El tema del terremoto ocupa todos los titulares de la información, centrándose principalmente en el vandalismo que existe en determinadas zonas de Santiago, donde la policía intenta controlar la violencia callejera y los asaltos a edificios y comercios, realizados en muchos casos por delincuentes escapados de las cárceles que vagan cometiendo fechorías. Ya existe un saldo de varios presidiarios muertos a cargo de los funcionarios policiales.

Con esta perspectiva de seguir los acontecimientos para conocer hasta que punto nos interesa volver a Santiago, hoy hemos cogido un autobús en Iquique y durante más de 5 horas hemos viajado por el desierto entre enormes montañas de piedra y arena, subiendo y bajando quebradas hasta que hemos llegado a Arica. La ciudad más al norte de Chile, frontera con Perú y que en su momento perteneció a este último país.

Nada más llegar nos hemos ocupado de organizar el viaje de mañana a Arequipa (Perú) vía Tacna, para empezar una visita a diferentes puntos de interés como son : el lago Titicaca, Cuzco, Machu Picchu, Lima e Iquitos en el Amazonas.

Hoy estábamos comentando la suerte que hemos tenido al iniciar nuestra visita a Chile por el Sur e ir subiendo al norte, y que por milagro nos hemos librado ya no sólo del riesgo que conlleva el terremoto y los tsunamis en sí mismos, sino también de las consecuencias posteriores de delincuencia, vandalismo, etc. En momentos como éste te das cuenta la importancia que tiene el contar con un buen sistema de comunicaciones aéreas en un país tan grande como es Chile. Todos los vuelos incluidos los domésticos pivotan en Santiago, es decir, no existe prácticamente la posibilidad de volar entre 2 ciudades sin pasar por la capital, así que al cerrarse este aeropuerto ha supuesto que el país se quede colapsado. De ahí la inmensa suerte de que el terremoto nos haya cogido en el desierto de Atacama y con salida del país por carretera, por lo que estamos siguiendo nuestro itinerario previsto sin problemas.

Lo que si nos estamos planteando es cambiar la última semana que pensábamos pasar en Chile, precisamente en los lugares en los que el terremoto ha ocasionado mayores destrozos: Valparaíso, Pichimelu, Talca, etc., y ampliar nuestra visita a Perú. Tenemos unas 3 semanas para decidirnos y actuaremos en función del grado de normalización que haya, sobre todo en las calles.

Esta segunda visita a Chile ha tenido 2 vertientes muy diferenciadas: Un antes y un después del importante terremoto con tsunami incluido, que asolaron la zona central y costera de Chile incluyendo Santiago, y las sucesivas réplicas que se han extendido a lo largo del país.

Al desastre natural hay que añadir el vandalismo desatado, consecuencia del escape de prisiones de numerosos delincuentes que han atemorizado a la población durante muchos días con: saqueos, auténticas batallas campales y muertes por disparo.

Una primera parte en la que disfrutamos muchísimo, destacando nuestras visitas a: las "Torres del Paine" y a la "Isla de Pascua". El tiempo colaboró de forma que por fin pude disfrutar de uno de los paisajes montañosos más bonito de nuestro planeta, con caminatas duras e intensas, pero que merecían la pena ante la visión de imágenes espectaculares como las que se dan subiendo al "Mirador de las Torres del Paine", o profundizando hacía los preciosos "Cuernos del Paine". La otra visita a la " Isla de Pascua" también fue maravillosa, alquilamos una motocicleta y durante 3 días estuvimos recorriendo las isla visitando numerosos grupos de moais y disfrutando de la preciosa playa de "Anakena" y de sus aguas cristalinas.

Nos enteramos del terremoto cuando estábamos en San Pedro de Atacama y a partir de ahí cambió todo. Si bien la meteorología ya había hecho de las suyas y nos había obsequiado con lluvia nada menos que en el desierto más seco de la Tierra, en el que hacía más de un año que no había caído una gota. El riesgo permanente de tsunamis y de continuas réplicas que parecían seguir nuestros pasos conforme nos desplazábamos hacia el norte del país por la costa, nos obligó a cambiar los planes de regresar a Chile y a la zona de Valparaíso, muy castigada tanto por el desastre natural, como por la situación de violencia existente en la calle, y volver a casa desde Lima en Perú.

Hemos abandonado Chile por la frontera terrestre, entrando en Perú. Íbamos en un taxi colectivo y sin problemas hemos cruzado la frontera bastante rápido. En el lado peruano he encontrado un cajero automático y como no llevaba moneda peruana (soles), he intentado sacar con mi tarjeta. Pues bien, el cajero ni me ha dado dinero ni me ha devuelto la tarjeta en condiciones extraerla de la ranura de entrada. Quedaba enganchada asomando sólo un poco pero insuficiente para sacarla y a pesar de involucrar a un policía de seguridad que allí había y que también ha intentado extraerla, la máquina se la ha tragado. Está visto que mis entradas en Perú son bastante aciagas en el tema de tarjetas, porque la vez anterior también me quedé sin tarjeta en un cajero del aeropuerto, aunque esa vez fue un descuido mío que se me olvidó retirarla, porque hay un límite bastante bajo por operación y debes realizar varias para sacar una cantidad normal de soles. Menos mal que llevo varias tarjetas en previsión de situaciones como la que se ha dado.

En Tacna hemos cogido un autobús y tras 6 horas de viaje llegábamos a Arequipa, dirigiéndonos al hotel " Casa de Ávila ", quienes se acordaban de mi anterior estancia. Enseguida nos hemos puesto a organizar las visitas de los próximos días y nos hemos llevado un chasco al conocer que debido a las intensas lluvias habidas en la zona de Cuzco es imposible acceder a Machu Picchu, porque tanto las vías del tren como los caminos terrestres han sufrido desperfectos y por el momento se encuentra cerrado el yacimiento arqueológico.

Hemos tenido que reacondicionar los itinerarios que teníamos previstos, dejando para el final del viaje el tema de Machu Picchu, aunque todo parece indicar que hasta el próximo mes de abril no se abrirá de nuevo, por lo que tendremos que dejarlo para otra ocasión.

