por la costa este, que parece tener mejores paisajes.

A la vista de que la carretera no transcurría pegada a la costa y que el paisaje no aportaba nada especial a lo ya visto, he decidido continuar hacia Odense para visitar la ciudad en la que nació el famoso escritor de cuentos infantiles Hans Christian Andersen ( " El patito feo " y otros muchos cuentos famosos ).

He parado en el Camping Odense ( Latitud 55º 22.181' N - 10º 23.529' E ), el más cercano a la ciudad, a 3,5 km. y parada de Bus.

Por fin ha hecho un auténtico día primaveral de sol y calor, lo que ha hecho que todos los daneses salieran a la carretera. Es domingo y la circulación sobre todo de caravanas es impresionante, tanto de subida al norte como de los que retornan a Copenhague.

Tienen por costumbre sentarse a la puerta de la caravana y permanecer horas leyendo y hablando sin moverse, pero son muy amables y ya he hechos mis pinitos con el inglés. Pienso que les extraña verme solo y me hacen preguntas.

Hoy he cruzado el puente que te lleva a Sjaelland, donde está ubicado Copenhague. Un larguísimo puente de más de 14 kms. por encima del agua, que es un colosal proyecto de ingeniería y cuya obra parece que la he pagado yo. El peaje, me han cobrado a precio de autocaravana, 82,53 € al cambio, me parece desorbitado. No sé que será cuando pase a Suecia y Noruega.

Al mediodía he llegado al camping Absalon ( Laritud: 55º 40.276 N - Longitud: 12º 26.099 E ), muy bien ubicado porque a 10 minutos tienes una parada de tren que en 20 minutos te sitúa en el mismo centro de Copenhague.

He realizado mis tareas de limpieza y la primera colada de mi vida, que creo ha debido ir bien porque no se ha desteñido nada. Compré una minilavadora a la cual tengo mucho cariño y que pienso me va a ayudar en esa dura tarea, a pesar de las bromas de mi familia.

Después de comer me he acercado al centro a pasear por la zona comercial y recoger información para mañana dedicarlo a visitar la ciudad.

Ha amanecido un precioso día primaveral y con buena temperatura. Temprano he subido al tren para ir al centro y lo primero que he hecho es coger una bicicleta gratis de las que ponen a disposición de los turistas y demás. He seguido la ruta que me había marcado en el plano de la ciudad, previa selección de los puntos más interesantes.

Copenhague no da para mucho, en un día está visto, salvo que empieces a visitar todos los museos y hay muchos. He estado en el museo nacional por eso de echar un vistazo y la verdad es que no me ha gustado gran cosa.

Tampoco he podido resistir la tentación de ir a ver "la sirenita", y siempre descubres algo. Yo pensaba que estaba en mitad del agua por las fotos que había visto, pero realmente está en un paseo, eso sí, junto al agua y dentro de un entorno de paisaje no excesivamente acogedor.