Comenzamos un nuevo año de viajes y esta vez el primer día con ¡¡¡ mal pie !!! Un largo y muy aburrido vuelo de 13 horas con "Iberia", una de las peores líneas aéreas con las que nos hemos topado y que procuramos no utilizar, nos ha llevado hasta Santiago en Chile. Esta vez al menos, con la suerte de no tener percances en el camino. No así la vez anterior que nos dieron la vuelta en mitad del Atlántico por rotura de una capa de cristal de la cabina del piloto.

Una vez cogido el coche reservado en "Alamo", hemos tomado dirección al monte Aconcagua, con la intención de verlo al menos desde la parte chilena, puesto que pasar el coche de alquiler a Argentina requería de un permiso notarial que costaba 300$, un día de espera y además contratar un seguro que ni sé lo que valía. Pero como nos han asegurado que desde Chile era posible ver la cima, lo hemos intentado. Por el camino hemos preguntado varias veces si era cierto que se veía desde Chile, pero nadie más nos lo ha asegurado. Después de un par de horas y cerca de la famosa estación de esquí del Portillo, nos hemos encontrado que la carretera estaba cerrada hasta a las 20 H. para los que íbamos en nuestra dirección, por lo que hemos hemos tenido que dar la vuelta sin ver el Aconcagua y sin saber tan siquiera si es posible verlo. Lo dejaremos para otra ocasión en la que hagamos un viaje a la zona de Mendoza en Argentina.

Ante este incidente, hemos tomado rumbo a "La Serena", que es nuestro próximo destino, pero el Gps nos ha vuelto a jugar una mala pasada llevándonos por una carretera que se ha convertido en un camino sin salida. De vuelta a tomar la carretera principal y sin hacer caso a las indicaciones del Gps, con el mapa de papel que llevamos hemos llegado a la autopista de la costa que sube hacia el norte de Chile. El cansancio del viaje con una noche prácticamente en vela nos ha aconsejado parar a dormir en "Los Vilos", un pueblo que yo ya conocía de mi primera visita a este país, y del que me acordaba por haber entablado amistad con el Sr. Joaquín, propietario del hostal "El Conquistador", (ver diario de viaje). La noticia de su fallecimiento a finales de 2011 que me ha dado su hijo, me ha dejado un mal sabor de boca, al recordar lo agradable que era el Sr. Joaquín y de su cariño por Donosti.

Después de un día de soportar desagradables incidencias, la buena sensación la hemos tenido al atardecer, en el que que hemos saboreado un delicioso y tradicional "piscosour" seguido por riquísimos congrio y reineta, sentados en un mirador con vistas a la concurrida playa de " Los Vilos".

Mañana continuaremos viaje a "La Serena" para visitar a los pingüinos, delfines, elefantes marinos, etc., de la "Reserva de Humboldt".

Después de conversar un buen rato durante el desayuno con "Joaquín" hijo, hemos salido de "Los Vilos" con dirección a "La Serena", por una autopista muy rápida y con poco tráfico que nos ha permitido llegar en algo más de un par de horas. Después de dejar el equipaje en el concurrido y por mí ya conocido hostal "El Punto", he tratado de encontrar sin éxito a "Roberto", el simpático guía que me acompañó en mi anterior visita a la isla de "Damas" en la reserva de Humboldt, informándome en la agencia que nos llevó, que actualmente este guía ya no trabajaba allí y que se dedicaba a tours en bicicleta. Ello me ha llevado a contratar en ese momento la excursión de mañana con la misma agencia.

Después de comer un poco, un paseo por el centro urbano de La Serena es lo primero que hemos hecho, acercándonos después hasta la playa que estaba a media hora andando. Cuando estábamos en el faro, un lugar muy emblemático de la ciudad, me he acordado de una puesta de sol que hice en el mismo lugar y he pensado ¡¡¡ quien me iba a decir que después de 4 años volvería a este lugar !!!

De vuelta en el hotel y al consultar el correo electrónico, he visto una comunicación de una agencia de tours que por indicación de "Roberto" se ponían en contacto conmigo para ofrecerme la visita a la isla, como consecuencia del email que yo le había enviado. Lamento que llegara tarde la gestión del tour porque ya lo había pagado con la agencia anterior. En cualquier caso, agradezco la atención recibida de "Roberto" y espero poder saludarle antes de marcharnos de La Serena.

La cena la hemos tenido en un curioso restaurante en el que al pedir una mesa de "no fumadores" nos han dado a elegir 2 sitios: la calle o una galería también exterior, porque los comedores del interior estaban reservados para "fumadores", así que nos hemos sentado en la galería. Una segunda curiosidad ha sido que en el menú los platos figuraban especificando ¡¡¡ sin cebolla !!! y nosotros que queríamos una ensalada con tomate y cebolla la hemos pedido así,y nos han respondido que en el restaurante no se utilizaba cebolla para nada, porque al tener también cafetería, a los clientes no les gustaba su olor mientras tomaban una copa ¡¡¡ ver para creer !!! Este sitio es el cielo para los fumadores que además no les gusta la cebolla. Probablemente uno de ellos será el propietario que ha querido marcar su estilo.

Para mañana las expectativas del mar son buenas, ya que suele ser prácticamente la única causa de no poder llegar a la isla de "Damas" y ver la extensa fauna que compone la reserva de Humboldt. Como su propio nombre indica por aquí pasa la fría corriente que sube desde la Antártida y hace que residan animales que normalmente viven más al sur, por lo que no creo que seamos capaces de bañarnos en agua tan fría, aunque llevaremos bañadores por si en un arrebato de valentía nos sumergimos acompañando a los pingüinos.

A la hora prevista hemos salido rumbo a "Punta de Choros" situada a unos 140 Km. de "La Serena", para tomar la motora que nos llevaría a la isla de "Damas" y a la "Reserva Nacional de Humboldt". Aproximadamente 100 Km. de carretera asfaltada y otros 40 de tierra batida y un poco rugosa en el que hemos invertidos algo más de 2 y 1/2 horas. El grupo lo formábamos: 1 francés, 1 turco y 6 chilenos, con los que sin la barrera del idioma hemos estado conversando. Había gente de Punta Arenas, Valdivia, Calama y de Puerto Montt y como conocíamos todos los lugares parecíamos unos chilenos más.

