Me encuentro en Arequipa, después de haber volado por la mañana desde Lima. Esta ciudad me ha recibido con un resplandeciente día, tal vez el más limpio desde que estoy en Perú, pero la temperatura es más baja que en la capital.

Nada más llegar me he dirigido al hotel " Casa de Ávila " que ayer mismo reservé vía Internet y que ha resultado ser un magnífico sitio, bien situado y con unas amabilísimas personas. Como tienen agencia de viajes propia, me han resuelto toda la programación de visitas que quiero hacer y de los billetes de los transportes para todos los días que me quedan en Perú. Han demostrado ser muy eficientes y empezaré mañana con la primera excursión de 2 días al "Cañón de Colca", que es el segundo más profundo del mundo, llegando a alcanzar los 3.191 m sólo superado por el "Cañón de Cotahuasi" que se le puede considerar su vecino y tiene 150 m más. Aunque me suele gustar hacer las cosas a mi aire, hay situaciones que aconsejan una organización mixta, porque de otra forma se requiere de más tiempo del que dispongo.

He visitado la Plaza de Armas y he comido de nuevo cuy. Me lo han ofrecido como plato típico y al finalizar, el camarero me ha dicho que le ha extrañado que lo hubiese comido tan bien, porque se requería cierta experiencia para dejarlo tan limpio como lo he hecho. Le he tenido que contar que ya lo había probado hacía unos días y que me había enseñado a comerlo una persona de Chachapoyas. Pero yo no conocía toda la historia de este plato. Cuando lo comí en Cajamarca me fijé que Doris hurgaba con el tenedor en la cabeza y sacaba un huesillo que lo dejó sin más en el plato y sin hacer comentarios. Yo no le di importancia y hoy me han contado que es el hueso de la suerte, en función de su forma puedes disfrutar de mucha felicidad el resto de tu vida. Aquí se le da mucha importancia a todo lo esotérico. La verdad es que yo no lo he mirado, porque debe costar sacarlo y no era cosa de estar en el restaurante peleándome con la cabeza del ratón. Lo que si me ha comentado el camarero riéndose ha sido ¡¡¡ vuestras mascotas aquí nos las comemos !!! supongo que por su parecido con los hámsters.

Por la tarde he visitado el importante monasterio de Santa Catalina que casi contenía un pueblo entero dentro, por su enorme extensión y por la cantidad de casas y salas que contenía. Al atardecer me he acercado al mirador de Yanahuara, desde el que se tenía una preciosa vista de los volcanes Misti y Chachani que se elevan por encima de la ciudad y son su baluarte.

Esta noche prácticamente no he dormido nada debido al frío que he pasado y eso que tenía 2 mantas. Ayer cuando llegué al mediodía al hotel, ya me dio la sensación de que hacía demasiado calor en la habitación y no se podían abrir los ventanales para ventilarla por temas de seguridad. La sensación que tengo es que el material que se utiliza para construir en Arequipa es volcánico y se llama piedra sillar, lo que no debe aislar bien el exterior del interior, porque de otra forma no se explica pasar de un horno a un frigorífico en pocas horas. El caso es que por primera vez en mi vida he tenido que echar mano de los calcetines y ponérmelos, cosa que realmente odio.

Por la mañana me ha dicho el recepcionista que había sido el día más frío del año, pero como tengo que volver hablaré de que me den una habitación más caliente o más mantas, porque otra noche en las mismas condiciones no sé si podré soportar.

Por lo demás, he iniciado el tour de 2 días, con un grupo de 21 personas de lo más variopinto: argentinos, peruanos, israelíes, franceses, canadienses, americanos / hindúes. Vamos, toda una representación internacional.

El cañón de Colca está a unas 7 horas de Arequipa y para hacer la visita en el día es una paliza. Sales a las 2 de la mañana y no sé a que hora volverás de regreso. Yo he optado por hacerla más tranquilamente porque últimamente me paso el día entre aviones y autobuses.

Hemos rodeado el volcán Chachani y en la zona de Patahuasi hemos alcanzado la altura de 4.970 m. Un poco antes habíamos parado para tomar un mate de coca y chachacoma, plantas de la zona que previene el mal de altura. De todas formas, nos hemos estado moviendo muy despacio porque se notaba falta de oxígeno y te cansabas enseguida. Después de parar varias veces para tomar fotografías de vicuñas y alpacas nos hemos dirigido al pueblo de Chivay, donde pernoctaremos esta noche. Desde este pueblo se ve el volcán Mixmi (distinto del Mixti en Arequipa) y que es importante porque en sus cumbres nace el río Amazonas. En principio con el nombre Quechua de Apurima y después va tomando otros nombres, hasta que cerca de Iquitos en la selva y con la aportación de varios ríos gregarios, toma el nombre definitivo de Amazonas.

Por la tarde nos hemos ido a unas termas naturales con agua a temperatura de casi 40º, donde te podías bañar. Yo he preferido dar una vuelta por los alrededores en los que había terrazas con trabajadores faenando. Estamos a 3.633 m de altitud y la temperatura baja en cuanto se va el sol, cuesta pasear por la altitud y notas que te falta la respiración en cuanto subes una pequeña cuesta.

En esta zona el idioma oficial es el Quechua y las mujeres visten con trajes típicos muy ornamentados por lo que parece que están de fiesta continua, utilizando unos sombreros blancos brillantes y plateados que brillan con el sol. Muchas de ellas llevan colgando a sus hijos en la espalda.

En resumen, un día con 2 nuevas sensaciones, el haber conectado con la cultura Quechua y donde mi ropa de esa marca causaba extrañeza, incluida mi mochila y la altura en la que estamos. Todo ello ha servido para avanzar en el camino hacia nuestro destino Colca. Mañana salimos a las 6 de la mañana para estar sobre las 8 y media en la Cruz del Cóndor, hora que tenemos que respetar si queremos ver volar a los cóndores.

Puntualmente y con un frío de -10º hemos salido de Chivay adentrándonos enseguida en el valle de Colca, viendo donde nacía el cañón que poco a poco va cogiendo profundidad. El valle está lleno de terrazas que en estas fechas invernales están sin cultivar, ya que sólo lo hacen en verano, época de lluvias. Nos ha contado el guía que en principio hay mucha agua, ya que diversos volcanes de la zona la aportan, pero que un presidente de la nación autorizó una canalización subterránea de más de 150 Km hasta Arequipa, desviando el agua y dejando sin irrigación el valle. También hemos visto algunas minas de cobre y zinc, cerradas por deteriorar la ecología y alguna otra mina que su ubicación hacía muy costoso el transporte de su producción, ya que la orografía en esta zona es muy dura.

A las 8 y media hemos llegado a la Cruz del Cóndor, donde el cañón tiene su máxima profundidad de 3.191 m, siendo el segundo en el mundo después de su vecino el Cotohuasi un poco más profundo y que está detrás. Pero esto tiene truco, porque nosotros hemos estado en su cota más alta del lado accesible y sólo tenía 1.200 m de profundidad. Los 3.491 m se los da un volcán que está enfrente y que si lo subes, entonces te sitúas a la altura que tanto se pregona. Por lo demás, el cañón es bonito y bastante cerrado, pero nada comparable al Gran Canyon, que será menos profundo pero mucho más impresionante.

Además, conscientes de ello, lo que aquí se "vende" como atracción, es el vuelo de los cóndores. El grupo que vive en Colca consta de unas 45 aves y realmente ha sido todo un espectáculo cuando se les ha ocurrido salir para deleite de todos los que estábamos allí. Al principio hemos tenido que esperar un buen rato y ya nos estábamos impacientando cuando han empezado a sobrevolarnos sin parar. Cóndores de 3 m de envergadura con una grácil forma de volar y dirigiéndose a lo alto del cañón a buscar comida.

Después hemos realizado una caminata de 1 hora y media por las terrazas del cañón disfrutando de una temperatura excelente porque el sol calienta mucho y a pesar de la altura parecía que nos acariciaba. Eso sí, nos hemos desplazado a cámara lenta porque algunas personas notaban mareos.

Hemos retornado a Chivay de nuevo para almorzar y seguido regresar a Arequipa, donde hemos llegado a las 4 de la tarde, dirigiéndome al mismo hotel " Casa de Ávila " para terminar de organizar el resto del viaje y ponerme a trabajar con la multitud de fotografías que he sacado y recuperar el día de diarios de viaje, ya que no me había llevado el ordenador y ahora lo estoy pagando trabajando el doble. No sé a que hora me iré hoy a la cama.

Mañana saldré en autobús hacia Puno que está situado en la orilla del lago Titicaca, donde pasaré un par de días conociendo las islas.

A las 8 y media he salido en un autobús de la empresa "Cruz del Sur", que tiene una moderna flota, con azafata y todo. El viaje ha durado 5 horas y nos han dado un bocadillo para almorzar y nos han puesto películas, por lo que ha sido como viajar en avión. De hecho, aquí las estaciones de autobuses de largo recorrido se llaman "terminales terrestres" e imitan los sistemas de embarque de forma similar, con zonas de espera, salas VIP, etc.

Con tanto servicio el viaje ha sido muy cómodo y he coincidido con un matrimonio argentino con el que había realizado también el tour a Colca. Ellos pasarán del lago Titicaca a Bolivia a través de Copacabana. Una simpática pareja con la que he congeniado estos últimos días

Me he trasladado al hotel " Don Julio " para dejar el equipaje y salir a patear Puno. Hacía una temperatura agradable y he subido a un mirador desde el que se divisaba todo Puno y una pequeña parte del lago Titicaca. Estoy a 3.890 m de altitud y de vez en cuando me da un poco de "soroche" como le llaman aquí al mal de altura. Normalmente no siento nada, pero a veces no siempre, subiendo escaleras noto que me falta la respiración y me paro.

Me ha extrañado ver en la lejanía unas grandes columnas de humo y según me han explicado se debe a que estaban quemando en las islas de los uros la "totora", juncos que crecen en la orilla del lago y sobre los que se construyen las islas flotantes. Cuando los juncos se pudren se deben reemplazar y parece ser que la quema produce una regeneración de nuevas plantas para ser utilizadas.

A última hora de la tarde he dado una vuelta por el muelle y he cenado pronto para volver al hotel. Mañana salgo temprano para estar durante 2 días en el lago, visitando las islas flotantes de los uro y durmiendo en la casa de una familia oriunda de la zona, sin luz eléctrica, mucho frío y pocas comodidades, pero es la mejor forma de conocer de primera mano estos modos de vida tan curiosos.

Hoy lo he pasado en el lago Tititaca. Hemos embarcado por la mañana con destino a las islas y lógicamente te relacionas con los de tu nacionalidad. Así he conocido a : Javier y Ludi, una pareja de informáticos que viven en Madrid, Diego, un peruano de Cajamarca que vive en Cataluña y Aitane, una joven agrónoma murciana que vive en Granada.

La primera parada la hemos hecho en las islas de los uros. Islas hechas de totora (juncos flotantes), en donde las hemos visitado y nos han enseñado cómo se construyen, que sin duda es una curiosa forma de adaptación al medio. Después de las lluvias las corrientes del lago impulsan hacia la superficie las raíces de totora que se han desprendido del fondo. Estas raíces que se cogen en capas de hasta 1 metro de espesor forman la base de las islas, uniéndolas entre ellas y anclándolas al fondo que está a unos 18 m de profundidad.