Por la tarde hemos salido a dar una vuelta por Arequipa y hemos cenado cuy, un plato típico del Perú basado en un roedor que tiene un aspecto no muy agradable pero que es muy sabroso. A Carmen le ha gustado mucho, por lo que repetiremos este plato de nuevo.

Las noticias que continúan llegando de Chile son que sigue siendo cada vez más complicada la situación en Santiago y en Concepción, con más muertos, tanto originados por el terremoto como por la policía intentando no perder el control de la población.

Por primera vez en todo el tiempo que llevo viajando, la comida me ha sentado mal. Un plato picante llamado "rocoto" que es una especie de pimiento muy picante relleno de carne y pasas que había compartido con Carmen fue la causa de mi malestar. He pasado una mala noche hasta que al final he podido vomitarlo, sintiendo un gran alivio.

Por otra parte, debo decir que he tenido suerte porque me ha ocurrido en un día en el que no teníamos nada especial que hacer, salvo visitar la ciudad de Arequipa. He estado todo el día muy cansado consecuencia de la paliza que te da este tipo de problemas intestinales a lo que se añade la altura y el implacable sol que al mediodía te abrasaba. No he querido comer nada en todo el día, salvo fruta en la cena y ahora ya me encuentro bien para abordar la excursión de mañana al cañón de Colca, el segundo más profundo del mundo con entre 1.000 y 3.000 m., por detrás de su vecino el Cotahuasi, 150 m. más profundo. De cualquier forma, lo más importante de Colca es admirar como planean los cóndores aprovechando las corrientes de aire a primera hora de la mañana cuando salen a comer.

Por lo demás Arequipa es una de las ciudades más bonitas de Perú, con cantidad de iglesias, monasterios y casas coloniales, que le dan un aire festivo permanente.

Hoy soy parco en palabras porque quiero meterme en la cama cuanto antes, ya que mañana tenemos que madrugar un poco.

Dentro de un grupo multirracial compuesto por: peruanos de diversas partes del país, holandeses, japoneses, una canadiense, una inglesa y un venezolano, hemos salido por la mañana con destino a Chivay, pueblo que se encuentra a la entrada del cañón de Colca para pernoctar y salir temprano al día siguiente para subir a la altura desde la que se pueden divisar los cóndores.

Un viaje bastante pesado de varias horas por caminos de tierra y en los que alcanzas los 4.900 m. de altitud con el consiguiente "soroche", como le llaman aquí al mal de altura.

Te pasas todo el rato comiendo caramelos de coca, tomando infusiones de lo mismo y si puedes soportar el mal sabor, mascando su hojas también.

Hemos llegado al mediodía y después de comer y por hacer tiempo porque poco hay que ver en este pueblo, nos hemos acercado a un rústico balneario de aguas termales. Si bien, Carmen y yo nos hemos ido a pasear por el valle hasta que diese la hora de regresar. Nos ha llovido al final del día y hemos asistido a una cena con danza y música de la zona que ha estado bastante entretenido.

La temperatura por la noche ha bajado notablemente y he acertado al pedir un cambio de hotel porque me ofrecían el mismo del año pasado que no me gustó. Por lo menos en este hotel llamado "Colca Inn" el agua de la ducha es muy potente y agradable.

Hoy nos ha despertado otra noticia preocupante. Esta noche ha habido otro terremoto aunque de menor intensidad en Calama, al norte de Chile, donde hace unos días estábamos nosotros y se ha dejado sentir en Arequipa (Perú). Parece que los fenómenos naturales vienen detrás nuestro siguiendo nuestro itinerario y esperamos que terminen aquí. Además los periódicos contribuyen a crear un ambiente todavía más negro. Los titulares que aparecían eran ¡¡¡ AREQUIPA ESTÁ SENTENCIADA ¡¡¡ El director de la agencia de seguridad nacional alertaba de un ¡¡¡ TERREMOTAZO !!! que se esperaba que pudiera darse en cualquier momento y esta vez en Perú. En fin, toda una alegría que invita a desaparecer de estas latitudes. Nosotros por nuestra parte, continuaremos con nuestro itinerario y mañana partiremos hacia Puno a orillas del lago Titicaca, con la esperanza de seguir escapando aunque sea por poco de las calamidades que parecen perseguirnos.

En cualquier caso ya hemos tomado la decisión de no retornar a Chile y volver a casa directamente desde Lima, para lo cual y gracias a la buena gestión de nuestra amiga Miren de la agencia " Kultour Bidaiak ", ya tenemos los billetes de avión.

En referencia al día de hoy tengo que decir que no hemos tenido suerte. Después de levantarnos muy temprano para estar en la Cruz del Cóndor a la hora prevista y después de asistir a un coñazo de viaje, tanto en los pedregosos caminos por los que hemos transitado con paradas visitando algunas iglesias medio ruinosas, como por el guía que se explayaba con datos que a nadie interesaban, los cóndores no han querido salir a ¡¡¡ animar un poco la fiesta !!! y salvo un par de ejemplares que hemos visto más bien en la lejanía, porque parece ser que hoy se daban allí las corrientes térmicas, en la zona habitual de vuelo no ha habido ninguno, por lo que todos los presentes nos hemos quedado con las ganas.

Para rematar nos ha llovido a la vuelta lo que ha originado que hayamos tardado más de 5 horas en llegar de nuevo a Arequipa, donde la temperatura y el tiempo eran muy agradables.

Uno de esos días de los que esperas mucho y no consigues nada, el cual borraremos de nuestra memoria y me quedaré con la visita que hice el año pasado a este mismo cañón en el que tuve muchísima más suerte. Quien no ha podido disfrutar de los cóndores ha sido Carmen, que además ha tenido por momentos los efectos del "soroche".

Seguimos nuestro periplo por el sur de Perú y hoy hemos cogido un autobús de la compañía "Cruz del Sur" con destino a Puno, ciudad situada a orillas del lago Titicaca. El viaje ha sido muy confortable y gracias a las películas y a los buenos asientos que teníamos, las cerca de 6 horas que hemos tardado se nos han pasado muy rápido.