El mar estaba en calma y en cuanto hemos subido a la motora hemos visto a lo lejos una ballena a la que hemos seguido, pero nos despistaba en cuanto quería, porque siempre que subía a la superficie lo hacía lejos de nosotros, y de hecho, no he conseguido tomarle ninguna fotografía. También hemos visto un grupo de delfines denominados "calderones grises", raros de ver según nos han dicho porque no son muy sociables. Un paseo por la isla de "Damas" en la que no hemos sentido la suficiente valentía como para darnos un baño en la helada agua, prefiriendo explorar la isla durante 1 hora, nos ha preparado para el verdadero objetivo de la visita: La Reserva de Humboldt.

Un precioso recorrido costero por la isla descubriendo en su propio hábitat diferentes tipos de cormoranes, pingüinos, leones marinos y más delfines. Durante más de una hora hemos disfrutado de un entorno natural repleto de criaturas que se movían a sus anchas y que en ningún momento te sentías un intruso. Ellos a lo suyo y nosotros sacando fotos sin parar.

De vuelta al continente y ya bastante tarde, hemos parado a comer en un restaurante local disfrutando del pescado del día que estaba incluido en el tour. Yo pensaba que los chilenos comían mucho pescado y hoy mismo salvo el francés y el turco que han comido pollo, el resto del grupo ha comido pescado. También en los restaurantes es muy normal encontrarlo en los menús, cosa que en otros países no se da y así lo he comentado, cuando me han corregido diciendo que ellos realmente comen muy poco pescado, 1 vez cada 3 semanas y no porque no quieran, sino que les resulta muy caro.

Llegábamos al hotel cerca de las 6 y media de la tarde y después de comer tan tarde ya no hemos tenido ganas para salir a cenar. Mañana será día de carretera para volver por la costa hacia Valparaíso, donde pasaremos un par de días.

Algo tiene Valparaíso para que sea la ciudad de Chile más visitada por turistas extranjeros. Una historia con fama un tanto bohemia, intelectual y a la vez barriobajera como toda ciudad portuaria, son atractivos que apasionan a los muchos visitantes que vienen buscando algo especial de Chile.

La comúnmente llamada Valpo es una combinación de próspero centro comercial y de negocio que aglutina el transporte marítimo de la costa sur del pacifico, con caóticas callejuelas y cochambrosas casas que se entremezclan con preciosos edificios coloniales en las colinas, a las que se puede acceder utilizando numerosos ascensores que parece increíble que aún funcionen por el lamentable aspecto que presentan.

Esta ciudad denominada Patrimonio de la Humanidad, concentra además los puntos de pobreza más importantes del país, pero con todo ello, vagabundear por sus ruidosas calles, atento a que no te ¡¡¡ den un tirón !!! y se te lleven hasta los pantalones, me encanta y no sabría decir muy bien la razón.

Nos hospedamos en un hostal clásico y laberíntico de la colina de Artillería llamado "Portobello" con preciosas vistas a la bahía y muy cercano a la estación del ascensor, por lo que se puede considerar muy bien situado y cómodo.

Un paseo por las calle comerciales, con un desplazamiento en Metro hasta la zona de la playa con retorno paseando por la costanera y una agradable cena de ceviche y la consabida reineta acompañados de "piscosour", ha cerrado nuestra primera tarde en Valparaíso. Mañana visitaremos la costa norte incluyendo Viña del Mar, Reñaca y Concón.

Después de que durante el desayuno el Sr. Claudio, propietario del hostal nos ha contado varias historias de Valparaíso y de como ha ido evolucionando en los últimos años, en "Metro" nos hemos desplazado hasta Viña del Mar, para dar un paseo por esta conocida ciudad turística en la que muchos chilenos pasan sus vacaciones y fines de semana.

Ni la vez anterior que estuve, ni ésta, me ha gustado Viña del Mar, porque me recuerda a los abigarrados centros playeros cercanos a las grandes ciudades, en los que se respira un aire de fiesta un tanto hortera y en donde los nuevos pequeños potentados hacen alarde de su status aún por pulir.

Como a Carmen tampoco le gustaba ni el paisaje ni los personajes, después de comer una ensalada en una terraza, hemos vuelto a Valparaíso para pasear un poco por los numeroso cerros que hay con vistas a la bahía.

Por la tarde el ascensor "Concepción" nos ha subido a su cerro y hemos continuado andando hasta la plaza de San Luis, para volver a bajar por una zona que yo conocía muy bien de mi anterior visita. Hemos pasado por delante del hostal en el que estuve hospedado viniéndome recuerdos de entonces y de su terraza en la azotea en la que estuve una noche sacando fotografías. También hemos pasado por el restaurante que yo frecuenté por sus buenísimos platos y en el que me comentaron de forma muy modesta que ellos no podrían igualar la calidad de nuestra gastronomía vasca. Pero como la hora todavía era demasiado temprana para cenar hemos continuado el paseo sin pararnos.

Mañana abandonamos Valparaíso para bajar durante un par de días hacia el sur de Santiago en el que se ubica algún Parque Nacional que visitaremos.

Hoy de nuevo hemos desayunado con la compañía del Sr. Claudio, el propietario del hostal "Portobello", que nos ha estado alegrando con sus comentarios sobre el error que comúnmente cometemos de ¡¡¡ cuidar demasiado la comida sin grasas ni aceites !!! para controlar el colesterol y lo que realmente hacemos es desperdiciar uno de los grandes placeres de la vida. Según el Sr. Claudio el colesterol siempre ha existido y existirá y nos marcharemos cuando el de arriba lo disponga, así que para qué preocuparse.

A continuación y después de una calurosa despedida hemos tomado dirección a "Algarrobo" y a la cercana "Perla Negra", en donde Pablo Neruda tenía otra de las 3 casas de su propiedad, actualmente museos, pero los trabajadores de todas ellas se encuentran de huelga por reivindicaciones salariales y permanecen cerradas. Así que hemos pasado de largo dentro de un tráfico tan denso que prácticamente nos impedía avanzar.