Las propias raíces se juntan con las de otras capas y se va formando la extensión de la base de la isla y sobre éllas se extiende la totora o juncos, creando así el asentamiento sobre el que después se construirán las casas e incluso algunos pequeños jardines, que también son de totora. Este junco da para mucho, puesto que también se come, siendo un alimento habitual de los uros que les protege del ineludible reúma, enfermedad muy común con esta forma de vida permanente en el agua.

Después hemos continuado hasta la isla de Amantani que es la segunda más grande del lago después de la boliviana isla del Sol y de la Luna. A mí me ha tocado junto con Aitane en una familia muy agradable, compuesta por los abuelos y una de las nietas llamada Marisa. Marisa tiene 21 años y es la única de las nietas que vive en la isla, sus padres y el resto de sus hermanos viven en Puno. Nos ha dado nuestras habitaciones y hemos hecho la primera comida que ha sido totalmente vegetariana, porque aquí no se come ni carne ni pescado. El menú ha sido: sopa de verduras, ensalada y tortilla con varios tipos de papas. Por último nos ha preparado un mate de muña que es una planta parecida a la menta, que crece en la isla y que con una ramita sola, da un sabor muy agradable al mate y además es incluso mejor que la coca para el " soroche" mal de altura.

A la tarde hemos subido a la cima de la isla ( 4.123 m ) según mi GPS, donde la naturaleza nos ha obsequiado con una maravillosa e inolvidable puesta de sol. Al fondo, la cordillera Real boliviana daba el toque que faltaba, un espectacular paisaje nevado sobre el lago.

Hemos cenado con la familia y nos hemos reunido después en el centro comunal, todos vestidos con las ropas de allí, un poncho y gorro que por la temperatura venían muy bien. Nos han enseñado a bailar sus danzas y después de un rato y una cerveza nos hemos ido a dormir con muchas mantas porque se espera una noche fría y aquí no hay calefacción, ni nada que se le parezca.

Mañana visitaremos la isla de Taquile y a la tarde volveremos a Puno.

Esta noche también he pasado mucho frío, hasta el punto de que me he tenido que poner un gorro de los que hacen aquí y que ayer se lo compré a Marisa, la nieta de la familia donde me acogen, porque lo había hecho a mano y es una forma de paliar el no haberles llevado un regalo, que parece que es lo normal y que yo no sabía. Me ha venido muy bien porque aunque debía tener una pinta infame, gracias al gorro he conseguido dormirme. Las mantas aquí lo único que hacen es pesar y a mí al menos no me calientan nada. Aitane me ha dicho que ella lleva saco y que es la única forma de en entrar en calor y poder dormir. A mí me sorprende un poco esta situación porque yo nunca he pasado frío en la cama, y he estado en multitud de sitios en la nieve, pero aquí es otra cosa. De una parte, el pésimo aislamiento de las casas y de otra, el pasar de 25º al mediodía a -7º en la noche en el mismo día, creo que a mi cuerpo no le da tiempo a adaptarse a estos cambios con la rapidez necesaria.

Hoy hemos visitado Taquile, otra isla algo menor que Amantani pero más verde y donde hemos visto pastar algunos animales. Hemos dado un largo paseo desde el muelle hasta la zona alta de la isla, que es donde se sitúa el pueblo y donde nos han dado un charla de cómo es la vida en la isla. Dentro de su historia nos han contado que el primer español que pisó Taquile fue un catalán llamado Pedro González y que por eso el traje típico de esta isla es similar al de los de Cataluña en España, y diferentes a los de la isla de Amantani de ayer..

Dentro de la demostración estaban varias señoras tejiendo y han empezado a reírse procurando no hacer ruido. Entonces nos hemos dado cuenta de que sus maridos que tenían que bailar sus danzas autóctonas para nosotros estaban borrachos, no uno sólo, sino por lo menos 3, y no se tenían en pie. Debían estar celebrando alguna fiesta porque por un altavoz también se oía la voz de una muchacha que aunque no se le entendía lo que decía porque hablaba quechua, la entonación le descubría que también estaba bebida. Eso sí, todos muy suaves y discretos, se tambaleaban de pie y se apoyaban en las casas, muy serios y con cara de querer hacer su trabajo, pero no poder. Sus mujeres seguían riéndose suavemente, por lo que parecía que debía ser algo bastante natural y que lo aceptaban sin más. La situación ha provocado risas y comentarios graciosos entre el grupo, pidiéndoles nosotros también "chicha" que es la cerveza hecha en la isla, para así ponernos también a tono y hacer cuadrilla, todo en un ambiente distendido. El único cabreado era el guía, que me imagino que les habrá armado la bronca en cuanto nos hemos ido.

Hemos comido en una campa bajo un radiante sol con vistas al lago y casualmente enfrente mío estaba sentada una pareja francesa que ha resultado ser de Bayona. Vamos que el mundo es un pañuelo. En todas las comidas que he realizado en las islas me han dado sopa de quinua, una especie de sémola muy fina que mezclada con varias verduras y papas, constituye la principal alimentación de aquí y que me ha gustado mucho.

Para coger la motora hemos tenido que bajar más de 500 escalones hasta el muelle, desde donde hemos regresado a Puno.

El grupo de españoles, salvo el peruano Diego que esta misma tarde viajaba a Cuzco hemos quedado para cenar en un restaurante y da la casualidad de que mañana viajaremos juntos a Cuzco en el mismo autobús y es que la ruta que llevamos es una de las habituales: Arequipa, Puno, Cuzco.

La ruta de Puno a Cuzco la he cubierto en un autobús de la compañía " Inka Express " que ha realizado paradas para que visitásemos lugares considerados de interés. Lo primero que diré es que esta vez me he equivocado en coger un autobús de este estilo, que es válido si tienes tiempo suficiente, pero en mi caso he llegado a Cuzco anocheciendo, a las 5 y media de la tarde, quitándome un tiempo precioso para ver la ciudad.

De todas formas no me quejo, porque he viajado con un simpático brasileño, abogado de profesión y con el que he estado prácticamente hablando todo el viaje. Hablaba muy despacio y así no he tenido problemas en entenderme con él, hasta el punto de que me ha dado su dirección para que cuando vaya a Brasil, le llame que me acompañará por el país. Es viudo con 2 hijos pequeños y le encanta viajar. Estaba muy interesado en conocer cómo vivíamos en España, nuestra economía y la política. Me ha contado como funciona Brasil y finalmente me ha preparado un mapa con los sitios más interesantes de Brasil, sobre todo en aspectos de naturaleza. Estoy seguro que continuaremos en contacto vía e-mail.

La primera parada la hemos realizado en Pukara con muy poco interés, al menos para mí. Hemos visitado un pequeño museo y nos han dado la chapa con la historia del lugar, que por lo que he apreciado a pocos les ha interesado.

A continuación hemos subido a La Raya, que está a 4.335 m de altitud. Prácticamente ya no noto la altura y parece que ya me he acostumbrado. A ver si también me pasa lo mismo con el frío que paso a las noches. El lugar era precioso con nieve cercana y unas montañas muy bonitas.

Continuando el viaje hemos parado a comer en la propia estación que tiene la empresa en Sicuani, sirviéndonos un buffet bastante bueno que estaba incluido en el billete.

La siguiente parada ha sido en Raqchi unas ruinas arqueológicas bastante importantes en donde hemos coincidido con un festejo y baile en la plaza. Esto ha sido lo que más me ha gustado, por el ambiente festivo que había y estaban todos los lugareños vestidos con sus trajes típicos.

La última parada ha sido en Andahuaylillas, en donde hemos visitado una iglesia llamada " Capilla Sixtina" y el nombre lo dice todo. Me ha parecido tan denigrante que en un pequeño pueblo exista semejante iglesia con pinturas, baños de oro y forja de plata en los altares, dando muestra de un poder religioso y una riqueza desmesurada respecto a la pobreza del exterior, que me he marchado y no he querido saber ni el nombre del que se le ocurrió construir semejante engendro y que lógicamente era español. No se podía sacar fotos y ni falta que hacía, porque es mejor no recordar estas exhibiciones de grandeza religiosa.

Hemos llegado a Cuzco y con pena me he despedido de Ludi, Aitane y Javier. A partir de ahora ya no coincidimos en el tiempo. He dejado el equipaje en el "hostal del Inca" y rápidamente me he acercado a la Plaza de Armas a sacar algunas fotografías, pero la poca luz natural existente, ha impedido conseguir plasmar la auténtica belleza que tiene esta plaza y no tendré oportunidad de hacerlo ya, porque mañana me marcho por el Valle Sagrado hasta el pueblo de Aguas Calientes, al pie del Machu Picchu.

He llegado a la Meca del turismo peruano y ya se ha notado la mano de esa raza de incompetentes que intentan por todos los medios aprovecharse del pardillo turista. Ocurre lo mismo en todos los países, en cuanto un lugar tiene una importante atracción turística, se instala esa sociedad de parásitos que sólo pretende ganar dinero fácil.

Trabajan en forma piramidal y no se sabe quien tiene la culpa de la falta de organización, retrasos en la salidas, programas que cambian, etc.

Hoy hemos salido 2 horas tarde con destino a Aguas Calientes, motivado porque han aparecido tarde unos maleducados israelíes. No he sabido el motivo ni me importa, pero hemos estado encerrados una pareja de alemanes, otra de argentinos y yo, en un coche en el que el chofer ha desaparecido a buscar no sé el qué, hasta que me he cansado y he llamado por teléfono a la agencia con la que organicé el tour y les he armado la bronca. Datos a tener en cuenta si se contrata una visita a Machu Picchu, no hacerlo con la agencia "Sumacpurikuy services", son un desastre, si no ellos mismos, los contratados por ellos para los servicios.

El viaje ha sido penoso aguantando apretujados a los últimos acompañantes israelíes que parecían no tener ninguna prisa, molestando en todo momento y oliendo mal. Más de 5 horas en furgoneta de las cuales 3 y media han sido por camino sin asfaltar, recordándome un poco a mi salida de Chachapoyas, que dicho sea de paso, me he enterado que la cosa se ha complicado mucho más, pues ha intervenido la fuerza pública y han sido muertos con lanzas varios policías. También he oído que se está preparando una huelga en el resto del país para finales de mes en apoyo a los indígenas, fechas en las que ya me habré marchado de Perú.

Pero por el momento aquí estoy en Aguas Calientes a donde he llegado después de coger un tren en el que he tenido que ir de pie durante cerca de 1 hora. En cuanto he dejado las cosas en el hotel me he acercado a la estación para ver que otras opciones tenía de vuelta, porque repetir este mismo viaje no me apetecía nada. Así que por muy poco dinero volveré en tren hasta Ollantaytambo en un par de horas y otra hora y media en taxi colectivo por carretera asfaltada hasta Cuzco. Debo asegurarme la vuelta porque al siguiente día por la mañana debo coger el avión a Lima. Lo que no entiendo es cómo no me hizo esta propuesta de viaje la agencia que contrat. De todas formas, ya he hecho las gestiones para que me devuelvan el dinero de la vuelta porque la haré por mi cuenta. y después de la bronca de esta mañana no me han puesto pegas. Además podré estar un par de horas más visitándo Machi Picchu porque al ser más corto el viaje he retrasado la vuelta.

