Uno de los primeros viajes que realizamos para disfrutar de la espectacularidad de la naturaleza fue al denominado "Grand Circle", en el que se concentran numerosos Parques Nacionales a cual más impresionante. En un área relativamente pequeña se pueden admirar auténticas maravillas muy distintas entre sí. Este anillo contiene los parques: Zion, Bryce cayon, Capitol Reef, Canyonland, Arches, Mesa Verde, Monument Valley, Antelope canyon y el Grand Canyon, que se puede dejar para el final y culminar con la maravilla natural num. 1 del mundo, un recorrido que se recuerda de por vida. Además hasta la propia carretera por la que circulas para trasladarte entre los parques es también impresionante y plagada de paisajes que te hacen parar continuamente para admirarlos.

Este viaje lo considero como el principal impulsor para todos los viajes posteriores que he realizado y que me brindó la oportunidad de ver en muy poco tiempo tantas maravillas de la naturaleza juntas, que me marcó de tal forma que siempre que organizo un viaje, el objetivo prioritario es encontrar los paisajes en los que la naturaleza ha puesto especial atención al modelarlos. Y la realidad es que es difícil de igualar tanta espectacularidad.

Para quien esté interesado en un precioso itinerario, nosotros realizamos la siguiente ruta: Plan de viaje , en el que incluímos un día de raftin por el famoso río Colorado.

Animados por las imágenes vistas del Río Colorado nos apuntamos en Moab a una excursión en balsa de un día de duración. Depende del día existen diferentes opciones de mayor o menor dificultad con los rápidos. En nuestro caso nos tocó el más suave y en un entorno y paisaje de película, pasamos un día muy agradable y no exento de riesgo. Tuvimos la oportunidad de pasarnos a un kayak y aún cuando el río presentaba exteriormente una apariencia relativamente tranquila, en su interior la corriente era enorme y con una gran profundidad en algunas zonas, lo que producía unas corrientes con fuerza extraordinaria.

Volcamos en la entrada a un rápido y debo decir que pasé un momento delicado ya que quedé atrapado un buen rato en un remolino interior, sin ver lo que le había ocurrido a mi acompañante (uno de mi hijos de 14 años). Estuve tragando agua hasta que el propio río me expulsó y me llevó corriente abajo cerca de 1 km. Mi hijo iba por delante unos 150 m. lo cual me tranquilizó. No deja de ser una anécdota pero sirve para reflexionar sobre la fuerza de la naturaleza, aunque permanezca aparentemente oculta.