Como estamos en periodo de vacaciones y además casi fin de semana, en cuanto hemos podido nos hemos dirigido hacia el interior con el objetivo de encontrar zonas menos concurridas, pero no lo hemos conseguido. Hemos llegado hasta un balneario cercano a Rancagua y perdido en la montaña con la intención de estar tranquilos el tiempo que nos queda para coger el avión a "Calama" y el tour en "San Pedro de Atacama", pero tampoco ha sido posible porque no quedaban habitaciones libres en ninguno de los hoteles cercanos. Así que como no queríamos alejarnos mucho de Santiago, porque además el domingo llega el "Dakar" y la capital estará a rebosar, nos hemos hospedado en la ciudad de Rancagua y reservado rápidamente un hotel para mañana en la capital del país, asegurándonos el hospedaje antes del vuelo.

En definitiva, un día muy poco agraciado con muchas horas en la carretera y sin encontrar nada realmente interesante, por lo menos en esta zona hace calor y buen tiempo porque cuando salíamos de Valparaíso, estaba chispeando algo de lluvia y la temperatura era fresca.

Un día de transición sin ninguna noticia de interés. Vuelta desde Rancagua a Santiago y directamente al hotel a dejar el equipaje. A continuación nos hemos acercado al aeropuerto para entregar el coche un día antes de lo previsto, porque con la llegada mañana del "Dakar" se pueden formar tapones en las carreteras y preferimos desplazarnos en "Metro" para salir del centro de Santiago, y después utilizar el bus al aeropuerto ya en el extraradio.

Una vez entregado el vehículo y de ahorrarnos 1 día de alquiler, porque aquí en Chile se paga por lo utilizado y no por lo reservado, nos hemos acercado al centro para comer y dar una vuelta. También hemos visitado un bar famoso por su bebida llamada "Terremoto", una combinación de vino, helado y granadina que es explosivo. Un solo vaso para los 2, ha sido más que suficiente porque aparte de no gustarnos su sabor, se subía a la cabeza de forma fulminante y así se podía comprobar en las voces que daban la cantidad de clientes que llenaban el bar.

De vuelta al hotel hemos tenido la inesperada y agradabilísima noticia del triunfo en el último minuto y cuando mejor sabe, de la Real sobre el Barsa y nada menos que en víspera de la fiesta de San Sebastián, lo que nos ha originado cierta nostalgia de nuestra tierra y de como se estará celebrando la fiesta. Carmen ya me había vaticinado este triunfo pero yo la verdad es que no pensaba que se pudiera dar, tal como juega el Barsa.

Mañana cambiaremos de zona volviendo a visitar el desierto de Atacama, pero sólo como punto de partida para cruzar a Bolivia y llegar hasta el famoso "Salar de Uyuni" el mayor desierto de sal continuo existente en nuestro planeta.

Otro día sin pena ni gloria, porque lo hemos dedicado a viajar a Calama. Por la mañana Santiago estaba bastante colapsado con el tema del "Dakar", pero como nosotros hemos cogido el "Metro" hasta la estación de "Pajaritos" situada un poco a las afueras, no hemos tenido problema. Luego si lo hemos notado porque el autobús al aeropuerto ha tardado bastante en llegar y se ha formado una gran cola para cogerlo, pero como íbamos con tiempo suficiente no nos ha preocupado.

A las 18:00 H. aterrizábamos con "LAN" en Calama y la sorpresa nos la ha dado el hostal "Olimpo", al que vamos habitualmente de camino a Atacama, que no tenía sitio disponible, y no teníamos reserva porque no tiene web ni se contrata con ningún portal de hoteles. No obstante, a escasos 30 metros había otro hostal llamado "Punakora" en el que nos hemos metido, eso sí, pagando casi 100 € por una habitación cuasi interior, con ventana a una galería y sin aire acondicionado y ni tan siquiera un ventilador. Está claro que se han aprovechado al darse cuenta que éramos extranjeros y que por la hora que era andábamos necesitados de alojamiento.

Lo primero que hemos hecho ha sido coger billetes para el autobús de mañana a "San Pedro de Atacama" y reservar para la vuelta a Calama otro hotel llamado "Sonesta", muchísimo mejor y más barato. En cualquier caso con eso de que Calama es la capital del cobre, con enormes yacimientos y minas, en donde se maneja dinero, todo tiene un precio muy superior al resto de Chile. Si a eso se le añade, lo poco agraciado que es, casi lo mejor es intentar pasar de largo esta ciudad para ir a "San Pedro de Atacama", pero claro, siempre que los horarios de los aviones y autobuses concuerden, situación que no es la nuestra.

Por la mañana un autobús de "TurBus" nos ha llevado en 1 y 1/2 horas de Calama a "San Pedro de Atacama", dirigiéndonos andando de la parada al hostal "Intipara", donde nos esperaban con la habitación preparada y en donde hemos vuelto a reservar para la vuelta de nuestra visita a Bolivia dentro de unos días. Enseguida nos hemos presentado en la agencia del tour "Nomade" que nos llevará al "Salar de Uyuni" en Bolivia, para cerrar la reserva realizada ya hace meses por Internet e informarnos del itinerario y hora de salida para el día siguiente.

Como teníamos libre toda la tarde y no disponíamos de coche para ir por nuestra cuenta, nos hemos apuntado a un tour para una vez más visitar el atardecer en el "Valle de la Luna", que es la zona y el momento que más nos gusta.

Cada vez que venimos a "San Pedro de Atacama" vemos algo nuevo y esta vez ha sido el "Valle de la Muerte", que a la hora que hemos ido estaba espectacular, ya que el sol bajando en el horizonte realzaba los colores rojizos de la piedra que inunda el valle.

El final de la visita ha sido en un lugar distinto del habitual al que solíamos ir para ver la puesta de sol, disfrutando de un entorno nuevo en un momento tan especial del día.

Una cena a base de salmón chileno del que tenemos tan gratos recuerdos y que esta vez no ha estado a la altura de lo que esperábamos, ha cerrado el día un poco temprano porque mañana deberemos madrugar para salir hacía Bolivia, por una ruta más larga de lo habitual. El origen de esta ruta es evitar el paso por 2 pueblos enfrentados ya en Bolivia, por el reparto de los beneficios que reporta el turismo al atravesar sus zonas, lo que ha supuesto el cierre al tráfico hasta alcanzar un acuerdo entre ambos.