Mañana saldré a las 4 de la mañana y subiré andando al Machu Picchu. Espero que merezca la pena después de este viaje tan desagradable en el acercamiento a las famosas ruinas.

Machu Picchu me ha ofrecido el mejor regalo que podía hacerme, especialmente porque se me estaba atravesando esta visita y me daba la sensación de que tenía demasiadas espectativas y me iba a decepcionar como otros muchos lugares famosos. Pero no ha sido así. Machu Picchu ha superado con creces la imagen que tenía tal vez porque he tenido la grandísima suerte de presenciar unas imágenes impresionantes, que probablemente no he sabido captar en toda su magnitud con mi cámara. El día de hoy me quedará en el recuerdo como uno de esos días en los que estás contemplando una de las maravillas de nuestro planeta, en la que se funde un entorno natural espectacular con la participación del hombre, creando un entorno inigualable y una civilización amparada en la naturaleza que pasó a la historia.

Si ayer fue todo el día un desastre, con un viaje muy incómodo sin necesidad alguna, hoy a pesar de haber tenido unos comienzos que presagiaban una continuación de lo mismo, la cosa ha cambiado y ha terminado tan fenomenal, que pienso que lo recordaré toda la vida.

El hotel y la organización del tour ha sido desastrosa. No he dormido prácticamente nada porque mi habitación daba a las escaleras de acceso y subía mucha gente dando voces. Cuando he conseguido dormirme ya me tenía que levantar. Hemos salido sin desayunar a las 4 y media de la mañana a oscuras y hemos comenzado la dura subida al Machu Picchu a través de escalones sin ver prácticamente nada. Ibamos Pedro el argentino y yo juntos porque nos hemos puesto de acuerdo en subir, Ariadna su pareja, ha preferido hacerlo en autobús. El guía ha desaparecido por delante y gracias a otros grupos que venían, algunos con linternas, hemos podido ir subiendo sin perdernos. Creo que he dejado el pabellón bastante alto porque ambos hemos conseguido coger un ritmo y a pesar de que ha sido difícil mantenerlo, debido a la estrechez del camino y a que hay mucha gente que va a tirones, resoplándote en el cogote como pidiendo paso, lo que nos ha hecho parar para dejarles paso, para después pararse ellos a los 20 m para descansar porque se asfixiaban. De nuevo los adelantabamos y se repetía la situación anterior varias veces, pero hemos terminado de los primeros del grupo.

Cuando hemos llegado a la entrada a la ciudadela, hemos esperado a que abrieran las puertas de entrada y ya había gente esperando. Querían ser de los primeros en entrar y ponerse en otra cola que hay que hacer si quieres subir al Waina Picchu, que es el peñasco grande que aparece en todas las fotografías y parte indivisible del entorno. Hemos entrado y han empezado las carreras para coger sitio en la otra cola. Sólo dejaban subir 2 turnos de 200 personas. Bien, ha sido un momento clave en el que debía tomar la decisión de subir al Waina Picchu o irme con el guía en la visita clásica. Mientras hacía cola me he estado enterando de cómo funcionaba el sistema de acceso. Si no consigues entrar en el primer turno, debes esperar en la cola para el segundo turno de las 9 h, es decir 2 horas, así que no puedes aprovechar ese tiempo. Por otra parte y aunque me apetecía mucho subir porque hay una bonita vista, el tiempo estaba con nubes muy cerradas y no se veía nada. Además he pensado que el Waina Picchu es una de las partes principales del entorno y la más importante en las fotografías de la ciudadela, por lo que si estás en él, no sale en las fotos. Así que con estas reflexiones he abandonado la idea de subir y me ha acercado al grupo en el que el guía estaba dando explicaciones acerca de la civilización de los incas. Estaba amaneciendo y de pronto ha salido el sol, empezando a subir las nubes del fondo de las montañas y poco a poco, despejándose. El momento me ha parecido mágico, por lo que he decidido despistarme y disfrutar a mi aire del espectacular momento, tomando toda serie de fotos. Además la masa de visitantes todavía no había llegado y los que estaban dentro, permanecían en la cola del Waina Picchu, por lo que he disfrutado al máximo de un entorno que emitía cierta espiritualidad en el silencio que me rodeaba.

El tiempo que ha durado la salida del sol y la disipación de las nubes ha sido el mejor momento del día. El sol bañaba de refilón un entorno de peñascos que iba apareciendo como por arte de magia, formando escenas que no me extraña que inviten a hablar de conceptos como ¡¡¡ carga de energía !!! y otros parecidos, porque el sol ha jugado un papel esencial descubriendo poco a poco un entorno realmente espectacular.

Creo que he asistido a uno de los mejores amaneceres que se pueden ver en Machu Picchu y he podido contemplar el descubrimiento de un maravilloso entorno, difícil de igualar en nuestro planeta.

El resto de la mañana lo he pasado recorriendo a fondo la ciudadela y alejándome por el "camino del inca", buscando las mejores imágenes según mi entender.

He bajado a Aguas Calientes con tiempo para comer tranquilamente y he encontrado un sitio que servían Cuy, así que me despido de Perú a lo grande y con sus 2 mejores ofertas: Machu Picchu y Cuy.

La vuelta en tren ha sido también muy buena. Ayer empleé en venir 10 horas y media, mientras que en volver a Cuzco he tardado 3h. Sí, así como suena, ayer el viaje lo hice conforme a la oferta de agencia en la que no te explican bien todo y hoy lo he hecho por mi cuenta. Hace un rato me han llamado de la agencia preguntándome que tal lo había pasado y no me he cortado en reiterarles lo que pensaba de su oferta y cómo me he buscado la vida y lo que me ha costado, además de la calidad de los hoteles. He venido de Aguas Calientes en el tren más barato llamado Bakspace y después he compartido un taxi hasta Cuzco con una pareja de Noruegos, costándome 15 soles (2,5 €) una carrera de 90 km, pagando claro está, el sobreprecio que por ser turista te cobran.

Ruta = Aguas Calientes / tren a Ollantaytambo / taxi colectivo a Cuzco

En fin, mejor olvidar el tema y también olvidar algo que ya me cuesta más, el "latrocinio oficial" que supone todo lo que rodea Machu Picchu. La entrada cuesta 120 soles ( 30 €), para hacerse una idea, el equivalente a 6 cenas normales de aquí. Un refresco 15 soles, como recorrer 90 km en taxi. Y el autobús de bajada de Machu Picchu a Aguas Calientes, como sólo hay 2 tipos de tíquets, de subida o subida/bajada, yo que he subido andando, al coger el autobús de bajada, también he pagado la subida como si lo hubiese utilizado. ¡¡¡ listos planteando las tarifas !!! Así es todo aquí, como también lo es en alguno otros países con grandes atracciones turísticas que todos conocemos: Egipto, etc....

Mañana cogeré un avión a Lima, para pasar los últimos momentos de mi estancia en Perú.

He vuelto a Lima con la compañía Star Perú que es una buena alternativa a Lan en cuanto a precio, al menos, en trayectos que cubren ambas. El vuelo ha transcurrido sin problemas, salvo la histeria que le ha entrado a mi vecina cuando llegábamos y no por motivos visibles de intentar en vano amoldar toda su masa en el asiento, ni por miedo al aterrizaje, sino que según me ha dicho, se había dejado el bolso con todo el dinero y documentación en la puerta de embarque de Cuzco.

He venido al hostel " The Inka Lounge " que utilizo cada vez que estoy en Lima, porque me tratan muy bien y está en el barrio de Miraflores, junto al mar.

He salido a dar una vuelta por una zona que no conocía y que marcaba en la guía con un parque japonés. Bueno, de japonés tenía lo mismo que yo, o menos. He vuelto bastante pronto al hostel porque hoy tenía mucho trabajo por hacer: seleccionar las mejores fotos de las muchísimas que saqué en Machu Picchu, preparar el reportaje fotográfico y escribir el diario de viaje me ha llevado mucho tiempo. Así que nada especial que contar hoy.

Mañana iré a conocer la zona de Barranco tambien en la costa porque hasta la noche no cojo el avión a Miami.

Este último día en Perú ha sido de transición y sin nada que contar. He estado en la zona de Barranco que es residencial y su orientación en la costa con playas, hace que sea muy visitada. Cuando volvía por el malecón he visto decenas de jóvenes haciendo parapente como si fuese la mar de sencillo. Parece ser que estos acantilados son algo especial para este deporte. Se ponen de pie en el suelo, levantan un poco el parapente y la corriente que entra del mar hace todo lo demás, se elevan estando parados y vuelven a posarse sin problemas. Incluso estaban practicando la forma de subir 5 metros y bajar de nuevo sin desplazarse.

Por la tarde he dado un último paseo por el centro de Lima y he intentado llegar a la Plaza de Armas, porque me parece una de las más bonitas de América Latina, pero no lo he conseguido. Había una gran manifestación de apoyo a los indígenas de Bagua y la policía tenía cortado el acceso. También me han comentado que ya se habían realizado algunas cargas contra los manifestantes empleando gases. Así que ante esta situación he salido rápidamente de la zona, porque no me puedo permitir quedarme encerrado y perder el avión.

El vuelo sale a las 23:30 h y mientras espero en el aeropuerto, he aprovechado para cerrar mis comentarios sobre mi visita a Perú y terminar mi pequeño reportaje fotográfico sobre Lima, ya que lo he ido completando a lo largo de las 3 veces que he recalado en la capital.

Mi visita a Perú la considero como otra de las grandes experiencias de mi viaje por los distintos países de nuestro planeta. Aunque no he podido terminar de ver las zonas de Huaraz con sus magníficos paisajes montañosos, la costa noroeste de Mancora llena de playas, y Puerto Maldonado con su parte selvática.

No obstante, creo que me he hecho una idea de la diversidad de culturas y formas de vida que componen Perú, junto a los diferentes entornos y paisajes, en los que la selva amazónica y los Andes representan impresionantes puntos geográficos dotados por la naturaleza.

Comencé por Iquitos visitando el río Amazonas y debo decir, que aunque nunca había tenido especial interés en conocer este río ni la selva, realmente me ha encantado experimentar la forma de vida que se desarrolla en torno a este majestuoso y venerado río, en el que diversas tribus indígenas viven al son de sus crecidas y épocas secas perfectamente adaptadas, y en el que las canoas de tronco vaciado son un elemento imprescindible para trasladarse y pescar.

Mi posterior visita a Tarapotos y Chachapoyas como un peruano más, me hizo ver la riqueza y amabilidad de esta gente y como es capaz de subsistir feliz con un mínimo de recursos. Aquí me ha tocado vivir una durísima huelga de protesta indígena contra el gobierno, que aún dura al día de hoy y que se ha complicado hasta el punto de que se está preparando a nivel nacional acciones de apoyo a los indígenas. Conseguí salir gracias a la ayuda de la familia Jiménez que me acogieron en un trepidante viaje por las montañas de los Andes, con un ¡¡¡ subidón de adrenalina !!! que me duró las 20 horas de viaje que duró la travesía hasta Trujillo. A esta familia agradezco de todo corazón como me salvaron el viaje, incluido a Carlos hijo de Doris, que me impresionó por su pericia al volante y forma de conducir por los estrechos, tortuosos y peligrosos caminos de la alta sierra andina. Con ellos aprendí a degustar el cuy, roedor parecido al hámster considerado un plato típico de Perú.