Nos estaba esperando personal del hotel " Don Julio " a quienes ya conocía, en la estación de autobuses y después de instalarnos en una bonita habitación esquinera y con grandes ventanales al lago, hemos salido a comer.

Por la tarde hemos visitado una calle en la que había un mercadillo con cientos de puestos en los que había de todo y además organizado por zonas: droguería, verduras, etc.. Era la zona donde los residentes de Puno y de las islas del lago hacían las compras, parecía El Corte Inglés versión callejera y posiblemente con más productos diferentes.

Poco más que contar de un día caracterizado por un desplazamiento en autobús y también porque no hemos oído nada acerca de terremotos. Aquí cada uno va a lo suyo que bastante tiene, como para preocuparse de desgracias ajenas.

Estamos a 3890 m. de altitud y la vuelta al hotel que está en una pequeña cuesta ha sido un poco dura, teniendo que parar un par de veces por el "soroche" y porque nos faltaba aire para respirar.

Mañana iniciaremos un recorrido por las islas del lago Titicaca que durará 2 días, visitando: las islas de los uros, Amantani y Taquile.

Con bastante buen tiempo hemos embarcado esta mañana en el puerto de Puno y nos hemos integrado en grupo en el que no había ninguna persona que hablara el español. Tal es así, que le hemos dicho al guía que se llamaba Angel que hablase sólo en ingles, porque se le entendía perfectamente y no era necesario volver a repetir todo lo que decía. Uno de esos pocos guías bastante agradable y que ¡¡¡ no soltaba mucha chapa !!! no obstante, hemos hablado bastante con él fuera del grupo y en castellano, bien porque le ha hecho ilusión que me hubiese gustado tanto el lago como para volver por segunda vez y también me imagino, para descansar un poco del esfuerzo de hablar sólo inglés.

En primer lugar nos hemos dirigido a las islas de los uros, donde nos han recibido ¡¡¡ de manera muy entusiasta !!! principalmente porque viven del turismo y significaba que iban a ganar dinero vendiendo su artesanía. Nos han explicado como construyen las islas artificiales flotantes de totora, las sujetan al fondo para que no se las lleve las corrientes y la importancia que tiene la totora en sus vidas. Después de las lluvias las corrientes del lago impulsan hacia la superficie las raíces de totora que se han desprendido del fondo. Estas raíces que se cogen en capas de hasta 1 metro de espesor forman la base de las islas, uniéndolas entre ellas y anclándolas al fondo que está a unos 18 m de profundidad.

Las propias raíces se juntan con las de otras capas y se va formando la extensión de la base de la isla y sobre ellas se extiende la totora o juncos, creando así el asentamiento sobre el que después se construirán las casas e incluso algunos pequeños jardines, que también son de totora. Este junco da para mucho, puesto que también se come, siendo un alimento habitual de los uros que les protege del ineludible reúma, enfermedad muy común con esta forma de vida permanente en el agua.

Hemos continuado viaje en motora hacía la isla de Amantaní, donde nos han repartidos por familias, tocándonos la casa de Don Emilio, un señor que vivía con su esposa, una de sus hijas y 2 nietas. Era una casa de las "buenas" ya que disponía de luz eléctrica en la habitación gracias a un panel solar. El aseo era otra cuestión porque tanto el habitáculo exterior que hacía de excusado y el agua para lavarse no daban de sí, ni para para un mínimo de higiene personal.

Lo más bonito del día ha sido la puesta de sol, para lo que hemos tenido que subir al techo de la isla que sobrepasaba los 4.100 m. de altitud, con el consiguiente esfuerzo de caminar cuesta arriba a esa altura. A la bajada Carmen ha sufridos fuertes dolores de cabeza debido al llamado "soroche" y Don Emilio le ha aconsejado masticar un poco de hojas de coca y colocárselas en diferentes puntos de la frente.

Mañana por la mañana cambiaremos de isla antes de volver a Puno.

Temprano nos han llamado para desayunar, que al igual que la comida y cena de ayer ha sido de ínfima calidad.

Hemos cambiado de isla dirigiéndonos a Taquile, donde hemos realizado un paseo muy bonito rodeando la isla y ascendiendo hacia la plaza central.

Ángel nuestro guía, nos ha dado explicaciones de cómo y cuándo se fundó la isla y los sucesivos gobernantes, incluyendo la presencia española a través de un catalán que dejó su huella en los trajes típicos y habituales que visten los isleños, incluyendo la "barretina" que se usa en la vida cotidiana y que sorprende por ser tan diferente a la vestimenta que se usa en la isla de Amantaní

Después de comer en un restaurante que nos ha parecido estupendo en comparación a la gastronomía de ayer y donde hemos comido en compañía de un matrimonio canadiense y otro luxemburgués, hemos embarcado de nuevo para volver a Puno, lo que nos ha llevado 3 horas de viaje bajo un implacable sol que nos ha quemado a pesar de llevar protección.

Para la cena también hemos sabido elegir el restaurante porque nos han servido unos platos muy elaborados, de gran calidad y además baratos.

En definitiva, una bonita excursión con un tiempo estupendo y en la que hemos tenido que obviar la siempre sensación presente de ser unos privilegiados respecto a los isleños que si bien no llegan a pasar penurias, sí viven con unos mínimos recursos incluidos los de la alimentación. En cualquier caso y todo hay que decirlo, ¡¡¡ agua casi no teníamos para lavarnos pero hemos visto que tenían un aparato de televisión !!!.

Mañana abandonaremos el lago Titicaca y en autobús nos trasladaremos a Cuzco siguiendo nuestro itinerario.

La ruta de Puno a Cuzco la hemos cubierto en un autobús de la compañía " Inca Express " que ha realizado paradas para que visitásemos lugares considerados de interés. Aunque la vez anterior que hice este recorrido me pareció una pérdida de tiempo por las 9 horas que se tardan, este viaje con Carmen me lo he planteado más tranquilo y lo he repetido de nuevo.