A las 6 H. de la mañana nos ha venido a buscar el joven Madariaga que ha resultado ser hijo de vasco y que conoce algunas palabras en euskera. Su misión era llevarnos a la frontera boliviana porque allí se encargaría una agencia local para toda la ruta por el país, hasta devolvernos el último día de nuevo a la frontera chilena, en donde nos esperarán para volver a San Pedro de Atacama. Como el viaje iba a ser de unas 5 horas nos ha acompañado otro joven chileno para turnarse conduciendo, aunque realmente en nuestro trayecto sólo ha cogido el volante 5 minutos.

El grupo lo formamos: 2 chilenos, madre e hijo, 1 italiano que habla bastante bien el español y nosotros 2. El trayecto ha sido bastante agradable por la simpatía de los jóvenes conductores que continuamente iban moviéndose al ritmo de la música, gastándose bromas, haciendo el viaje muy distendido, aunque a veces llegábamos a pensar que tanto baile nos podría llevar a salirnos del camino y tener un accidente.

Un agradable desayuno ya en pleno altiplano, ha roto el hielo inicial que habitualmente existe cuando se forma un grupo nuevo hasta que los integrantes empiezan a conocerse. En esta ocasión el desparpajo de los conductores que no han callado en todo el viaje, ha contribuido a este rápido cambio en el que nos hemos ido presentando. Tamara y su hijo Pavel de 21 años, universitario y procedentes de Santiago, Mauro residente en Bari un año más joven que yo, viajero incansable que en esta ocasión lo hacía solo. Con todos ellos enseguida hemos conectado y el ambiente de entrada ya era estupendo lo que nos augura unos agradables días de compañerismo.

Sobre las 12 H. del mediodía pasábamos bastante rápido la frontera boliviana de "Ollagüe" y se ha hecho cargo de nosotros Peter, un chofer/guía boliviano de la agencia "Expediciones Sajama" que con su 4X4 nos llevará los próximos días por el altiplano hasta el Salar de Uyuni. Enseguida hemos comenzado a encontrar un paisaje precioso de montañas nevadas, lagos, flamencos y vicuñas.

Una parada en la espectacular laguna "Cañapa", ha sido un sensacional aperitivo de lo que el altiplano nos va a ofrecer y en la que hemos disfrutado del silencio y de entrada ya me he hartado de sacar fotos, porque los contrastes de colores existentes auguraban unas imágenes preciosas.

Después de una simple pero buena comida campestre a base de ensalada y arroz con postre de sandía, nos poníamos en marcha hasta la siguiente laguna llamada "Hedionda" nombre puesto por el olor a azufre que emanaba.

Después el conocido como "Árbol de Piedra" ha puesto fin, bajo un viento fuerte y muy frío las visitas del día, momento en el que tanto Tamara como Carmen han comenzado con dolores de cabeza debido a que ya habíamos rebasado ampliamente los 4 mil metros de altitud.

Cuando por fin llegábamos cansados, fríos y con los síntomas del "soroche" o "mal de altura", al albergue en el que íbamos a pasar la noche y hemos visto el sitio, se nos ha ¡¡¡ caído el cielo !!! porque se trataba de una sala comunitaria, sin ninguna ducha y un sólo baño para los varios grupos que estábamos. Carmen se ha ido a la cama directamente con escalofríos y fuertes dolores de cabeza y yo a buscar algún remedio porque veía que lo estaba pasando muy mal, consiguiendo un par de pastillas que le han permitido dormir.

Los demás, después de una cena a base de pasta malísima, tal vez para dar la bienvenida a Mauro el italiano, también nos hemos acostado rápidamente porque se augura una noche muy fría y aquí no hay calefacción, ni tan siquiera electricidad, salvo un par de horas que han puesto en marcha un generador para cargar las baterías de las cámaras. Veremos cuanto dormimos y que es lo que nos espera mañana.

Después de no haber dormido más de 5 minutos seguidos por la incomodidad del catre, en el que hemos pasado la noche sumergidos bajo un peso enorme de mantas que te daban la sensación de estar dentro de un sarcófago, con el dolor de cabeza que me ha acompañado toda la noche y que no he conseguido quitármelo, hemos desayunado de forma muy frugal, tal vez debido a que en altura no se debe comer mucho y lo tienen en cuenta, aunque realmente creo que la frugalidad se ha debido a causas de escasez de alimentos acorde con el servicio de hospedaje que hemos tenido.

Carmen se ha levantado mucho mejor y se ha tomado la 2ª pastilla de "Sorochipil", para prevenir el "mal de altura" que le afecta cuando supera los 4 mil metros de altitud.

A las 6 H. de la mañana salíamos paras visitar los "Geyser Sol de la Mañana". Una zona muy bonita donde hemos podido pasear entre pozos hirvientes y fumarolas que expulsaban vapor, creando un paisaje infernal.

La siguiente visita ha sido la "Laguna Colorada" nombre adquirido por el color de sus aguas en las que cientos de flamencos parecían encontrarse en su entorno perfecto. El paisaje era precioso pero el tiempo ha ido empeorando, llegando a granizar y ver un manto blanco que cubría el horizonte del "Desierto de Siloli" como si estuviese nevado.

En un pequeño poblado llamado "Villamar" nos han dado de comer en una casa que no creo que fuera un restaurante, aunque según nos han dicho estaban ampliando las habitaciones de lo que debía ser un hospedaje. En este lugar solamente había ¡¡¡ baño natural !!! como así llaman a tener que ir fuera para cualquier necesidad. Una pequeña ración de tomate y pepino con una salchicha y un poco de puré de patata ha sido la colación, por lo que pensamos que siguen ¡¡¡ cuidando !!! nuestra salud en la altura. Lo que está claro es que estamos adelgazando.

Por la tarde y de camino al "Salar de Uyuni", la visita ha sido una zona de rocas a la que llaman "Italia", porque una de ellas debió tener la forma del mapa en el pasado, aunque en la actualidad está rota por la erosión.

El tiempo ha seguido empeorando y nos hemos encontrado con un coche parado en el camino con problemas y el conductor fuera indicando que parásemos, pero Peter no ha querido hacerlo y cuando le he preguntado el motivo de no ayudarle me ha contestado que era otro modelo de coche, a lo que le he dicho extrañado que ¡¡¡ que más daba !!! para ofrecerle algún tipo de ayuda, pero se ha cabreado y ha seguido de largo. Tal vez sea lo normal aquí este comportamiento, pero en este tipo de parajes perdidos no se entiende no prestar ayuda cuando alguien la necesita. Llegando al pueblo de Uyuni un fuerte chaparrón nos ha recibido complicando el paso en algunos tramos y que de seguir así esta noche, es posible que mañana esté cortada la ruta de salida de Uyuni. Hecho que hace unos días ya ha debido ocurrir.