Ya en la parte sur, Arequipa y el cañón de Colca fue otra bonita experiencia, donde ya tuve relaciones con integrantes del grupo en el que iba y donde el contacto humano tuvo también su aspecto positivo.

Mi breve estancia en el lago Titicaca fue una parte especial del viaje, en la que pude participar de forma directa en la vida diaria de los pobladores de las islas. La visita a las curiosísimas islas flotantes de los uros, la simpática relación con los paisanos: Javier, Ludi, Aitane y Diego, un peruano afincado en Barcelona y con quien coincidiría posteriormente en Machu Picchu, más la estancia en la isla Amantani con la familia de acogida en la que Marisa la nieta, fue nuestra anfitriona, fueron los 3 aspectos más importantes y de los que mejor recuerdo tengo.

Por último, Cuzco y Machu Picchu. Éste es otro Perú, el del turismo masivo y donde abundan: las agencias de viaje con pocos escrúpulos, los hoteles malos y caros, y donde te sientes timado constantemente. En definitiva, donde hay que tener mucho cuidado. No suele ser mi estilo dar consejos, porque no todos somos iguales ni nos gustan las mismas cosas, pero creo que después de visto lo sucedido aquí, se debe decir lo siguiente:

- 2 días son suficientes para ir desde Cuzco a Machu Picchu, pasando y visitando el Valle Sagrado y volver. Cosa que yo no conseguí hacerlo y después me reconocieron en la agencia que sí hubiese sido posible.

- El itinerario que yo haría si volviera, sería: salir por la mañana temprano bien en un coche alquilado, cosa factible por precio o que una agencia se lo haga, o también negociar con un taxi porque son muy baratos, una excursión de mañana y parte de la tarde por los puntos interesantes del Valle Sagrado: Pisac, Calca, etc. terminando en Ollantaytambo.

- En esta ciudad coger el tren de " Peru Rail " que en hora y media ó 2 h te deja en Aguas Calientes, donde está lleno de hoteles para pasar la noche. También se puede llevar reservado desde Cuzco.

- Levantarse muy temprano y subir andando oen los primeros autobuses que suben en media hora a Machu Picchu.

- Decidir si se quiere subir a Waina Picchu y sobre todo, ¡¡¡ no perderse el amanecer !!! con las nubes elevándose desde el fondo del valle y pasar el resto de la mañana visitando la ciudadela, sacando muchísimas fotos, porque salen bien hasta sin querer..

- Bajar al mediodía a Aguas Calientes para comer un cuy, si no te importa que sea un roedor.

- Coger el tren de vuelta a Ollantaytambo, a poder ser de los económicos como por ejemplo el llamado Backspace, que una de sus salidas es a las 14 h y después un taxi a poder ser compartido hasta Cuzco, empleándose 3 h y media de viaje en total. Los precios son más que razonables y habrás conseguido el mejor y más rápido camino para disfrutar de este maravilloso entorno sin cabrearte, ni sentirte manejado.

Al margen de todo esto, Machu Picchu me ha parecido realmente extraordinario por su espectacular naturaleza, la belleza de la ciudadela encajada en este entorno y por la influencia que el sol ejerce en todo el sitio.

Y por último, la cantidad de fotos y las muchas horas de trabajo que me han llevado los reportajes de este país, son una muestra de que tenía mucho que ofrecer.

Con todo esto no me cabe duda que volveré de nuevo a Perú.

Después de una noche en vela debido a que el vuelo se ha retrasado 5 horas, he cambiado totalmente de entorno, empezando por un enorme calor unido a una agobiante humedad. Lo que más me ha sorprendido ha sido la fácil entrada en los Estados Unidos. Otras veces, aunque yo no he tenido nunca problemas, he visto a mi alrededor nerviosismo y personas que volvían de los puestos de control de inmigración, porque se les exigía presentar algunos documentos más. También me ha sorprendido que no hubiese ninguna alusión a la gripe porcina, ni preguntas relativas al tema, cosa que en Perú se sentía una gran sensibilidad a controlar el origen de los que entraban en el país.

El cambio de cultura es enorme. Te das cuenta cómo en unas pocas horas, pasas de problemas de subsistencia como la de los indígenas, a la opulencia. Música a tope en la calle, gays cogidos de la mano, preciosas motos circulando y bebida, muchísima cerveza consumida por vociferantes y enormes jóvenes, que por lo que he podido comprobar y con problemas no ya de sobrepeso sino de auténtica obesidad, siguen acuciando cada vez más a esta sociedad.

He cogido el coche en el aeropuerto y he cambiado el sistema de GPS por el de Tom Tom, lo que se agradece muchísimo. He programado la ruta a los Cayos de Florida y he salido de Miami sin problemas. El retraso me ha hecho modificar el orden de los destinos a visitar aquí. Hoy ya no tenía tiempo de visitar el Parque Nacional de los Everglades con tranquilidad, por lo que lo he dejado para mañana.

Me he dirigido hacia West Key, que es el último cayo del continente y muy cercano a Cuba. De hecho está más cerca de la Isla que de Miami. He pasado por el famoso Cayo Largo, de la película de Humphrey Bogart, que no tiene nada de especial, porque es pequeño y sin ningún interés. Bueno, en realidad ninguno de los cayos tiene nada que ofrecer, salvo actividades acuáticas en un mar que es una balsa. Dicen que el submarinismo que se puede hacer aquí está muy bien, pero por el entorno que he visto a mí no me lo parece.

He comido en un Burger King mi primera hamburguesa de este viaje. El cambio de gastronomía a peor ha sido otro de los cambios que he experimentado hoy. Posteriormente, he tenido que parar debajo de un árbol porque me estaba durmiendo al volante. Normalmente suelo poder controlar estas situaciones, pero hoy después de estar toda la noche entre el aeropuerto y el avión, se me cerraban los ojos. Me imagino que la hamburguesa también ha contribuido lo suyo. Después de dormir 10 minutos he continuado el viaje llegando a West Key a media tarde. He localizado un motel y tras una ducha para quitarme el calorazo que hacía, he salido a dar una vuelta por esta ciudad.

Lo único de interés que he visto ha sido una bonita puesta de sol, que aquí es la principal atracción del atardecer. Muchísima gente ha ido a las terrazas de los bares de la costa, porque parece ser que un atardecer sin cerveza no es lo mismo. Gritos, cánticos y hasta una boda clásica americana, con sus vestidos horteras y ¡¡¡ uniformes !!! de los padrinos y madrinas, he podido ver cuando realizaban la sesión de fotos en unos jardines. Vamos, todo muy americano. Un brutal cambio que de entrada pienso que no ha sido para mejor. El aumento del precio que ya he podido comprobar tampoco me ha gustado demasiado, pero espero que sea sólo en esta zona turística. Me sentía más cómodo en Perú, pero me adaptaré sin duda al nuevo y desarrollado estilo de vida.

He retornado de los cayos hasta la península y en Homestead he tomado la dirección hacia el Parque Nacional de los Everglades, acercándome por el acceso de Shark Valley, porque he visto que esta entrada tenía un recorrido de 2 horas en tren por el parque y es la mejor forma de conocerlo rápidamente y tener una visión de conjunto.

De camino por la carretera, he ido viendo anuncios de tours con hidrodeslizadores, curiosas embarcaciones con grandes hélices que parecen ventiladores, lo que les permite navegar en zonas con mucha hierba a flor de agua y que aparecen en muchas películas. Me he apuntado a una excursión y mientras esperaba la hora de salida, como era hora ya de comer he probado el aligator. Tiene la textura de la rana, pero algo más dura y su sabor no está mal. He realizado la excursión viendo algunos aligatores en el camino y lo único destacable de todo ha sido, el penetrante ruido que meten las hélices y la suavidad en el deslizamiento.

El paisaje que he visto no presentaba ningún interés, pero como todavía no había llegado al Parque Nacional, en donde precisamente están prohibidos estos hidrodeslizadores, he pensado que probablemente mejoraría la vista y he continuado mi camino. Ya en la puerta de acceso he tenido la suerte de llegar justo a tiempo para coger el último tren de recorrido del día. Lo de tren es un decir, era como el "Chu Chu", pero en grande. Dentro del parque, el paisaje no ha mejorado nada, llegando a la conclusión de que su importancia se debe en el cuidado de un ecosistema con muchas especies en su fauna (especialmente fieros mosquitos que se comen el repelente como si nada) y con muchos peligros de deterioro al encontrarse tan cerca de la urbe de Miami. Una auténtica ¡¡¡ chapa !!! que ha durado 2 horas y a la que nos ha sometido el guía, una señora que no ha callado ni un momento en todo el tiempo, hablando con una rapidez extraordinaria y sometiéndonos a constantes preguntas, por eso de hacer participar al público atrayéndolo a la causa común de preservar el lugar de tanto deterioro. Del cual, parecíamos culpables nosotros directamente, por el tono de acusación que ha empleado. Lógicamente, ante lo que me costaba seguirle y el poco interés que tenía, he ¡¡¡ desconectado !!! y me he puesto a pensar en mi próximo destino. En definitiva, la visita no ha sido lo que yo esperaba de este parque tan famoso, ni tiene la espectacularidad de los muchos y preciosos Parques Nacionales que hay en Estados Unidos.

Después de esta mediocre experiencia me he dirigido a Miami Beach, para conocer el famosísimo destino turístico de millones de personas y escenario de todo tipo de series de televisión. Gracias al GPS he llegado de tirón hasta el " Hotel The Clay ", recomendado por Lonely Planet y que está situado en pleno centro de Miami Beach, en la Washington Ave., con unos excelentes precios.

Sólo me ha dado tiempo para dar una vuelta por las calles cercanas, pero ya he podido comprobar el ¡¡¡ neón !!! de los edificios y el extraordinario ambiente de miles de personas cenando en las terrazas. Mañana lo dedicaré a visitar tanto el centro de Miami, como Miami Beach y sus playas.

Esta mañana me he dedicado a ajustar los próximos viajes que tengo dentro de Estados Unidos, cancelando reservas de coche y reservando a su vez algunos hoteles que los había dejado pendientes. El motivo ha sido que en principio tenía previsto moverme en coche para visitar los alrededores de las ciudades, pero como sólo tengo un par de días completos en cada una, los dedicaré a visitarlas con mayor profundidad. He echado en falta algún día más en Miami, no porque me parezca un sitio estupendo, sino que como hoy es domingo me he encontrado el centro de la ciudad vacío.

Quería visitar el Downtown y concretamente el barrio de "Little Havana", que es el auténtico barrio donde viven los cubanos, con todo lo que implica de ritmo y música callejera. Después de emplear mucho tiempo en el desplazamiento en autobús de línea, no he podido disfrutar del ritmo cubano.

Un tema me ha sorprendido en el autobús. Las 2 veces que lo he cogido, he visto varios jóvenes en silla de ruedas, para lo que los autobuses están perfectamente preparados con rampas hidráulicas y lugares especiales dentro para acoger al numeroso colectivo de incapacitados que se ven. Los jóvenes no presentaban síntomas de enfermedades y estaban en los veintitantos años, por lo que he deducido que debían ser excombatientes de la guerra de Irak. Lo que más me ha sorprendido ha sido encontrarme con 2 en cada viaje, lo que quiere decir que en Miami tienen que residir muchos heridos de la guerra actual.

