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Itinerario realizado por el país visitando los siguientes lugares de interés:
Otavalo
- Quito -
Mitad del Mundo -
Volcán Cotopaxi -
Baños -
Ruta de las Cascadas / Quito -
Guayaquil -
Cuenca -
Parque Nac. Cajas -
Ingapirca -
Isla de Santa Cruz (Galápagos) -
Isla de San Bartolomé (Galápagos) -
Isla de Isabela (Galápagos) -
Isla de San Cristobal (Galápagos) -
Guayaquil -
Manta -
Canoa -
Puerto López -
Parque Nac. de Machalilla -
Quito .
RESUMEN
Después de haber pasado un mes en Ecuador, visitando lo
que las guías de viajes aconsejan como atractivos del país,
debo decir que pocas cosas nos han gustado, lo que en un balance
global sitúa la visita que hemos realizado como poco recomendable,
desde el punto de vista turístico, cuando en América
del sur hay otros países que merecen mucho más ser
un destino turístico. Y la realidad ha sido que salvo en
las islas Galápagos y algunos jóvenes extranjeros
en Puerto López, pocos turistas hemos visto.
Otavalo, Quito, el volcán Cotopaxi, Guayaquil, Baños,
las islas Galápagos y el Parque Nacional de Machalilla, donde
la naturaleza o la historia los han premiado con un notable, son
excepciones, el resto muy poco tiene que ofrecer al visitante. Desde
unas infraestructuras muy básicas, una gastronomía
muy repetitiva en la que el arroz, las lentejas y los patacones
(que los conocemos como banana frita) te acompañan a todas
horas. Si a eso le añades el estratosférico ruido
de música pachanguera, parecen que se han aliado para que
salgas huyendo del país. En definitiva, tal como era nuestro
país hace bastantes décadas y que en la actualidad
nos parece incomprensible que nos pudiera gustar. Ecuador es el
país donde se conoció la evolución, pero está
claro que no es la de las costumbres y de la educación.
Alguien pensará que ¿Cómo puedo hablar así
de Ecuador cuando está allí nada más y nada
menos que las Islas Galápagos, un estandarte de nuestra evolución
como especie y en la que la naturaleza virgen se preserva contra
todas las amenazas del hombre. Pues bien, después de 10 días
estando controlados como prisioneros a los que sólo les falta
que les aten con cadenas, todo por una particular e interesada visión
de como explotar una maravilla natural, terminas por restar importancia
a lo que realmente tiene: la vida animal en un estado puro. Un término
que queda muy bien para los anuncios, pero que es más que
discutible que se de en las islas. Excursiones gestionadas por las
agencias y con la obligación de contratar guías locales,
son la única forma de poder ver: iguanas, tortugas, fragatas,
pingüinos y demás. Dándote la sensación
de haber entrado en un gran zoo lleno de barreras poco naturales.
Salvo en alguna playa como Bahía Tortuga de la isla de Santacruz,
en la que puedes andar libremente por su playa y encontrarte con
iguanas que salen del mar, el resto de visitas son muy condicionadas
y después de haber pagado los abusivos precios de todo, terminas
por preguntarte, si no hubiese sido mejor ver un documental en la
televisión que además de ser más barato, no
te sientes ¡¡¡ sableado constantemente ¡¡¡
y sin tener que esperar la época adecuada para ver las ballenas
jorobadas, o los rojizos cuellos hinchados de las fragatas.
Lo que si cabe destacar es la amabilidad de sus gentes, por lo
menos las de buen vivir que son la mayoría, aunque también
hay mucho ratero y delincuente que te obliga a estar tan pendiente
de todo el que se te acerca, llegando a agobiar un poco el tener
que estar constantemente y sin descanso con todos los sentidos alerta.
Si alguien me preguntara si merece la pena venir, le diría
que siempre se aprende algo y que se disfruta, pero han sido tan
escasos esos momentos, que puede que no compensen. De hecho, las
sensaciones que tenemos a la hora de escribir este resumen en el
propio aeropuerto, es que nos marchamos contentos de cambiar de
país y creo que con eso está dicho todo. |
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