El hospedaje ha mejorado algo pudiéndonos hasta duchar por riguroso turno y en una habitación que compartiremos Carmen y yo con Mauro. Personalmente estoy seguro de que dormiré como un tronco porque arrastro mucho sueño. En este aspecto hemos tenido la primera bronca con Peter, ya que en nuestro itinerario figuraba un "hotel de sal" como lugar de hospedaje para esta noche y no ha sido así, diciéndonos que como el salar estaba cubierto de agua, no se podía acceder hasta allí, echando la culpa a la agencia chilena por ofrecer un servicio imposible en estas fechas y que él ya les había avisado de que no lo hicieran. Tamara se ha enfadado mucho porque tenía ilusión de dormir en este tipo de hoteles y específicamente lo había consultado con la agencia, quienes se lo habían asegurado y confirmado que así sería. Automáticamente el tema de que el salar esté inundado ha dado pie a la duda de lo que mañana encontraremos allí y si compensará este tour, por su coste de dinero e incomodidad de lo que llaman un ¡¡¡ hospedaje básico !!!

Después de otra frugal cena en la que continúan suministrándonos ¡¡¡ pasta !!! para horror de Mauro que no se queja, pero que nos ha comentado que cuando sale de Italia no la prueba, ni tampoco el café, nos hemos ido a dormir con la pregunta tanto del tiempo que hará mañana, como de lo que nos espera ver en el salar.

Cuando nos hemos despertado hemos sentido una inmensa alegría porque lucía un sol radiante, lo que además de ir al salar en las mejores condiciones de esta época, nos garantizaba el retorno por la tarde al altiplano saliendo de Uyuni.

Peter todavía con cara bastante seria nos ha dicho de ir a desayunar al borde del salar, para lo cual llevaba algo de comida en el coche. Cuando hemos llegado y hemos visto el paisaje, se nos ha bajado la moral. Desde la orilla lo único que se apreciaba era un lago enorme y feo, puesto que el agua tenía una capa de espuma grisácea que impedía ver el efecto de espejo que tanta fama le ha dado.

Realmente pensábamos que lo mejor era marcharnos de allí y volver al altiplano para al menos poder disfrutar de su entorno, mucho más agradable que el del salar. Con un ambiente bastante decepcionante hemos desayunado lo poco que Peter había llevado, cuando ha comentado que nos internaríamos con el coche a través del salar hasta donde estaba permitido, unos kilómetros hasta llegar a un museo construido con sal que marcaba los límites autorizado.

El paisaje ha cambiado y el agua se ha vuelto como un espejo, lo que nos ha dado ánimos para descalzarnos y pasear por el salar sacando las curiosas fotografías que se generan con el juego de reflejos y tamaños por la distancia entre objetos. La cámara ya llevaba un par de días dándome problemas porque se comportaba de forma errónea: disparando el flash nada más ponerla en "on" y sin disparar, impidiéndome en la mayoría de las ocasiones acceder a visualizar las tomas realizadas, ni tampoco comprobar las configuraciones del menú. Así que como he podido, he ido tomando fotografías, confiando en mi buena suerte para obtenerlas con un mínimo de calidad. Entretanto comentábamos entre el grupo, la personalidad extraña de Peter, lo poco que nos contaba y que su comportamiento no nos daba mucha confianza, dejándonos que nos desanimáramos. Cuando le he preguntado porqué no nos había dicho de que nos íbamos a internar en el salar, me ha contestado que lo bueno es la sorpresa.

De vuelta a Uyuni, Peter nos ha llevado a comer a su oficina, diciéndonos que el alcalde de la ciudad había cerrado todos los restaurantes y tiendas por problemas con los indígenas y que debíamos dar gracias a una señora que nos había podido preparar algo para comer, es decir, más pasta. La relación con el guía ya estaba bastante deteriorada cuando nos ha dicho que el coche estaba estropeado y que él no nos iba a poder llevar de vuelta a la frontera chilena, pero que otro guía y coche de la misma agencia se ocuparía de hacerlo. Allí que nos estaría esperando en la frontera el mismo coche que nos había llevado desde Chile, hacía unos días. Todo ha resultado ser falso y lo del alcalde una invención, porque los restaurantes estaban abiertos como así nos lo ha confirmado el nuevo guía, que además no pertenecía a su agencia sino a otra llamada "Estrella del Sur" con quien parece que habían llegado a un acuerdo entre ellas para transportarnos a nosotros. Mauro el italiano, se ha quedado en Uyuni porque mañana continuará su recorrido por Bolivia en solitario y con quien hemos quedado en vernos tanto en Donosti como en Bari, donde actualmente vive.

La verdad es que hemos ganado con el cambio de agencia porque el coche es mucho mejor y más rápido, incluso en el hospedaje en "Villamar" hemos podido ducharnos, cosa que con la agencia "Expediciones Sajama" ya nos habían avisado que no sería posible. Mañana continuaremos viaje hacia la frontera y parece que ya nos estamos acostumbrando a la altura, porque estamos a 4.500 m. de altitud y no tenemos dolores de cabeza.

Hoy la buena suerte y la casualidad ha solucionado una situación muy desagradable originada por una falta de comunicación entre las agencias: "Nomade", "Expediciones Sajama" y "Estrella del Sur". El hecho es que después de levantarnos a las 5 H. de la mañana para ir a la frontera boliviana, hemos pasado más de 2 horas en tierra de nadie entre fronteras con un frío enorme y sin que nadie apareciera a recogernos, y después de las mentiras detectadas en las conversaciones con Peter, ya no creíamos que apareciera el coche que nos había asegurado que vendría a recogernos.