He vuelto a Miami Beach y he ido a visitar la zona de Ocean Ave., donde está el llamado Distrito Histórico de Art Deco. Esta zona está considerada muy importante por concentrar el mayor número de edificios diseñados con esta arquitectura en el mundo. Y realmente son preciosos, presentando una cara muy limpia y recién pintados con colores. Se nota que aquí corre el dinero y miman estos diseños.

Miami me ha gustado más de lo que esperaba. Todo está limpísimo y muy cuidado, y a pesar de tener muchos rascacielos, éstos son de diseños que no dan sensación de agobio. Se puede decir que Miami es un buen modelo de ciudad de rascacielos.

Mañana cogeré un avión con destino a Nueva Orleans, mi próxima visita en el pequeño recorrido por ciudades norteamericanas.

He cambiado de Estado y hoy he llegado a Nueva Orleans en Luisiana. El calor es sofocante debido a la humedad. En el aeropuerto he cogido un autobús que me ha dejado en la puerta del hotel Canal Street Plaza. Al entrar en la recepción me he cruzado con un grupo de travestis, con aspecto muy cutre y me ha dado por pensar ¡¡¡ en dónde me he metido !!!. Desde luego su aspecto no inspiraba confianza y su actitud provocativa no se parecía en nada a mi anterior experiencia con travestis en la isla de Ko Chang de Tailandia, donde la finura, educación y el trato, te hacía sentir mucho respeto hacia ellos.

He salido a comer algo por las cercanías y he podido comprobar que todos los transeúntes eran de "color". El término "color" lo empleo por educación, pero realmente eran negrísimos, nunca había visto este color de piel tan oscura. Supongo que descendientes de los esclavos africanos traídos por los franceses y que no se habían mezclado con otras razas. En esta zona se aprecia muchos edificios abandonados consecuencia parece ser del "Katrina", que hizo que mucha gente haya cambiado de ciudad de residencia por temor a nuevas catástrofes naturales.

Cuando volvía al hotel para hablar con mi familia, se me ha acercado una persona que lucía en su camiseta el anagrama de seguridad y me ha comentado que tuviese mucho cuidado porque la zona tenía una alta tasa de delincuencia, apoyándose en gestos de utilización de pistolas y demás. Incluso me ha acompañado a mi habitación, abriéndola y comprobando de que no había nadie dentro. Tal vez tenga razón en sus afirmaciones, pero por su aspecto tampoco él inspiraba mucha confianza.

Después he salido a tomar contacto con la ciudad y he cogido un tranvía que me ha llevado hasta la orilla del río Mississippi y desde allí lo he bordeado un rato para llegar al famoso Barrio Francés. Era media tarde y seguía viendo poca gente por la calle, principalmente blancos y los únicos de color eran los enormes y corpulentos "atraeturistas" que en las puertas de los locales de bebidas, llamaban a gritos a los que pasábamos intentando que entráramos en su local.

Lo que he visto del Barrio Francés, no me ha llamado especialmente la atención, es una zona decadente que suele quedar muy bien en las películas, cuando los protagonistas son perseguidos por los ¡¡¡ malos !!! y tienen que sortear como pueden la muchedumbre que abarrota las calles, bebiendo y bailando como en un carnaval. La realidad y la vida cotidiana es muy distinta, las calles las he visto casi vacías que debe ser lo normal, por lo que son bastante tristes, e incluso los muchos bares dedicados al turismo son oscuros y ruidosos. Posiblemente por la noche cambie el panorama pero no lo creo, ni me he quedado a comprobarlo, porque los riesgos a los que te expones aquí son muy importantes.

Mañana visitaré otras zonas de Nueva Orleans y me apuntaré a alguna excursión si encuentro algo interesante.

Sensibilizado con el tema del índice de delincuencia en Nueva Orleans, he ido temprano a visitar el parque de Louis Amstrong, porque es otro de los puntos en los que te avisan de andar con cuidado por los atracos. Esto de la inseguridad ya me está empezando a cansar, porque es muy desagradable estar constantemente con los ¡¡¡ 8 sentidos alerta !!! 3 más de los que tenemos habitualmente, y que los adquieres pienso yo viajando mucho y vigilando todo cuanto te rodea. La verdad es que el lugar estaba la mar de tranquilo, incluso me ha gastado alguna broma el barrendero del parque cuando me he fotografiado con la estatua del trompetista, pero como me la ha dicho en inglés y no la estaba esperando, no me he enterado del significado, pero su agradable sonrisa me lo ha hecho saber.

Así que tranquilamente me he ido a desayunar a un enorme delhi, que tenía más de 200 mesas con cubiertos y una sola ocupada, la mía. Así es todo aquí, en esta calle están las grandiosas torres de los hoteles: Hilton, Marriot, Sheraton, etc. y tienen que estar vacío, supongo que a la espera de mejores tiempos.

El siguiente punto al que me he dirigido ha sido al City Park, para lo cual he tenido que coger un tranvía y con la suerte de que su trayecto acababa allí. Hay pocos servicios de transporte colectivo, con transbordos continuos y un curioso sistema de pago: además de tener que llevar el importe justo, si después tienes que hacer un transfer a otro tranvía se lo tienes que decir al conductor, que te cobra 1/4 de dólar más y te da un tíquet que te sirve para el siguiente tranvía. Es una forma de ahorrar que ya he experimentado, porque me dedico a observar lo que hace la gente cuando sube.

Este parque, realmente no tenía ningún interés y he tardado poco en darme la vuelta y volverme para coger el tranvía de vuelta. Llevaba la mochila y la cámara fotográfica en su funda aparte y me he sentado en un banco a esperar. Cuando llevaba un rato he sentido mucha sed y he visto a unos 300 m una gasolinera, por lo que me he levantado y he ido a comprar agua. He vuelto y todavía no había aparecido el tranvía y me he sentado en otro banco desde el que veía mejor su aproximación. He esperado otro rato hasta que al final ha aparecido, levantándome para acercarme a la parada. He pasado por delante del primer banco y entonces he visto que allí estaba mi cámara de fotos.

Incoherencias. En una de las ciudades con mayor índice de delincuencia del mundo, mi cámara ha estado más de 20 minutos encima de un banco y nadie la ha cogido. ¿ Cómo es posible?. muy sencillo, es que en todo ese tiempo no había pasado nadie, porque aunque me repita, ¡¡¡ en Nueva Orleans hay muy poca gente !!!.

Justamente cuando me he montado en el tranvía ha llegado un grupo que vestían iguales camisetas y enseguida se han dado cuenta de mi país de procedencia. Una pareja del estado de Virginia me ha empezado a hablar en un español perfecto y me han dicho que conocían Sevilla, donde habían pasado un gran calor. No sé cuanto de calor sería, pero el de hoy aquí era como para no salir del hotel. Me han preguntado qué me parecía esta ciudad y cuando les he dicho mi extrañeza por encontrarla casi vacía, me han dicho que efectivamente era así y que ellos eran voluntarios que ayudaban a reconstruir algunas casas destruidas por el Katrina, lo cual, hacía ya 4 años del suceso. Hemos ido conversando hasta mi parada y me han explicado su deseo de conocer Santiago de Compostela próximamente.

Ya por la tarde, he realizado mi última visita de hoy al Garden District. Una zona residencial con mansiones parecidas a las de las películas de la época del cultivo del algodón. Todas preciosas y recién pintadas, que me imagino que por pertenecer a la clase adinerada no han tenido problemas económicos para remodeladas, estando actualmente realmente impolutas.

Hasta allí me había trasladado en tranvía y he decidido volver al centro paseando y de paso admirar las grandiosas mansiones. El problema ha venido cuando se ha acabado el distrito "rico" y he entrado en otro, compuesto principalmente por fábricas y pabellones industriales sin funcionamiento. Parecían estar habitados según se desprendía del ambiente musical que se oía, porque ver no se veía a nadie. He tardado más de hora y media cruzar esta zona a buen paso que parecía no acabarse nunca, cruzándome con poquísimos coches y ningún taxi. Mientras andaba y miraba a mi alrededor todo vacío como una ciudad muerta, he pensado que así debía ser la consecuencia de una guerra nuclear en donde todo queda en pie y nadie circulando.

Cuando he llegado al centro he respirado tranquilo y aunque realmente no ha sido una sensación de riesgo porque no me he topado con nadie, la sensación ha sido de soledad y como perdido en el entorno. Sin embargo, esta sensación no ocurre en la naturaleza aunque camines en solitario por el monte.

Mañana visitaré los pantanos en una excursión organizada, porque la ciudad de Nueva Orleans ya no da más de sí.

último día en Nueva Orleans y por la mañana me he acercado al río para integrarme en una excursión por los pantanos. Pero antes he podido comprobar el despilfarro sin límites que existe principalmente en las grandes cadenas de comida rápida. He entrado en un Mc Donald's para desayunar rápidamente y acompañando al pedido me han dado: Una bolsa para llevarme la comida, a pesar de que les he dicho que iba a comer allí dentro, 10 bolsitas de azúcar, de las cuales he tirado 5, eso yo que me gusta el café dulce, el resto de los clientes posiblemente tirará 8, más 5 recipientes de leche, de los que he tirado 2, más 5 de ketchup, los cuales he tirado todos porque no tenía patatas fritas, más cubiertos de plástico, más una bandeja no retornable, más 10 servilletas, las cuales no las he tirado y me las he llevado, porque me vienen bien. No sé realmente cómo realizan los estudios de costes, pero supongo que lo que realmente he comido no debe valer nada, porque de lo contrario no obtendrían beneficio.

La excursión a los pantanos tampoco ha merecido la pena. Hemos visto algunos caimanes pero después de estar en el río Amazonas, éstos parecían sus primos lejanos.

Por la tarde, he ido de compras y me he acercado paseando hasta un centro comercial que está al borde del río, para comprar una cámara de fotos que me ha encargado mi hijo y como todo está con el 50 % de descuento, he comprado una Sony que además de poder sacar fotos, también tiene vídeo de alta definición, que me imagino será lo que más utilice para subirlos a YoTube. Además, me han regalado una memoria de 2 gigas, y me devuelven las tasas por ser extranjero, así que creo que he hecho una buena compra.

De vuelta al hotel venía por el Warehouse District, que es la zona financiera de más nivel comercial de la ciudad y he oído música, por lo que me he dirigido a una plaza que era de donde procedía. La sorpresa ha sido mayúscula. La plaza estaba llena a rebosar de gente bebiendo cerveza sentada en la hierba de los jardines y bailando al ritmo de jazz. Eso sí, todos eran blancos, hasta los que servían las bebidas. Era como si el sitio estuviese vetado a los de color.

Es de suponer que los días anteriores, todos los que estaban en la plaza, habrían estado sin salir de sus oficinas, porque yo no había visto a casi nadie y hoy, se ha producido una desbandada al celebrar no sé el qué, pero el caso, es que había un ambiente fenomenal y mucha, mucha cerveza.

Después de un buen rato de disfrutar de una música preciosa que una enorme banda interpretaba y dando gracias a Nueva Orleans, por brindarme aunque sea a muy última hora y fugazmente, la imagen que yo esperaba encontrar, me he dirigida a mi hotel volviendo de nuevo por calles donde yo era el único blanco, aunque también es cierto que muy tostado por el sol de Perú y el de aquí, pero no llegaba ni de lejos al color de los transeúntes con quienes me cruzaba.

