Dentro de nuestra intención de ver cosas y lugares espectaculares , nos había ilusionado asistir al evento japonés definido como "Hanami" o "Cherry Blossom", por lo que hicimos coincidir en fechas y lugares lo que habíamos encontrado en Internet, como mejor opción dentro de las distintas alternativas de lugares.

La orografía alargada de Japón hace que la explosión de la flor de los cerezos tenga hasta cerca de 2 meses de diferencia entre islas del sur respecto a la de Hokkaido en el norte, por lo que elegimos esta última en la pequeña ciudad de "Matsumae" como nuestro punto de referencia para ver los cerezos. Además esta ciudad estaba avalada con el sobrenombre de " La ciudad de los 10.000 cerezos en flor". No obstante, llevábamos también otros lugares que estaban en nuestra ruta en los que podríamos ver otros entornos identificados como de gran belleza. Tal es el caso de "Hirosaki" y su festival "Cherry Blossom" en la zona norte de la isla de "Honshu", la principal de Japón y cercana a la de "Hokkaido".

Llegamos en tren procedentes de Tokio a primera hora de la tarde y nada más dejar las maletas nos fuimos a echar un vistazo al lugar anunciado en el que se celebraba el festival, junto al castillo. Íbamos sin grandes expectativas porque para nosotros el "Top" era "Matsumae", e incluso la época según nuestra información ya era un poco tarde,pero ya en las inmediaciones del parque comenzamos a vislumbrar lo que después sería uno de los paisajes más bellos que hemos observado en nuestro planeta. No nos lo esperábamos y nos causó tal impresión que mirábamos el entorno atónitos y casi sin hablar para no deshacer el impacto visual que nos llenaba.

Al día siguiente volvimos en otras 3 ocasiones: mañana, tarde y noche, porque cada vez la sensación era diferente y todo ello unido a que estábamos participando en una arraigada tradición de una cultura muy diferente a la nuestra, compartiendo sitio y comida, hizo que nos quedara un bellísimo recuerdo que no olvidaremos nunca.

También hay que decir, que después en "Matsumae" esperábamos que se repitieran estas sensaciones, pero no sucedió. Los "10.000 cerezos en flor" se quedaron en un par de cientos y aún cuando el paisaje del castillo era muy bonito, nosotros ya llevábamos dentro imágenes muy difíciles de superar.

Esto es lo que escribí en mi "Diario de viaje"