La primera parada la hemos realizado en Pukara , donde hemos visitado un pequeño museo, nos han dado la chapa con la historia del lugar y la importancia del pueblo Quechua dentro de la cultura Inca.

A continuación hemos subido a La Raya, que está a 4.335 m de altitud y parece que ya nos hemos acostumbrado a la altura. Carmen ya no tiene dolores de cabeza y yo sigo durmiéndome en el autobús, que debe ser la forma en que me afecta a mí.

Continuando el viaje hemos parado a comer en la propia estación que tiene la empresa en Sicuani, sirviéndonos un bufete bastante bueno que estaba incluido en el billete. La siguiente parada ha sido en Raqchi unas ruinas arqueológicas bastante importantes y que realmente estaban muy bien.

La última parada ha sido en Andahuaylillas, en donde hemos visitado una iglesia llamada " La Capilla Sixtina de América" y el nombre lo dice todo. Me ha parecido tan denigrante como la vez anterior que la ví o más, porque ahora además la estaban restaurando. Extraña mucho el que en un pequeño pueblo exista semejante iglesia con pinturas, baños de oro y forja de plata en los altares, dando muestra de un poder religioso y una riqueza desmesurada respecto a la pobreza del exterior. Según parece se debe a que existía un templo inca y sobre los cimientos de éste los jesuitas edificaron eliminándolo y creando una iglesia en la que quedaba patente su extremo poderío, aunque después también aparecieron los dominicos para empeorar todavía más la situación, iniciándose guerras particulares entre ambas órdenes religiosas, dando como resultado el engendro actual, como por ejemplo: 2 púlpitos en una misma iglesia, uno de cada orden religiosa..

Conforme nos acercábamos a Cuzco hemos podido comprobar los destrozos ocasionados por las intensas lluvias que hace un mes destrozaron las casas y la agricultura de miles de familias. Actualmente viven en tiendas de campaña al borde de la carretera, mientras el gobierno les busca nuevos asentamientos para que puedan seguir subsistiendo en base al cultivo. Hace 4 días ha vuelto a llover intensamente, pereciendo varias personas y malogrando de nuevo las reparaciones que se venían realizando para volver a la vida normal. Machu Picchu está cerrado, lo que ha hecho que no haya turismo en Cuzco con el consiguiente problema económico, ya que el 60% de su economía está relacionada con el turismo. Agencias de viajes en quiebra, hoteles cerrados, carreteras cortadas por derrumbes, 6 Km. de vía de tren inutilizables y muy poca actividad comercial, son la nota característica actual y que según parece persistirá hasta primeros de abril, cuando se prevé que de nuevo Machu Picchu abra sus puertas, si no hay nuevas lluvias que lo impidan.

Para realizar la visita al Valle Sagrado hemos cogido un taxi pequeño denominado "tico" para todo el día, porque el precio compensaba respecto a un alquiler tradicional de coche sin conductor. Queríamos ver un diferente Valle Sagrado sin detenernos en los yacimientos arqueológicos, por lo demás, imposible de llegar a algunos de ellos, como el caso de Pisac, en el que la riada ha destrozado el puente principal de acceso.

Queríamos ver unas imágenes diferentes de este valle y nos hemos acercado primero a las terrazas circulares de Marey, donde de forma escalonada los incas realizaban su agricultura. El siguiente destino ha sido "la salinera de Maras", donde la sal es recolectada tras secarse en la colmena de un barranco por donde fluye un riachuelo de agua muy salada que surge de las entrañas de la tierra. Hoy la salinera no estaba en su mejor momento, debido a que las intensas lluvias han encharcado las pequeñas piscina, dándoles un tono marrón cuando lo habitual es que sean de un blanco intenso. A pesar de todo, nos han gustado mucho y hemos disfrutado de la visita.

Hemos comido en Urubamba y a primera hora de la tarde iniciábamos el regreso a Cuzco para visitar "Sacsahuamán" que significa "Halcón Satisfecho" y que son unas inmensas e impresionantes ruinas de carácter religioso y militar y en donde se puede apreciar grandes bloques de piedra milimétricamente encajados unos con otros y con una perfección difícil de igualar.

Por último hemos subido a la colina donde se encuentra una imagen de "Pachaquteq" y desde donde se tiene una buena vista de todo Cuzco.

Mañana volaremos a Lima, abandonando puede que temporalmente Cuzco, pero con la idea de volver de nuevo antes de nuestra vuelta a casa, si es que todo vuelve a la normalidad y abren Machu Picchu, dentro del tiempo que disponemos.

Sin novedad hemos volado de Cuzco a Lima con " Star Perú ". La noticia ha vuelto a saltar acerca de otra replica de terremoto en Chile con magnitud 7,2 y con riesgo de Tsunami, mientras hoy tomaba posesión el nuevo presidente de la nación Portillo.

Habiendo llegado a la capital de Perú en 1 hora y después de dejar las maletas en el "hotel Regency" del barrio Miraflores con una primera impresión un poco negativa por la relación calidad/precio, hemos decidido acercarnos para comer a un bonito centro comercial que yo ya conocía, situado en la costanera y con unas preciosas vistas al mar. Carmen no se podía creer lo que estaba viendo. Al igual que yo cuando llegué la primera vez a Lima esperaba encontrarme una ciudad bastante diferente. La clásica capital sudamericana como puede ser Santiago en Chile y sin embargo te encuentras con zonas muy desarrolladas y con gran calidad de vida. Por supuesto no todo Lima responde a esta característica pero me ha resultado muy agradable volver de nuevo al menos a este barrio de Miraflores.

Al atardecer nos hemos dirigido a las plazas de San Martín y a la de Armas, ésta última sin duda, una de las más bellas que yo he visto. Ya estaba anocheciendo y la espléndida iluminación le daba una espectacularidad sorprendente, además había mucho ambiente de gente paseando lo que le añadía ¡¡¡ vida !!! a una imagen de postal.

Tal vez me he pasado por presentar a Carmen de golpe dichos lugares. Ahora tengo el problema de encontrar otras visitas para mañana, que no desentonen con los que hemos visto hoy, sin duda para mí, los mejores de Lima.