Ante esta situación y la imposibilidad de hablar por teléfono con nuestra agencia debido a falta de cobertura, he comenzado a preocuparme de encontrar un vehículo donde meternos como fuera los 4, para volver a San Pedro de Atacama, y allí dirigirnos a la agencia para aclarar la situación y pedir responsabilidades. Al ser los tours programados, en el único vehículo que he encontrado sitio y disposición a llevarnos previo pago de 10 $ por persona, era el de la propia "Estrella del Sur" que había venido con un nuevo grupo de personas y era grande con asientos libres. No obstante, una de las viajeras que había venido en él a la frontera boliviana, no tenía el correspondiente visado de salida de Chile, por lo que ha tenido que volver ella sola en el autobús hasta la frontera a por el sello de "Inmigración". Ha tardado 1 hora y 1/2 en ir y volver a la frontera y en ese tiempo no ha aparecido quienes debían llevarnos, por lo que hemos pagado el billete y nos hemos montado en el autobús de "Estrella del Sur".

Explicando al conductor la situación en la que estábamos, le hemos pedido que llamara a su agencia, porque habíamos vuelto con ellos desde Uyuni, y que preguntara si en el acuerdo que habían tenido entre las agencias figuraba el transporte hasta San Pedro de Atacama ¡¡¡ y así era, incomprensible pero nadie sabía nada !!! ni nosotros, ni el chofer que nos ha traído de Uyuni, ni el chofer del autobús de Chile, quien nos ha devuelto el precio del billete pagado. Lógicamente nada más pisar San Pedro de Atacama, me he dirigido a la agencia "Nomade" pero como es habitual no estaba el responsable, que lo único que parece hacer bien es recibir y responder los correos de Internet para cerrar y cobrar los tours. A pesar de haber ido varias veces a la agencia no he llegado a conocer al tal "Mauro", con nombre igual al del amabilísimo italiano que nos ha acompañado en el viaje y que se ha quedado en Bolivia.

En cualquier caso, y como sé que el correo si lo abre, le enviaré un enlace a esta página para que lea lo que estoy contando. En resumen, si algún seguidor de Viendomundo quiere visitar el Salar de Uyuni, pienso que debe tener en cuenta lo siguiente:

1 - Asegurarse de cómo se encontrará el salar, seco o inundado, porque la visita no tiene nada que ver en ambos casos. Cuando el salar está seco, los tour penetran por el desierto de sal sin problemas con acceso a muchos hoteles de sal y a la isla Pescador, pero no tiene el efecto de espejo, porque éste está asociado a la época de lluvias. En este último caso, la visita está muy restringida hasta el punto de que de un viaje de 4 días, en el salar sólo hemos estado 3 ó 4 horas, andando como tontos en un perímetro de 100 metros.

2 - Preguntando después en el pueblo cual era la agencia más adecuada para contratar un tour de este tipo, me han comentado que la mejor es "Estrella del Sur", porque la misma opera tanto en Chile como en Bolivia, lo cual aporta más garantía e que no te dejen tirado como a nosotros. No obstante, en el poco tiempo que estuvimos con ellos, oímos bastantes broncas de alguno de los grupos que llevaban por las ínfimas condiciones del llamado "Alojamiento básico". Después de esto, parece que no existe ninguna realmente recomendable.

3 - Estar alerta en todo momento, exigiendo lo que se contrata, los servicios incluidos, comidas en restaurantes o casas, los itinerarios y los hoteles concretos, con especial mención de la situación del salar y hasta donde se visita. Uno de loas aspectos importantes en el salar es la puesta de sol y creo que se debe ver siempre que la climatología lo permita.También preguntar el nombre de la agencia boliviana que se hará cargo del tour en Bolivia y en el caso de que sea "Expediciones Sajama" exigir a que le cambien por otra, o estar dispuesto a un engaño permanente y no saber en que momento te dicen la verdad.

4 - Evitar desde mi experiencia a las 2 agencias con las que hemos tenido la desgracia de caer "Expediciones Sajama" y "Nomade", que funciona muy bien ¡¡¡ virtualmente!!! es decir en Internet, pero que aparte de ahí mejor ni pisar su oficina.

Como habitualmente suelo hacer, me pongo a disposición de quien necesite más información sobre el tema o aclarar dudas. El viaje al salar, es largo, incómodo y con posibilidad de tener problemas con el mal de altura, así que si encima te sientes estafado y tampoco ayuda el carácter huraño de los bolivianos del altiplano a quien parece que les debes siempre dinero, te entran ganas de no volver nunca más ni a Chile ni a Bolivia, cosa injusta por otra parte.

Si en el diario de viaje de ayer, sólo había quejas de las agencias utilizadas y del guía que nos acompañaba, hoy ha sido todo lo contrario. Una agencia llamada "Cumbres 6000 " con quien dejamos contratada antes del viaje al Salar de Uyuni, una visita al "Valle del Arco Iris", ha sido el polo opuesto. Un tour poco habitual visitando un destino que pocas agencias lo ofrecen, nos ha parecido una estupenda excursión de 5 horas de duración, acompañados de una agradable pareja de chilenos y de Daniel, el propietario de la agencia que ha estado perfecto en sus comentarios, sin resultar pesado y dando las explicaciones justas y referencias históricas necesarias para entender el motivo de algunas cosas que hemos visto, al margen de la belleza natural propia del lugar.

El valle está compuesto por diversos minerales que aportan distintos colores a los estratos de piedra y arcilla: rojo, verde, plomo, gris, etc, que hace que el nombre de "Arco Iris" sea el mejor para describir un curioso paisaje multicolor.

Parte de la visita ha sido a una zona en la que Daniel nos ha mostrado como los indígenas se defendían de los conquistadores españoles con sus reducidos medios, pero con gran ingenio, camuflándose en unas defensas llamadas pukarás, invisibles para quienes entraban en el cañón atraídos a una encerrona por guerreros indígenas que hacían de cebo.

También la visita contemplaba unos petroglifos muy bien conservados pero que no han despertado demasiado nuestro interés porque se mostraban ¡¡¡ muy perfectos!!! en su dibujo, lo que me ha llevado a comentar en broma que debían haber sido realizados por el artista de la tribu y que era extraño que la erosión que se apreciaba en el resto de la piedra no hubiera afectado a los petroglifos. También hemos jugado a un juego que consistía en pedir un deseo y tirar una piedra a un hueco de la roca en la que ya había otras piedras, para conseguir dejar la nuestra en el hueco y hacer caer sólo una de las que había allí, sustituyendo una por otra. En caso de conseguirlo el deseo se cumpliría. Daniel nos ha comentado que en todos los años que llevaba allí sólo una vez había visto conseguir este objetivo. Hemos empezado a tirar y cuando me ha tocado a mí, he lanzado la piedra apuntando a un lugar que he pensado que sería el mejor, pero la piedra no me ha hecho caso y ha ido donde ha querido. No he acertado a dejarla donde yo pretendía pero curiosamente ha golpeado en otro sitio desplazando sólo una piedra hacia el suelo y quedándose ella allí. Ha habido una exclamación de júbilo en el grupo y Carmen riéndose me ha dicho que estaba segura de que se me había olvidado previamente pedir un deseo, cosa muy cierta, porque concentrado en donde y cómo tirar la piedra no había sido capaz de pensar en nada más. Bueno, por lo menos Daniel a partir de ahora tendrá que decir que ha visto a 2 personas conseguir el juego. Lo de que se cumpla algún deseo, es otra cuestión muy diferente.