Mañana volaré por la mañana a mi próximo destino, Chicago.

Hoy he recibido un e-Mail de Pedro, el argentino con quien subí andando de Aguas Calientes a Machupicchu y pareja de Ariadna. Me ha contado sus peripecias de vuelta a Cuzco por el infame camino de ida que hicimos, con pinchazo incluido y realizando tareas de entretenimiento al chófer porque se dormía y el trazado del camino no permitía el más mínimo descuido. Yo, la vuelta la hice a mi aire mucho más cómodamente. Me hace ilusión cuando recibo este tipo de correos porque una de las cosas que más valoro de mis viajes es el contacto humano, conocer gente de otros países y en muchos casos como el de ahora, continuar los contactos con posterioridad, contándonos nuestras vivencias que siempre son enriquecedoras.

He cambiado de ciudad, que ya tenía ganas. Me he levantado feliz de abandonar Nueva Orleans, con su delincuencia que te hace sentirte en un peligro constante y la soledad de sus calles vacías, sensación que me ha acompañado hasta el aeropuerto, donde no había ¡¡¡ nadie !!! esperando en el mostrador de América Airline, ¡¡¡ nadie !!! esperando a pasar los controles de seguridad, ¡¡¡ nadie !!! en la cafetería en la que he desayunado y ¡¡¡ nadie !!! en la puerta de embarque, y eran las 9 de la mañana. Después han ido apareciendo algunos viajeros, pero no muchos.

En menos de 2 horas he llegado a Chicago y lo primero que he hecho ha sido comprar un "pase de tren/metro" de 3 días que sale realmente barato. He cogido el tren hacia el centro de la ciudad y después el Metro hasta la estación que tenía referenciada como más cercana al hotel "Chinatown Sro Ltd" y que está situado como su nombre, en Chinatown. El hotel lo reservé por Internet y es el más barato de los que están cercanos al centro, aunque en comparación con otras ciudades es bastante caro. El hotel regentado como es natural por chinos, no vale nada para el precio que tiene, pero su situación es perfecta. Está muy cerca de la parada de Metro "Cermak-Chinatown" y en 3 estaciones te sitúas en pleno barrio de Loop, que es el distrito financiero y eje principal para visitar Chicago.

He salido a dar una vuelta y he podido comprobar que de entrada es una ciudad muy animada y activa. Muchísima gente en la calle, impresionantes y preciosos rascacielos y una sensación de seguridad que realmente ya echaba en falta, por lo que me he sentado a cenar una ensalada en una terraza y he disfrutado mucho viendo circular gente y con una temperatura perfecta de 21º. Esta vez el cambio ha ido a mucho mejor y tengo la sensación de que esta ciudad va a cumplir las altas expectativas que tengo, consecuencia de imágenes que he visto en películas y que siempre me han parecido preciosas, por la combinación del lago Michigan, las playas y el río Chicago, con el cristal y acero de los rascacielos de diseño que inundan la ciudad.

Una maravilla de ciudad. Ni la fuerte tormenta que por la mañana ha descargado un diluvio de agua, he podido eclipsar a Chicago. He visitado los parques de Grant y Milennium, situados casi en la orilla del lago Michigan y que son una auténtica joya. Espacios abiertos con un frente de espectaculares rascacielos al fondo. En el de Milennium Park, Frank Gehry ha diseñado un Palacio de la Música realmente bonito, con revestimiento de titanio como sólo él sabe hacerlo y ha dado la casualidad de que cuando he llegado la sinfónica estaba ensayando.

Allí he tenido la primera descarga de agua y gracias a la escultura de caparazón metálico, me he podido resguardar durante la casi media hora que ha durado el diluvio, pero en cuanto ha parado he continuado deambulando por las preciosas calles y por la orilla del río Michigan. La idea que yo tenía de Chicago era de que existían una especie de canales entre los rascacielos, pero realmente es el río que atraviesa la ciudad y le da un entorno de lo más agradable.

Después de comer he subido a las Sears Tower las más altas de Estados Unidos, para tener una perspectiva de toda la ciudad y panorámicas de la orilla del lago. El tiempo ha mejorado y he continuado pateando la ciudad y mirando para realizar alguna excursión por el río y lago, con la confianza de que mañana haga buen tiempo.

Me queda otro día en Chicago y quiero ver también algunas zonas apartadas del centro Loop. La comida ha mejorado mucho gracias a los variados y bien surtidos bufetes que hay aquí, en los que te puedes poner todo lo que te gusta y después te cobran por peso. Me parece una buena solución, de forma que yo me he preparado una ensalada más que mixta, supermixta y el precio final ha sido razonable. Pagas por lo que comes y si tienes poco hambre, te sirves poca cantidad y pagas en consecuencia.

Hoy ha salido un día fabuloso. Sol y calor moderado ha sido la tónica del día por lo que he decidido empezar por el sur de Chicago en una zona denominada Hyde Park, en la orilla del lago Michigan y en la que también hay playas. He cogido el Metro y después un autobús, porque quedaba un poco lejos. Cuando he llegado me ha gustado mucho las vistas que tenía con la ciudad al fondo llena de rascacielos, por lo que he comenzado a andar por la orilla en la que transcurría una carretera especial para bicicletas y peatones. Al ser hoy sábado estaba repleta de ciclistas y en las playas también había gente, aunque lo que se dice bañarse muy poca lo hacía y en muchos casos gritando por el agua tan fría. Como me gustaba tanto la zona he mirado en el GPS a qué distancia estaba del hotel, marcando 9 Km en línea recta, por lo que he calculado que serían unos 11 Km reales. Como tenía que volver al hotel al mediodía para hablar con la familia, he calculado que me daba tiempo de llegar a tiempo y me he puesto en marcha a paso vivo.

Como la dirección era de vuelta a Chicago he ido andando teniendo siempre a la vista los altos edificios y rodeado permanentemente de cientos de cicloturistas y personas con perros paseando, por lo que he disfrutado de un paseo largo pero muy cómodo y agradable.

Por la tarde me he dirigido al centro para hacer una excursión en barco por el lago y el río. El tiempo era magnífico y como la he hecho al atardecer, ha sido una gozada la luz que tenía para sacar fotografías, aunque por la orientación el sol lo tenía siempre de frente. A la hora de salir al lago hemos tenido que entrar en una compuerta donde nos han subido 1/2 metro aproximadamente, que es la diferencia de altura entre el río y el lago, estando éste último más alto y cuando hemos vuelto al río, se ha invertido la altura, bajándonos.

Un precioso día en el que he realizado un largo y maravilloso paseo con un paisaje urbano de excepción y realmente fenomenal. No me canso de ver estos entornos que aunque no son naturales, también me producen mucha admiración por la imaginación de sus diseñadores y la capacidad técnica de los arquitectos para levantarlos.

Mañana volaré a California, con la intención de visitar Sacramento, Reno, el lago Tahoe y una vez más San Francisco, que siempre es agradable volver a visitarlo. Esta será mi última etapa en Estados Unidos, para después ir a Japón.

A pesar de lo mucho que me muevo, todavía me cuesta creer que esta mañana haya cogido un Metro en Chicago (Michigan) y a la tarde estuviera paseando a 4.000 Km de distancia en Sacramento (California), después de haber cogido un coche y conducido un par de horas por carreteras atestadas de vehículos.

He salido temprano y gracias a que tenía tiempo de sobra hasta la salida del avión, no he tenido problemas para llegar a tiempo. Casualmente un tramo del Metro estaba en reparaciones y he tenido que dejarlo, coger un autobús que me ha trasladado durante media hora por las calles de Chicago hasta otra estación, donde he vuelto a coger de nuevo el Metro. Por lo menos no me han cobrado más que un billete y además también hay que decirlo, el transporte en esta ciudad es bastante barato.

El viaje ha transcurrido sin novedad y en el mismo aeropuerto he cogido el coche que tenía alquilado, esta vez en " National Car " que ha sido el mejor precio. He recordado de la vez anterior que estuve hace unos años, donde estaba todo y que tenía que coger el "Sky Tren" para llegar a la zona de "Car Rental". Es curioso que a pesar de haber estado hace ya años, al ver los lugares te vienen los recuerdos y sabes cómo moverte.

He salido con el coche en dirección a Sacramento, previo montaje del maravilloso sistema GPS con el Tom Tom Navigator. Había gran densidad de tráfico a pesar de ser domingo, pero el buen tiempo parece que ha animado a los californianos a echarse a la carretera. Sobre las 4 de la tarde he llegado a mi destino y he cogido un hotel muy céntrico del grupo " Vagabond Inn " que me compensaba por tener parking gratuito.

He salido a conocer Sacramento que tiene 2 partes muy diferenciadas: la "Old Town" que recuerda a la época de la fiebre del oro, con salones del más puro oeste, ferrocarril y barco a vapor, etc., y la Downtown con edificios modernos y centros comerciales de gran nivel.

La "Old Town" me ha parecido demasiado turística y como suele ocurrir con este tipo de lugares, se queda en una mera atracción destinada a niños y con muchas tiendas de recuerdos para sablear a los padres y poco más.

En "Dowtown" había un Capitolio muy bonito, en el que estaban rodando una película en la que aparecía un actor de color haciendo de presidente de la nación y dirigiéndose a la gente. Escena clásica de film americano y supongo que esta vez representando a Obama por el cierto parecido del actor. A una seña, el grupo de ciudadanos agitaban banderas con una rapidez impresionante, y hay que decir que daban realidad a la escena.

La visita a Sacramento sólo da para una tarde, así que mañana por la mañana saldré para Reno en Nevada, como siguiente destino.

Como la diferencia horaria con España es de 9 horas, he cambiado el momento de hablar con mi familia. Así que nada más levantarme me he puesto en contacto con ellos y hemos estado hablando y viéndonos un buen rato a través del Skipe. Acto seguido he cogido el coche y he puesto rumbo a Reno por la carretera 80 que durante un buen rato ha transcurrido por montaña. Las carreteras son muy buenas y con 2 carriles como mínimo por dirección, por lo que todo el rato he ido al límite de velocidad permitido 70 Millas/hora (112 Km/hora), teniendo mucho cuidado de no rebasarla porque ya he visto a varios coches parados delante de los policiás de patrulla. Pero la verdad es que hay que sujetar el coche porque estas carreteras piden correr más.

He tardado un par de horas en llegar, por lo que a media mañana ya estaba en Reno. He cogido un motel barato de la cadena " Motel6 ", que aunque estaba un poco alejado del centro, hoy como tenía tiempo de sobra no me ha importado y me ha costado la mitad del de ayer. Además me acordaba de que en estos sitios de juego, el aparcamiento suele ser gratuito y como parte del servicio, por lo que he ido al centro en coche y he aparcado sin problemas.

He salido a conocer Reno y he buscado el " Visitor Center " donde me han facilitado unos mapas muy buenos de la zona, incluido también el lago Tahoe. He paseado por el río hasta una zona que la han acondicionado como parque y donde había mucha gente con colchonetas. Este río tiene unos pequeños rápidos sin peligro cuando pasa por la ciudad que son la delicia de los niños, y de otros no tan niños que en un alarde de valentía y con la adrenalina a tope, gritaban al mínimo deslizamiento con la corriente. Allí me he encontrado con ¡¡¡ el figura de la foto !!! que me ha recordado al de la película "Cowboy de Medianoche", sobre todo cuando se ha dirigido a mí y me ha dicho algo de lo que lo único que he entendido ha sido ¡¡¡ free !!!. No quiero saber lo que me habrá ofrecido, pero por la pinta, nada bueno debía ser.