Esta mañana conforme a la información que por diversos medios y agencias de viaje hemos recibido respecto a la fecha oficial de apertura de Machu Picchu y a la vista de que no podríamos visitarlo en este viaje, nos hemos decidido por dirigirnos a Huaraz y al Parque Nacional de Huascarán, cuando volvamos dentro de unos días del río Amazonas.

Tras visitar una agencia de viajes en la que gracias a la amabilidad de uno de sus empleados nos hemos enterado de las posibilidades, formas de desplazarnos y de los principales destinos de interés, hemos cogido un billete de autobús para viajar de noche, ya que es la única forma de llegar a Huaraz. No hay vuelos a esta ciudad, por lo que dormiremos una noche en los cómodos autobuses/camas de " Cruz del Sur ".

Una vez solucionado este tema hemos vuelto a disfrutar de la costanera y comer de nuevo unas ensaladas en el mismo lugar de ayer en un bonito centro comercial con vistas al mar. Ayer y hoy Carmen después de comer se ha sentido indispuesta, por lo que ha quedado claro que la ensalada de lechuga no le sienta bien, aunque yo también he comido lo mismo ambos días y no he notado nada anómalo.

Por la tarde, nos hemos acercado al barrio chino, donde lo único que no había eran precisamente chinos. Estaba inundado de peruanos y habré contado no más de una docena de asiáticos en la zona.

Para cenar y de forma que pudiéramos disfrutar de la preciosa plaza de Armas al anochecer, que es cuando mejor está, nos hemos desplazado cuando se ponía el sol y a pesar de haber cenado muy mal en una terraza, la vista que teníamos compensaba ¡¡¡ la dura rata que me han servido por cuy en la cena !!! y cuando me han preguntado que tal estaba, no he dudado en decirles lo que pensaba ¡¡¡ el peor cuy que he comido en Perú, pequeño, viejo y durísimo !!! No creo que le ha importado mucho al camarero porque se ha reído y hasta ha gastado alguna broma al respecto, asegurándome que la próxima vez que vaya me sacará uno espectacular.

Mañana abandonaremos Lima con destino a la selva del Amazonas en Iquitos, para recorrerla durante 3 días.

Cuando he ido a hacer el check-in por internet en " Star Perú " con quien volábamos a Iquitos he visto que habían retrasado la hora del avión de vuelta a Lima que yo utilizaré dentro de unos días, por lo que he tenido que acercarme a una de sus oficinas para aclarar la situación, ya que con el nuevo horario perdemos el autobús que tenemos cogido de noche para ir a Huaraz.

En la oficina les ha costado entender cual era el problema, cosa que no parece difícil de imaginar. Después me han dicho que sólo tenían un asiento libre para el vuelo que yo quería y como me he cabreado diciéndoles que por lo menos podían avisar de los cambios y no que me enterase por casualidad, han encontrado otro asiento libre.

Ya en el aeropuerto y esperando la salida del avión nos hemos acercado a un McDonnal's para desayunar. Pues bien, de nuevo he sufrido una indisposición por haber tomado leche, aunque fuera un poco y dentro del café. Cuando he llegado a Iquitos al hotel Amarillis, estaba hecho polvo, además el calor sofocante y la altísima humedad ha complicado la desagradable situación y me he tenido que meter en la cama incluso con fiebre, cosa rarísima en sí, decidiendo retrasar un día la visita al Amazonas y a la selva, porque no sé como me encontraré mañana.

Veré como me encuentro, pero ha quedado claro que si a Carmen le sienta mal el agua que se utiliza en Perú para limpiar las lechugas, a mí, es la leche la que me fastidia. Procuro no tomarla pero a veces se me olvida y un aeropuerto en principio me suele dar más confianza.

He pasado una noche muy mala. He dormido muy poco y con muchas pesadillas, por lo que me imagino que me habrá subido la fiebre. No obstante, por la mañana ya me encontraba bastante bien y lo primero que hemos hecho ha sido cambiar de hotel.

La única razón para repetir en este hotel ha sido lo bien que se portaron todos en mi visita anterior, enviándome saludos con posterioridad e instándome a que los visitara de nuevo, pero el ¡¡¡ segundas partes nunca son buenas !!! se ha dado esta vez. Nadie de la familia estaba en el hotel, por lo que no sé si ha cambiado de dueños, un aparato de aire acondicionado que parecía que estaba cabreado por lo que rugía. Bueno eso, hasta que se ha ido la luz y los rugidos han cesado, pero hemos empezado a sudar bajo un tufo insoportable que hasta parecía que nos íbamos a derretir, aunque igual me ha venido bien para bajar la fiebre. Cuando hemos bajado a desayunar nos han dicho en la recepción que la señora de la cocina no estaba y que no nos podían dar nada.

Así que, en una motocarro/taxi nos hemos dirigido al centro de Iquitos y cerca de la Plaza de Armas, hemos encontrado el " hotel Marañón ", un buen hotel con piscina incluida que la hemos utilizado por sólo un poco más de precio y muy bien situado.

Como ya me encontraba bien, hemos reservado una excursión de 2 días a la selva del Amazonas para mañana y ver de cerca como se vive en el río.

A media mañana, nos hemos dirigido al barrio de Belén, la llamada "Venecia del Amazonas" que cualquier parecido con la ciudad italiana es pura ficción. Es una zona muy pobre de Iquitos, a la que el año pasado accedí sin problemas, pero hoy, la policía nos ha aconsejado no ir por riesgo de robo y violencia que conllevaba andar por allí solos, ofreciéndose ellos mismos a acompañarnos por seguridad. En dicha situación, como yo ya la conocía y Carmen no mostraba mucho interés por ver tanta pobreza y suciedad, hemos preferido abandonar el lugar.

Mañana saldremos por la mañana a la selva y durante 2 días estaremos con la tribu Yagua, nos aleccionarán chamanes acerca de las cualidades de las plantas, visitaremos pueblos inmersos en el río, su flora y su fauna.