Comentando con el grupo la diversidad de destinos diferentes que uno puede visitar en Chile nos han recomendado uno de los mejores llamado "Catedrales de Mármol" en la Patagonia Austral, enseñándonos unas fotografías de como el mar y el viento han modelado unas grandes rocas con pasillos de paredes blancas. Nos lo apuntamos para una próxima visita a este país.

Un hecho curioso ha sido que mi cámara fotográfica ha vuelto a funcionar con normalidad. Comenzó a comportarse de forma extraña cuando subimos al altiplano y durante todo ese tiempo y también en el Salar de Uyuni, no respondía a lo que se le pedía. De vuelta a San Pedro de Atacama, todo ha vuelto a la normalidad y en ningún momento me ha dado problemas. La razón parece ser la gran cantidad de litio que se concentra en los subsuelos tanto del altiplano de Bolivia como del Salar de Uyuni y que sin duda afecta al mecanismo de forma considerable. De hecho, las baterías que uso son de litio.

De vuelta de la visita hemos comido en San Pedro de Atacama y de seguido cogido el autobús con destino a "Calama", donde nos esperaba el estupendo hotel "Sonesta" en promoción por ser domingo, del que estamos disfrutando más de lo habitual, después de haber retornado del ¡¡¡ principio de los tiempos y del hospedaje básico... !!! en Bolivia.

Un día intrascendente de dejar pasar las horas para ir enlazando los aviones que nos llevarán hasta nuestro nuevo destino en México. Por la mañana con "LAN" , una compañía que me gusta por como presta los servicios aéreos, hemos retornado a Santiago para pasar las últimas horas en Chile. Coincidimos con una cumbre en la que los jefes de estado europeos se encuentran reunidos con los de Sudamérica y enseguida nos lo han comentado nada más llegar al aeropuerto.

Después de dejar el equipaje en consigna, hemos cogido el autobús y el Metro para ir al centro de Santiago, que por otra parte en domingo se encontraba bastante vacío y triste. La zona del funicular que sube al "Cerro San Cristóbal" era la que concentraba más gente por la cantidad de centros de artesanía y restaurantes que hay.

Hemos vuelto con bastante antelación al aeropuerto u ahora nos encontramos en el Aeropuerto trabajando en la cantidad de fotografías sacadas, mientras esperamos que de nuevo "LAN" nos lleve en la noche a México D.F. para iniciar otra etapa de este viaje.

A las 6 H. de la mañana hemos llegado a México D.F. en un viaje tranquilo y en el que hasta he dormido un poco. Carmen no lo ha conseguido, pero gracias a los sistemas de entretenimiento que había en el avión no se le ha hecho demasiado pesadas las 9 horas de viaje.

Directamente nos hemos dirigido a coger el coche de alquiler reservado en "Thrifty" y sin entrar prácticamente en la capital, el Gps TomTom que llevo nos ha sacado hacia el norte, soportando algunos de los tapones tan frecuentes en esta megaciudad. Carmen enseguida se ha dormido y después de un par de horas a mí también me ha entrado sueño y como no he querido correr riesgos innecesarios hemos parado en "Querétaro", una ciudad de la que ya habíamos oído hablar mucho por su centro histórico declarado "Patrimonio de la Humanidad".

Nos hemos hospedado en un hotel céntrico y después de recuperarnos un poco con un corto sueño, hemos salido a comer y ver la ciudad. Lo primero que nos ha llamado la atención ha sido la buena relación de calidad/precio de la comida y del hotel. Sin duda, México es mucho más barato que Chile.

Durante toda la tarde los paseos por el Centro Histórico han sido nuestra principal actividad, volviendo pronto al hotel para recuperar las horas de sueño perdidas. Mañana continuaremos viaje hasta "San Miguel de Allende", otra ciudad recomendada por sus callejuelas en cuesta y sus numerosas iglesias.

Cambio de ciudad colonial dentro de un área reducida de kilómetros. San Miguel de Allende es entre otras cosas muy conocido porque se ha constituido como uno de los destinos preferidos por americanos de la 3ª edad, en donde pasan largas temporadas. A pesar de la influencia extranjera San Miguel ha sabido conservar el encanto de los edificios antiguos de su "Centro Histórico" que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad.

Antes de salir de Querétaro, Carmen quería ver su acueducto lo que nos ha costado un buen rato encontrarlo debido a que el Gps nos ha llevado a un lugar distinto, tal vez, a algún negocio que tenía el mismo nombre que el acueducto. El caso es que hasta media mañana no conseguíamos ponernos en carretera con dirección a San Miguel. Como apenas había 60 Km. de distancia entre ambas ciudades, para la hora de comer ya entrábamos en el hotel "Best Western Monteverde" que lo hemos encontrado en promoción y que nos ha encantado nada más verlo. La comida en el jardín del hotel ha sido estupenda y nos ha sorprendido la gran calidad de su cocina y el coste tan reducido de los platos. A título de ejemplo: 1 estupendo carpaccio de carne de res macerado con tequila y otras cosas más, nos ha costado 4 €, y así el resto de platos.

La tarde, la ha ocupado una visita a la ciudad y su "Centro Histórico" en el que se concentran cantidad de casas coloniales muy bien conservadas y muchas iglesias con fachadas de alegres colores. Para la cena, hemos vuelto de nuevo al restaurante del hotel para aprovechar su exquisitez y sus precios. El cocinero con quien ya habíamos contactado por la mañana nos ha vuelto a sorprender con unos elaboradísimos platos de los denominados cocina de fusión. Es la primera vez de las 4 que hemos venido a este país que disfrutamos comiendo, porque siempre la excesiva cantidad de chile que empleaban en los platos, suponía un problemas para nosotros. Además el cocinero ha quedado en prepararnos para mañana un "Chile Poblano" que es una tradición aquí.