Reno tiene un entorno muy bonito. Su cercanía al lago Tahoe le hace ser un centro vacacional que durante el día lo puedes dedicar a la naturaleza, baños, kayac, rafting, etc, y por la noche ir a los casinos si te quedan ganas. En cualquier forma, parece el hermano pobre de Las Vegas. Teniendo mucho mejor entorno y pudiéndose realizar más actividades, sin embargo no parece haber triunfado en el tema del juego, porque he visto varios casinos cerrados y el ambiente tampoco es de mucha afluencia, y eso que estamos ya en verano.

Al atardecer he entrado al casino " Circus " pero no para jugar, sino para cenar. Para jugar ya estaban gran cantidad de señoras mayores que me imagino viudas, porque parecían solas, apostando la herencia. Para mí, lo mejor que tienen los casinos es el bufete bien repleto de comida a un precio más que razonable. No obstante, cuando salía de cenar he metido 1 $ en una máquina, porque siempre me ha gustado darle a la palanca con la esperanza de llenar el piso de monedas, aunque creo que ya no funcionan así, y de hecho, había muy pocas con palanca. Por lo menos el dólar que he metido ha dado de sí. He estado dándole a la palanca un buen rato porque de vez en cuando sonaba la máquina y subía un poco mi crédito.

Mañana pondré rumbo a dar la vuelta al lago Tahoe y ver ese destino que tanto suele salir en las películas americanas.

Hoy he pasado un bonito día. Con un tiempo espléndido y una temperatura muy agradable he salido de Reno y he dado prácticamente la vuelta al lago Tahoe. Las expectativas que tenía de encontrar un bonito lugar y bellos paisajes, se han cumplido.

En primer lugar me he dirigido a Tahoe City en el norte del lago, para pedir en el Visitor Center información y mapas de la zona. Me han atendido muy bien y me han dado un mapa con los principales puntos de interés denominado " the Most Beautiful Drive in America " muy útil, porque en un pequeño folleto daba toda la información necesaria y con la ruta de una carretera escénica que va de norte a sur por la orilla este del lago.

He ido recorriendo el lago poco a poco y parando continuamente para sacar fotografías. En esta época ya comienza la temporada y se veía mucha gente de vacaciones. En esta zona se estila utilizar autocaravanas, o más bien "hoteles rodantes" porque son enormes.

He llegado al sur del lago y me he dirigido a un hotel de la misma cadena del utilizado ayer " Motel6 ", porque el precio es muy bueno y son bastante limpios. Después de dejar el equipaje he continuado hacia la orilla oeste, si bien me ha gustado más la del este, que tiene playas de blanca y fina arena, y pueblos de más categoría.

Al anochecer y con la experiencia de ayer, me he convertido en un ¡¡¡ asiduo a los casinos !!! pero no para jugar, sino para cenar bien y barato. He estado en 4 y sólo he conseguido encontrar un bufete abierto, porque el resto los abren el fin de semana que viene, que parece que empieza la temporada alta. En el " Casino Harras " he llegado a subir al piso 18, para encontrarme al final de que el bufete sólo era para los huéspedes del hotel. Cuando bajaba en el ascensor, han entrado una pareja de bastante edad y a ella, no se le ha ocurrido otra cosa que preguntarme si era empleado del hotel. No sé si sería por la cara de ¡¡¡ mala leche !!! que debía de llevar por lo del bufete, porque no sería por la pinta de camarero que podía tener, ya que llevaba mi "uniforme de viajero". Tampoco creo que me haya confundido con un croupier, así que lo único que se me ocurre es que necesitaba a alguien de mantenimiento, y me ha visto pinta de manitas y lo ha soltado por si tenía suerte, pero no he picado.

Mañana me voy hacia el Parque Nacional de Yosemite que aunque ya he estado anteriormente, quiero verlo con más tranquilidad. A pesar de que sólo está a 300 Km de aquí, tardaré 5 horas y media porque iré por una carretera que en muchos tramos es de montaña.

Mi visita a Yosemite ha sido extraordinaria. Con un tiempo excepcional he pasado todo el día recorriendo el parque y no he terminado de verlo, por lo que mañana seguiré por algunos itinerarios que hoy no me ha dado tiempo de hacer.

Había calculado 5 horas y media de viaje desde el Lago Tahoe, pero he introducido al GPS el destino del pueblo de Yosemite, que está cerca de las entradas del oeste, por lo que a las 3 horas de haber salido del hotel y después de parar a desayunar por el camino, he entrado en el parque por la parte este, que es la que me venía mejor. Eso ha hecho que recorriera todo el parque en sentido este/oeste, por zonas que en mi anterior visita de hace años no llegué a realizar, porque hay muchos Kilómetros en este itinerario.

He estado alrededor de 6 horas parando en todas las esquinas, y sacando cientos de fotos y sobre todo, disfrutando muchísimo. La temperatura era agradable y hasta que no he llegado al valle de Yosemite, no me he encontrado con mucha gente, pero en ese valle como están las cascadas, el Gran Capitán y el Half Dome, se concentra la mayoría de visitantes. Eso era a última hora y ya estaba bastante cansado por lo que he decidido dejar para mañana a primera hora la visita a esta área.

He salido del parque con destino a un pueblo llamado Mariposa para hospedarme en un motel de la cadena " Super8 ", porque los precios en el parque y cercanías son prohibitivos. He tardado más de una hora en llegar al motel y mañana tengo que volver al parque, pero la diferencia de lo que he pagado lo compensa, eso sin ser nada barato el motel en el que estoy.

Ahora tengo un montón de material que seleccionar, preparar y adecuarlo para publicarlo en el web, por lo que no sé hoy tampoco a qué hora terminaré y no lo puedo dejar, porque mañana será otro día ¡¡¡ productivo !!! y no quiero acumular trabajo. Los días que disfruto lo pago bien caro, porque quiere decir que saco muchas fotografías y todo eso al final del día se me vuelve en contra, pero que le vamos a hacer, por lo menos los reportajes me gustan como quedan y pienso que reflejan lo que he visto.

En definitiva, otro de esos días para recordar en el que la naturaleza todavía con algo de nieve lo ha llenado con espectaculares paisajes de granito blanco, profundos bosques y cristalinos lagos. Más no se puede pedir y mañana repetiré.

Si ayer estuve en preciosos sitios de Yosemite, hoy he recorrido sus ¡¡¡ estrellas !!! el único problema ha sido la enorme cantidad de gente que había en dichos lugares.

He vuelto al parque a primera hora de la mañana, retrocediendo las millas que hice ayer al salir de éste, para buscar un motel de precio adecuado. La entrada me servía la de ayer, porque tiene validez de una semana, por lo que hoy no he tenido que pagar. Ya en el puesto de control se notaba una avalancha de coches y con el problema añadido de que en muchos tramos del parque estaban reparando cosas y había carriles cerrados, lo que obligaba a continuas paradas de varios minutos cada una, para dejar pasar los coches que venían en dirección contraria. He cogido el bus del parque porque se mete por zonas que no se permite a coches particulares y he llegado a los pies del "Half Dome", que me parece la roca más bonita del parque, a pesar de que "El Capitán" que es otro peñasco situado a la entrada del "Valle de Yosemite", debe tener una ruta de escalada de las más difíciles del mundo y es donde los grandes escaladores desarrollan su reválida. De hecho, he visto colgados a varios escaladores en una pared de vértigo y además completamente lisa. Estaban bastante arriba por lo que supongo que habrán pasado la noche colgados en el vacío.

He visitado varias cascadas que por estar a principios de verano tenían bastante agua y estaban en su máxima espectacularidad. Pero el mejor momento ha sido, cuando después de 1 hora y varias paradas he conseguido llegar al "Glacier Point", desde el que se tiene una vista del parque realmente impresionante y en el que se destaca principalmente el "Half Dome", con su ¡¡¡ especie de gorra !!! que se constituye como eje sobre el que se centra todo el Parque Nacional.

Cuando estaba comiendo un ¡¡¡ asqueroso !!! bocadillo de no se qué porque me ha sido imposible identificarlo, he observado el problema de obesidad que hay en Estados Unidos. Cada vez me parece que el porcentaje crece y ¡¡¡ casi extraña !!! ver gente delgada. Familias al completo, padres e hijos con unas dimensiones extraordinarias engullen un tipo de comida que cada vez que vengo es "más sofisticada". Mc Donnals y Burger King se pueden considerar como de ¡¡¡ comida natural !!! comparativamente con lo que se come ahora aquí. Cada vez cuesta más encontrar ensaladas y cuando las consigues tampoco son normales. Llevan unas salsas empalagosas y no encuentras aceite y vinagre para aderezarlas sin más. Vamos que ya he llegado al último agujero de mi cinturón, el cual tiene más de 15 años, lo que da una idea de lo que he adelgazado, aunque como no hay pesos no tengo el dato en kilos. Todo lo contrario de lo que le pasa a la gente de aquí, y a la que andas mirando cuando alguien se quiere sentar al lado tuyo. En algún caso he preferido levantarme y dejarle los 2 asientos libres, porque te arriesgas a que te pueda sacar del asiento en el mejor de los casos, o si no es mucho peor, porque te puede empotrar contra un costado y llevarte todo el viaje sin poder respirar.

Al atardecer he salido del parque y he tomado dirección hacia el valle de Napa, que cuando pasé por Sacramento lo dejé de lado, pero como tengo tiempo, mañana lo visitaré. Aunque no soy bebedor de vino por lo que no me dedicaré a la ¡¡¡ cata !!! supongo que el valle será bonito con los viñedos y creo que hay que verlo.

Como ayer me quedé a dormir en Stockton, a medio camino de Napa, me he levantado y he continuado viaje rodeando San Francisco y llegando a mi destino a media mañana.

He desayunado y me he acercado al Visitor Center para que me orientaran en la mejor forma de ver el valle y que me apuntaran los principales lugares a visitar. Me han facilitado un plano del valle con la ruta denominada "Silverade Trail", que va desde Napa hasta Calistoga y la vuelta por la Santa Helena Hwy. En esta zona se concentran más de 200 bodegas que producen el cabernet sauvignon y en las que puedes ir entrando y probando los vinos previo pago de 10 a 15 $ en cada una, e incluso más en algunas de ellas.

Pienso que dedicar un día a la cata de vinos, equivale a terminar con una ¡¡¡ buena trompa !!! y además bastante cara por los precios a desembolsar. He visto que hay por lo menos 3 formas de hacer el recorrido: 1 - En tren turístico, no muy utilizado por lo que he podido comprobar, pero al menos te puedes ¡¡¡ emborrachar sin peligro !!!. 2 - En bicicleta, toda la Silverade Trail tiene carril de bici, pero yo no me atrevería a hacerlo porque el riesgo de caída tiene que ser muy grande después de varias catas. He visto bastante gente en bici pero todavía era pronto y se les veía frescos. 3 - En coche, que es el medio más utilizado y en este punto me he preguntado, cómo coexiste ¡¡¡ la cata de vinos con los controles de alcoholemia en carretera !!! tan de moda en todos los sitios, menos aquí claro está. No he visto ningún policía de carretera en todo el valle, por lo que me imagino que habrá importantes acuerdos entre las autoridades y el sector vinícola. ¡¡¡ Que tomen nota las sidrerías y que pregunten aquí cómo han conseguido que los controles de alcoholemia no se ¡¡¡ carguen !!! la actividad de la cata y transporten la solución a cuando comienza el "txotx" y la cata de sidras.