Parece que mejora nuestra estancia en Iquitos. Hoy me he reencontrado con Johny de la agencia " Paseos Amazónicos ", el guía con quien estuve el año pasado y del que tenía un buen recuerdo. Se acordaba de mí y de cuando me pidió que le quitara de la espalda una enorme tarántula, que se le había subido y que había dejado petrificado al monito Pepe que llevaba a hombros.

Ha sido un momento muy agradable, en el que hemos estado recordando anécdotas de mi viaje anterior y de lo diferente que es el Amazonas en función de la época en que lo visites. El año pasado era finales de mayo y el río estaba crecido, llegando a todos los sitios en canoa, mientras que hoy muchas de las zonas estaban secas y podíamos ir caminando.

La primera parada del día ha sido en el logde Sinchicuy, donde pasaremos la noche y en la que su responsable "Sr. Juan" se acordaba de mí, como el "hombre del laptop", porque lo dejaba cargando al anochecer, destacando de entre los teléfonos móviles del resto de clientes. Era la forma de poder trabajar en los reportajes fotográficos y diarios de viaje. Voy a terminar creyendo que los que me llaman el ¡¡¡ viajero tecnológico ¡¡¡ llevan razón, porque quienes se acuerdan de mi principalmente es por el uso del Gps y del ordenador.

Hemos visitados la tribu "Yagua", donde esta vez le ha tocado a Carmen participar en los bailes típicos del poblado y además pintada la cara con los signos de mujer casada, para que no ¡¡¡ hubiese malentendidos !!!.

Por la tarde un chamán nos ha explicado los grandes beneficios de las hierbas del Amazonas para temas curativos, destacando las magníficas cualidades del "Ayahuasca", un alucinógeno que ayuda a mantener un cuerpo y una mente limpia. Después hemos cambiado e poblado y nos han enseñado como utilizan la caña de azúcar y la forma ancestral que todavía usan para extraer su zumo. Por ultimo el río Amazonas nos ha obsequiado con una preciosa puesta de sol, que hemos disfrutado mucho principalmente porque a esa hora ya bajaba la agobiante temperatura y humedad.

Después de cenar, en la más absoluta oscuridad y dejándonos ir con la corriente, hemos disfrutado de absoiluta tranquilidad acompañada de una sinfonía de sonidos, sólo rota por el gran susto que nos hemos llevado al darnos de frente con un pescador local que aprovechaba la mejor hora para obtener las mejores piezas del río.

Veremos como dormimos hoy en el curioso habitáculo que tenemos al estilo de una cabina bajo una gran estructura de madera y techo de hojas de palmera, con mosquitera y baño, perfectamente aislada de mosquitos pero que a su vez deja circular el aire, para soportar mejor el calor. Hoy nos hemos tenido que duchar 3 veces para refrescarnos un poco y poder aguantar.

Esta noche ha llovido durante al menos 1 y 1/2 horas y al parecer de forma diferente. Para nosotros los de fuera, la lluvia ha sido torrencial, mientras que los de aquí decían que había sido una simple llovizna. Será que están un poco sordos y no se han enterados de los rayos, relámpagos y truenos, pero pensábamos que íbamos a tener que salir de la habitación en canoa.

En cualquier caso, hemos dormido bastante bien y hay que reconocer que el logde cumplía todos los requisitos de un palacio en mitad de la selva. Un lugar muy agradable, con unos empleados encantadores y con una comida muy buena. Más no se puede pedir en el salvaje entorno en el que estamos.

Nos han levantado muy temprano y hemos salido a buscar a los delfines rosados, una colonia de curiosos mamíferos adaptados al agua dulce y que si bien en mi visita anterior los pude ver aunque de muy lejos, esta vez ni han aparecido, por lo que después de llamarlos de mil formas y durante bastante rato nos hemos tenido que marchar a otra actividad.

Caminando con botas de goma por la cantidad de barro existente, hemos realizado una caminata para acercarnos a los árboles gigantes, en donde he podido comprobar la diferencia que hay entre la estación lluviosa y seca. La siguiente fotografía muestra 2 situaciones diferentes en un mismo lugar. La del año pasado y la de hoy:

A continuación y en barca hemos llegado a el lodge llamado "Tamboyanayaca", donde después de comer, hemos iniciado el retorno a Iquitos.

La cena ha sido la culminación de nuestra visita a el Amazonas, para lo cual, hemos comido: tortuga, caimán y un roedor grande con cierto parecido al cuy. Una bonita visita que a Carmen le ha encantado a pesar de sufrir el terrible y húmedo calor, que te llevaba todo el día con la ropa empapada.

Mañana volaremos de vuelta a Lima, para seguido coger un autobús nocturno con destino a Huaraz y a la llamada "Suiza peruana", donde reside el mayor monte del país, el Huascarán.

Día dedicado a viajar, en el que cambiamos la selva y el río Amazonas por la alta montaña de Huaraz, con unas horas de estancia en Lima esperando la hora de salida del autobús nocturno de " Cruz del Sur ".

Nada especial que contar y mejor así, porque cuando se tiene que contar algo en días dedicados a viajar, generalmente suele estar relacionado con retrasos o algún otro contratiempo.

Lo que si merece la pena comentar es la gran calidad de los servicios de esta compañía de autobuses, con unos terminales de salida llamados "terrapuertos" que en nada envidian a los aeropuertos de este país.

En estos momentos en los que estoy escribiendo el diario, estamos esperando para montarnos en un coche cama, en el que espero dormir tan bien como lo hice cuando viajé con esta misma compañía de Rosario a Mar de la Plata en Argentina.

La única forma de viajar a Huaraz y volver a Lima, con unos precios razonables y con cierta comodidad es en este servicio nocturno de autobús.

Después de una noche en carretera en la que no hemos dormido mucho porque el piso estaba en muy mal estado e íbamos continuamente dando saltos, hemos llegado a las 6:30 H. de la mañana a Huaraz. Pues bien, ávidos de ver esta zona, y después de dejar el equipaje en el " Hotel Valencia ", a las 9:00 H. salíamos en nuestra primera excursión al Parque Nacional Huascarán y concretamente a ver el lago Llanganuco, situado bajo un glaciar de la imponente montaña.