Increíble, el cambio que hemos tenido con las comidas en un par de días, pasando de la ¡¡¡ escasa zaborra boliviana !!! al mimo y calidad suprema de la cocina mexicana.

Después de una noche muy descansada en la que hemos dormido bastantes horas disfrutando de la bonita y fresca habitación que teníamos y haber tomado el correspondiente desayuno que estaba incluido en el precio de la promoción, nos hemos montado en el coche y puesto dirección a "Atotonilco" para visitar un santuario que en la actualidad es un objetivo de peregrinos y penitentes de todo el país. Allí acudieron en 1810 un grupo de rebeldes independentistas para tomar el estandarte del santuario de la Virgen de Guadalupe como bandera.

La verdad es que la visita a pesar de que Carmen me ha llevado por el camino viejo sin asfaltar para conocer mejor el entorno, apenas nos ha durando 1/2 hora, por lo que a media mañana ya estábamos de vuelta en San Miguel de Allende,

Hoy la comida la hemos hecho a base de fruta porque tenemos cena especial de "Chile en nogada" y queríamos estar en condiciones de apreciar la obra del buen cocinero de este hotel. El resto de la tarde la hemos pasado recorriendo y buscando nuevos rincones en el pueblo y viendo iglesias con mucha tranquilidad. Y es que este pueblo invita a deambular por sus calles descubriendo preciosas imágenes formadas por las casas coloniales y el rojo atardecer que se crea en la puesta de sol.

En ese momento hemos visto que estaban rodando escenas de una película con grandes medios y suministros eléctricos que conseguían que pareciese que en el escenario se había hecho de día.

Cuando entrábamos al hotel y nos acercábamos al restaurante, el cocinero nos ha dicho que tenía prácticamente todo preparado y nos ha aconsejado comer el plato exclusivamente y que si nos quedábamos con hambre recurriésemos a un postre. Esto no ha sido necesario porque el "Chile en nogada" tiene muchos ingredientes que te dejan satisfecho. La principal tarea que se ha tomado en nuestro caso el cocinero, ha sido la eliminación de pepitas, telillas y de todo lo que pudiera producir picor de los "chiles poblanos" procedentes de Puebla que se utilizan. Este es uno de los platos más populares de México y aunque a veces picaban un poco nos han gustado lo suficiente como para no dejar nada en el plato.

El precio aún de este plato tan elaborado, ha sido de nuevo muy barato y cuando entrábamos en la habitación se me ha ocurrido mirar en Internet el precio de la habitación en fin de semana. He podido comprobar que se triplicaba al pagado por nosotros, aparte de que ya no quedaban habitaciones libresa partir del viernes próximo. Sin embargo, los días entre semana que hemos estado, estaba prácticamente vacío y hemos comido solos en el comedor. En cualquier caso, me imagino que el servicio de restaurante no estaría en promoción.

Con pena esta mañana hemos dejado el hotel "Best Western Monteverde" y el pueblo de San Miguel de Allende, en donde hemos pasado un par de deliciosos y tranquilos días entre casas coloniales e iglesias. Los escasos 70 Km. que había hasta Guanajuato nos han llevado menos de 1 hora, así que en cuanto llegábamos al hotel "Casa Mágica " y nada más dejar el equipaje, salíamos a recorrer esta ciudad de la que habíamos oído hablar mucho.

En un autobús de línea o "camión" como lo llaman aquí, nos hemos desplazado al centro por una intrincada red de carreteras subterráneas que para sí quisieran muchas grandes ciudades del mundo desarrollado. Era como desplazarse en Metro, pero en lugar de vagones, el camión desempeñaba la misma función, a veces emergía como un topo pero enseguida volvía a coger otro túnel. Pensando en que no podían haber hecho esa descomunal obra en una ciudad pequeña, hemos recordado que Guanajuato fue una importante zona de minas de plata, por lo que la extensa red subterránea actual se tenía que deber a una reconversión de las galerías de las antiguas minas. El caso es que nos hemos llevado la primera sorpresa agradable de las varias que después hemos tenido.

Enseguida hemos apreciado el glorioso y opulento pasado de Guanajuato en sus preciosos y muy cuidados edificios coloniales que inundan sus calles, entre numerosas iglesias y mercados. Nos habían recomendado subir a un mirador en el que se encontraba el monumento a "El Pípila" y siguiendo el consejo, hemos tomado un pequeño y nuevo funicular que nos ha subido rápidamente. El monumento era lo de menos, porque parecía un armatoste de piedra amenazando a la bellísima Guanajuato que a sus pies se extendía por una hondonada rodeada de cerros. La vista era maravillosa porque parecía que estabas suspendido sobre centenares de casitas de colores y torres de iglesias.

De vuelta a las calles de la ciudad, no parábamos de admirar las casas y plazas cuando nos hemos introducido en un mercado y enseguida nos ha apetecido pararnos a comer en un puesto que lucía especialmente limpio y ofrecía pescados y mariscos. Hemos pasado de la comida mexicana de fusión del hotel de San Miguel de Allende, a la comida popular del marisco en olla y al ceviche, que en ningún caso han desmerecido nada. Nos hemos visto en la obligación de felicitar a la señora porque realmente los platos eran riquísimos a la vez que muy baratos.

Otra recomendación que teníamos era visitar el museo de las momias y aunque no nos gustan estas cosas tétricas, nos hemos acordado de la forma tan curiosa de tratar a los difuntos en la noche de los muertos que vimos hace años no muy lejos de aquí, así que hemos entrado en el museo. Muy curioso sería la forma de definir este museo porque tal y como pensábamos no resultaba nada escabroso, incluso cuando presentaban momias de niños. Estas momias eran naturales y el efecto de momificación se debía a la sequedad del clima de la zona que en apenas 6 años ha ejercido esta acción. Las momias tenían nombres y apellidos de los difuntos e incluso algunos mensajes graciosos con los que tan bien tratan este tema los mexicanos. Había bastantes niños viendo las momias y no parecían estar intimidados por lo que veían.

En resumen, un precioso día en la ciudad colonial más bonita de cuantas hemos visto a lo largo y ancho del planeta.