Al mediodía, la situación de "frescura" de algunos catadores ya no era tanta, porque cuando yo entraba en una bodega, salía un matrimonio amarrado del hombro cantando. Eso sí, suavemente y ¡¡¡ felices !!!. Por mi parte y como no soy bebedor, sólo entiendo el buen vino como acompañante de una "buena comida", pero como esto último es imposible de conseguir aquí, al menos con mi presupuesto, me he limitado a ver el entorno.

Algunas bodegas han seguidos los pasos de "Las Vegas " cambiando el tema del juego por el del vino, pero con los mismos diseños exteriores de edificios horteras que llaman la atención y que no precisamente transmiten la imagen de " calidad de productos " esperada.

Por la tarde he ido al centro de San Francisco introduciéndome en un caos circulatorio, porque había visto un hotel muy bien situado de la cadena " Motel6 ", pero después de soportar muchos atascos para llegar, ha resultado que cobraban la habitación 3 veces más de lo que habitualmente pago en la misma cadena porque según me han dicho, era ya fin de semana y había un festival importante. Luego me he enterado que el domingo es el gran desfile del "orgullo gay" y supongo que era la causa de que se hayan disparado los precios. He vuelto a coger el coche y he salido en dirección sur a otro motel de la misma cadena cerca del aeropuerto y con precios normales.

Mañana lo dedicaré a visitar una vez más: el Golden Gate, el Fisherman's wharf y la ciudad, siendo el último día de estancia en Estados Unidos y poniendo un bonito broche a mi visita.

Este último día lo he pasado de un lado a otro por San Francisco, intentando componer un pequeño reportaje fotográfico. El problema ha sido que los desplazamientos han sido muy costosos por la densidad de tráfico que había. Es la tercera vez que estoy en esta ciudad y siempre me ha sorprendido la cantidad de turistas que vienen y esta vez pienso que esta sensación ha sido todavía mayor. También es cierto que en 2 de mis visitas he coincidido con los prolegómenos del día del Orgullo Gay y eso se debe de notar en la afluencia de visitantes.

He comenzado la mañana dirigiéndome al Golden Gate porque es conocida la niebla matutina que se desarrolla y quería ver qué imágenes componía sobre el puente y si podía captar alguna imagen del momento. He tenido suerte y cuando me iba acercando en coche ha habido un momento en el que se veía la parte superior del puente que parecía suspendido del cielo y toda la zona inferior como si fuese algodón. No he podido parar y cuando he llegado a la entrada del Golden Gate la niebla era total, de forma que he aparcado y me he vuelto andando un par de kilómetros hasta el lugar por el que había pasado. Había un estrecho camino a un lado bordeando la carretera y aunque me pitaban algunos coches yo creo que estaba autorizado transitar porque se veían algunas señales de tráfico que hacían referencia a peatones.

Y allí estaba yo, en medio de un puente con cientos de coches transitando y sacando fotografías cuando la niebla se movía un poco y dejaba ver parte del puente. He vuelto a por el coche y es curioso el fuerte frío que daba la niebla. La verdad es que en San Francisco cuando estás junto al mar, corre siempre una brisa heladora. He decidido que al atardecer volvería para poderlo fotografiar completo. Daba pena los turistas que venían en viajes organizados porque no han visto nada del puente y se quejaban creo que con razón, porque a esa hora normalmente hay niebla y debieran las agencias avisar o cambiar el recorrido.

El siguiente punto a visitar ha sido el Fisherman's Wharf, que es el punto turístico de San Francisco por excelencia, ya que de allí salen las excursiones por la bahía y a la isla de Alcatraz. He comido calamares con patatas fritas que estaban bastante bien para lo que suele haber aquí y me he acercado a la calle Lombard esquina con Hyde, donde está la famosa cuesta con cerradas curvas que hacen un efecto curioso cuando los coches bajan.

A continuación me he trasladado al centro, para ver algo de la fiesta que se estaba preparando en el "Centro Cívico", con motivo del día del Orgullo Gay. Había ya ambiente de todo tipo, homosexuales, lesbianas, heterosexuales, drogotas, indigentes pidiendo, etc. Por algo San Francisco es prototipo de ciudad permisiva y que defiende las libertades de todo tipo. El problema estaba en moverte por la cantidad de gente que había y después cuando he cogido el coche, todavía ha sido peor. He vuelto al puente de Golden Gate con la esperanza de que ya no hubiese niebla como así ha sido, aunque continuaba la brisa fría. He terminado de sacar las fotos y como ya estaba cansado de andar por ahí todo el día, he vuelto al hotel para ponerme a trabajar.

Mañana por la mañana saldré rumbo a Tokio, en un viaje que durará 11 horas y que además la diferencia horaria hará que pierda un día entero.

En general me ha gustado la visita que he realizado a Estados Unidos. En primer lugar estuve en: Los Cayos y Everglades que pienso que no merecen la pena de ir específicamente, otra cosa es si estás en Miami Beach, lugar del que saqué mejor sensación de la esperada y te haces una excursión por la zona de Los Cayos. Los Everglades tienen un valor ecológico muy grande por cuanto es un hábitat natural para muchas especies, que por su cercanía con una civilización tan desarrollada y turística está en constante peligro de ser absorbido. Pero desde el punto de vista de belleza de entorno, paisaje y espectacularidad es bastante mediocre.

El siguiente destino fue Nueva Orleans, y aquí sí que desaconsejo ir hasta que no cambie el riesgo delictivo que existe y se vuelva a llenar de gente. Actualmente parece una ciudad muerta y todo el mundo tiene la esperanza de que quienes se marcharon cuando ocurrió el desastre del Katrina, retornen y todo vuelva a la normalidad. Hasta el famoso "Barrio Francés" no deja de ser un reclamo turístico que queda mucho mejor en las escenas de películas que en la realidad. Por lo tanto, es mejor gastar el tiempo en otros destinos del país que merezcan la pena, que hay muchos.

Gracias a Dios, empecé por lo malo y a partir de aquí las cosas fueron mejorando continuamente. El siguiente destino fue Chicago y me entusiasmó como ciudad. Un lugar al que recomiendo ir para pasar un par de días y que es fácil de recalar porque al ser un importante nudo de comunicaciones aéreas, se suele hacer escala y transfer a otro vuelo. Así que, o bien vas directamente a verlo porque lo merece, o si tienes que hacer escala, reserva un tiempo para disfrutar de una de las mejores ciudades y ¡¡¡ con más clase !!! que he visto en todo el planeta.

Y como final de mi visita y con más días de estancia, Sacramento y Reno, han sido ciudades sin nada especial que ofrecer, salvo el ¡¡¡ mundo del juego !!! Pero por su cercanía con las grandes estrellas de California: " El Lago Tahoe" y el "Parque Nacional de Yosemite", se pueden incorporar al itinerario para acceder a estas auténticas joyas. Un circuito de una semana permite realizar un bonito recorrido disfrutando de mucha naturaleza y acercarse al valle de Napa para realizar una cata de vinos californianos, si eres aficionado a la enología. Por último, una visita a San Francisco es obligada para terminar de saborear lo que el norte de California ofrece y ayuda a que te lleves un magnífico recuerdo de California.

Estos 2 días son los que me ha llevado viajar de Estados Unidos a Japón. Entre las 11 horas de vuelo, más la importante diferencia horaria ha hecho que saliendo de San Francisco el día 28 a las 13:30 h, llegara a las 16:30 h del día 29, al aeropuerto de Narita en Tokio.

No he tenido ningún problema para entrar en el país, ni he visto que se tomaran medidas especiales referentes a controles sanitarios en "Inmigración" respecto a la fiebre porcina, a pesar de que las informaciones que aparecían en Internet presagiaban que te podías encontrar con extensas colas para revisiones de sanidad obligadas.

Recordando anteriores experiencias lo primero que he hecho al coger el equipaje ha sido buscar un cajero internacional "Citibank" para proveerme bien de metálico y no tener que andar después ¡¡¡ buscando como un loco!!! un "ATM" de "7-Eleven" para que las tarjetas sean aceptadas. El siguiente paso ha sido acercarme a la oficina que tiene " JR Rail " en el aeropuerto, para canjear el Rail Pass que traía de España, de 21 días de duración y que es sólo para extranjeros. Este billete hay que cambiarlo por el pase real que es el que te permite viajar en tren. Además he aprovechado para empezar a usarlo ya con un primer viaje del aeropuerto al centro de Tokio. También he aprovechado para sacar billetes con reserva de asiento para mañana con destino al norte de las islas y concretamente a Hakodate, en la región de Hokkaido y que todavía no conozco.

Conseguir llegar al hotel de la cadena " Toyoko-inn " en la zona de Asakusa y que había reservado por encontrarse relativamente cerca de la estación de Ueno, desde donde sale un tren nocturno con destino a Sapporo y que pensaba utilizar, aunque finalmente he cambiado de planes, me ha llevado 2 horas. Este hotel ya lo conocía de mi anterior viaje y no he tenido problemas para encontrarlo, eso sí con la ayuda del GPS. Y ahora a las 4 h de la mañana y con un buen "jet lag", estoy haciendo tiempo porque he quedado en hablar a una determinada hora con mi familia y estoy aprovechando para escribir este primer diario de mi etapa actual por Japón.

De entrada he tenido esa primera sensación de desconcierto que se tiene cuando se viene a este país. A la hora que he llegado a Tokio, estaban a rebosar de gente todas las estaciones de tren y Metro y con la misma sensación que ya experimenté antes de estar haciendo las cosas mal: circular por la derecha, el sistema de colas para entrar en los vagones cuando llega el tren, distinguir entre estaciones de tren y Metro y andar al ritmo al que lo hacen los japoneses, que es muy rápido y con el equipaje siempre es un problema. Pero sólo con haberme dado cuenta de mis errores creo que quiere decir que ya me estoy adaptando a esta diferente cultura. No obstante, ya se me van haciendo conocidos los sitios por lo que he andado y eso es una gran ventaja.

Hoy lo he dedicado a continuar el viaje hacia el norte de Japón que es la zona menos poblada y a la que más cuesta llegar, porque los "trenes bala" terminan su radio de acción en Hachinoe que se sitúa en la isla principal de Honshu y antes de pasar el largo túnel que comunica con la isla de Hokkaido en el norte. A partir de ahí los trenes son normales y con muchas paradas lo que obliga a dedicar muchas horas si te quieres mover.

A las 11 h salía de Tokio y llegaba a las 17:30 h a Hakodate, prácticamente de noche. Así que el día no ha dado para mucho. No me ha dado tiempo de ver la ciudad y he cenado mi primer tempura de esta etapa. Mañana tengo intención de visitar Toya que tiene un lago con un volcán y es Parque Nacional. Estará en función de la climatología, porque hoy ha hecho mal tiempo e incluso en esta zona me he tenido que abrigar porque la temperatura baja mucho respecto a Tokio.