Cuando llegábamos ha empezado a llover lo que nos ha impedido ver las crestas del Huascarán. Por un camino de cabras hemos circulado en un vehículo durante más de 1 hora subiendo a 3.800 m. y divisando sólo la parte baja de los glaciares en los que todavía se recoge el hielo a mano, para bajarlo a la ciudad y utilizarlo en los "raspados" granizados con sabor a diferentes frutas.

Mientras observaba los glaciares me he acordado de un programa de televisión divulgativo sobre el Huascarán (6768 m.) en el que había visto: primero como subían a 5.000 m. de altitud, segundo como extraían los bloques del glaciar y tercero como los transportaban hasta la carretera. En aquel momento me pareció inhumano, porque la ambientación parecía demostrar que Perú vivía todavía en el siglo pasado y que este tipo de trabajo era lo único posible en la zona. Nada más lejos de la realidad. Este es un valle muy fértil con ciudades importantes que cuentan con más cajeros automáticos que muchas de nuestro país. Y si se realizan estos duros trabajos es porque están muy bien remunerados. Si deseas tomar un buen granizado lo tienes que pagar y muy bien, cosa que me parece normal.

El tema es que frecuentemente se recibe falsa información por parte de organismos que tienen una mal ganada credibilidad, que te hace tomar conciencia errónea de situaciones, que cuando las conoces realmente te acuerdas de como ha sido engañado una vez más. Así que ¡¡¡ ojo con muchos de los programas que vemos que lo que pretenden es impactar en el telespectador sin mostrar todas las caras de esa realidad !!!

Después hemos visitado Yungay, tristemente conocido porque en 1970 un desplome de 1.000x800 m. de hielo y roca desde la cima del Huascarán, sepultó este pueblo matando en total más de 25.000 personas y en el que aún hoy en día no es posible construir porque el suelo continúa asentándose y hundiéndose por falta de firmeza.

Mañana continuaremos visitando la zona con la esperanza de que mejore el tiempo y podamos ver la multitud de glaciares que hay, ya que después del Himalaya esta es la cordillera más alta de nuestro planeta.

El calificativo para el día de hoy podría ser el de ¡¡¡ pesado hasta decir basta !!!. La visita al yacimiento de Chavín de Huántar se ha convertido en un maratón de autobús por caminos inhóspitos, superando los 4.500 m. de altitud y una duración de 8 horas entre ida vuelta a Huaraz.

A ello, hay que añadir un guía de los ¡¡¡ auténticos !!!. Una larguísima chapa a la que nos ha sometido el Sr. David, que creo que no se ha olvidado de nada. Empezando por la cultura Chavín, pasando por los Incas, los conquistadores españoles, los dinosaurios, terremotos, religiones, ecosistemas, volcanes, economía que según ha dicho no éramos quienes para analizarla, etc, y llegando a decirnos que no quería dispersarse.

Para reforzar el día ha estado lloviendo e incluso granizando en los momentos clave, es decir, cuando estábamos en mitad del campo y no había donde meterse.

Todo ello para ver un yacimiento arqueológico muy poco llamativo. Tal vez la cultura Chavín haya sido muy importante en épocas preincas, pero lo que queda de ella y sus vestigios no llaman la atención.

Esperemos que no se repita este día y aunque mañana también tendremos nuestra paliza de coche por zonas de los Andes, esperamos que el "Nevado de Pastoruri" nos guste más que lo de hoy, que no es muy difícil. La naturaleza siempre supera a los yacimientos y estamos seguros que la disfrutaremos, sólo nos queda tener un poco de ayuda por parte del tiempo para ver el Huascarán completo.

Parece que el tema de la altura ya lo tenemos superado. Hoy hemos subido al nevado de Pastoruri que tiene una altitud de 5.400 m. y no hemos tenido ningún tipo de problema. Eso sí, masticando hojas de coca por primera vez, ya que su horroroso sabor te incita a masticarlas sólo cuando es estrictamente necesario.

A pesar de que cuando nos acercábamos al pequeño glaciar el tiempo estaba malo y nevaba, a la hora de subir se ha despejado y hemos disfrutado de una cómoda subida, porque íbamos cumpliendo con todos los requisitos de: lentitud en el caminar, masticar las hojas de coca y respirar adecuadamente, inspirando por las fosas nasales y exhalando el aire por la boca. Con todos estos cuidados hemos superado sin novedad los 5.000 m. que pienso que era lo destacable de la subida, junto a un entorno de picos nevados preciosos en el horizonte. El nevado de Pastoruri en sí, tiene muy poco que destacar para nosotros acostumbrados a la nieve de los Pirineos y de los Alpes con sus grandes glaciares. Éste es muy pequeño y cada año retrocede 20 m. por lo que se espera que en unos 8 años haya desaparecido. Sin embargo, para la gente de aquí poco acostumbrada a la nieve, es toda una hazaña tocarla, la cual incluso se la comían, por lo que les hemos tenido que avisar de los riesgos de calenturas en la boca.

De regreso bajando, hemos visto como un joven peruano caía al suelo totalmente mareado y vomitando debido al "soroche", y sin embargo una señora también peruana y de nuestra edad, subía casi corriendo con una gran ligereza, si bien después nos ha dicho que había nacido en la sierra y que eso se notaba.

Un bonito trekking que ha servido para marcar la mayor altura a la que hemos caminado hasta la fecha.

Después de una noche prácticamente sin dormir, gracias no sabemos bien a quien, si a una discoteca o un baile en la Plaza de Armas, pero en cualquier caso el ruido porque no se podía llamar música, ha terminado a las 4:30 h. de la madrugada y a las 6:00 h. ya nos hemos levantado para ir al Cañón del Pato.

Así que con ¡¡¡ buen cuerpo !!! hemos salido de Huaraz en un espléndida mañana dirigiéndonos hacia el norte y que nos ha permitido divisar por primera vez la Cordillera Blanca en la que destacaba las cimas nevadas del Huascarán y del Huandoy.

Hoy hemos ido con un matrimonio de París y el había nacido en La Martinica, por lo que hemos estado recordando anécdotas, sus preciosas playas, la curiosa forma de pescar que tienen y la peculiar gastronomía con su riquísimo "pollo a el bucanero". El coche lo conducía un chófer llamado Armando, muy dicharachero y bromista hasta que en el Cañón del Pato en una de las paradas que hemos hecho, un camión le ha rayado toda la puerta trasera, lo que ha hecho que tuvieran una discusión entre ambos conductores terminando en una denuncia ante la policía por parte de Armando, lo que le ha hecho decaer un poco su buen humor.

La curiosidad del Cañón del Pato aparte de su profundidad, es su estrechez que llega a no tener más de 7 metros entre las paredes, cosa muy normal en los cañones, pero la característica de éste es que las paredes de un lado pertenecen a la "Cordillera Negra" y la otra a la "Cordillera Blanca", con varios picos que sobrepasan los 6.000 m. de altitud.

De regreso hemos parado a comer un plato que sólo se prepara los días festivos y en el que teníamos mucho interés, el "Pachamanca", una olla que se hace en la tierra con múltiples ingredientes de cordero, pollo, cerdo, maíz, camote, etc., admite todo lo que se quiere echar. No nos ha gustado mucho porque todo era seco y sin nada de caldo.

Mañana último día en Huaraz, iremos a "Honcopampa" con una caminata hasta la cascada de Yuracyacu, con lo que culminaremos nuestra visita al llamado "Callejón de Huaylas".

A primera hora de la mañana, hemos realizado una pequeña visita por Huaraz, subiendo a un mirador con una bonita vista de la ciudad. Armando, el mismo chófer de ayer nos ha llevado a los principales puntos de interés, que no eran muchos y a unos mercados autóctonos donde se podía apreciar la oferta de muchos productos que no conocíamos.

A continuación y con un tiempo bastante nublado hemos subido a Honcopampa, un pequeño yacimiento chavín del periodo preinca, donde hay enterrados algunos importantes jefes de este pueblo. Después hemos ascendido a una bonita cascada bastante caudalosa procedente de los deshielos de los nevados de la Cordillera Blanca. Una mañana sin nada especial pero con unos agradables paseos por unos valles cubiertos de césped a 3.700 m. de altura.

Para culminar nuestra estancia en esta región hemos comido cuy, pero nos ha gustado mucho menos que el que saboreamos en Arequipa.

En estos momentos estamos esperando a que salga el autobús que durante la noche nos llevará hasta Lima, para pasar nuestro último día en Perú.

Con una puntualidad casi japonesa hemos llegado a las 6:00 h. de la mañana con el autobús de " Cruz del Sur " a Lima. Un comodísimo viaje en unos asientos en los que prácticamente puedes dormir toda la noche y equivalentes a la clase Business de los aviones.

Esta vez he optado por el hostel que estuve el año pasado llamado " The Inka Lounge", mejor situado, más amables y bastante más barato, que el que utilizamos hace unos días. Además he tenido la agradabilísima sorpresa que todos los empleados se acordaban de mis visitas anteriores y hemos estado conversando un buen rato sobre mis viajes.

Como era muy pronto, hemos salido a desayunar y Carmen ha encontrado en un periódico un artículo sobre las cercanas ruinas de Pachacámac y de una ruta gastronómica en la que destacaba un restaurante típico llamado "La Familia". A pesar de que yo ya tenía referencia de este yacimiento y como era de tipo huaca no me mostraba ningún interés, he accedido a ir porque a Carmen creo que más que las ruinas lo que quería era ser capaz de dar con el restaurante, cosa que desde luego no ha sido nada fácil.

Como era un poco tarde y Pachacámac está a unos 30 Km. de Lima, hemos cogido un taxi que por un módico precio ha tardado más de una hora entre llegar al pueblo y encontrarlo, después de preguntar a media docena de personas.

La comida ha estado bien, yo he comido el famoso "cebiche" y Carmen la "Huatia de res", un típico guiso de carne con yuca. Después nos hemos acercado a las "ruinas de Pachacámac" y se ha corroborado la sensación que yo ya tenía acerca de las "huacas". Centros sagrados incas que datan de 15xx con construcciones de adobe y tierra/arena, con muy poco interés para nosotros.

La vuelta la hemos realizado integrados en la vida cotidiana limeña cogiendo dos microbuses colectivos, en los que continuamente subían y bajaban pasajeros, con frenazos, bocinazos, arranques violentos y circulando, con la sensación que deben tener los astronautas cuando despegan de la tierra. Esos momentos en los que la masa de agua de nuestro cuerpo tarda unas milésimas en acomodarse a los cambios de velocidad.

Un curioso día para terminar nuestra estancia en Perú, que ha tenido sus buenos momentos y que hemos vivido como unos más de los ciudadanos corrientes de Lima, que desde luego no son los del barrio de Miraflores donde nos hospedamos y en el que veíamos hoy mismo pasar una comitiva en la que iba la presidenta de Argentina.

Mañana por la mañana volaremos a Madrid, finalizando esta primera etapa de viajes correspondientes a este año 2010.

La buena impresión que saqué en mi anterior visita a Perú, motivo por el que he repetido mi viaje a este país, ya que quería que mi esposa Carmen lo disfrutara también, no ha sido del todo satisfactorio. Este año hemos ido 2 meses antes y se ha notado en la meteorología, porque todavía estábamos en época de lluvias en algunas zonas, lo que ha producido desastres naturales que han afectado de forma decisiva y principalmente en Cuzco y Machu Picchu, el cual hasta el próximo mes de abril permanecerá cerrado. Son necesarias reparaciones en las vías de tren para poder acceder a "Aguas Calientes", punto desde el cual se sube al famoso yacimiento arqueológico.

Haciendo un resumen de los destinos que visitamos, podríamos calificarlos de la siguiente manera.

En Arequipa, la principal excursión al "Cañón del Colca" para avistar a los cóndores, resultó negativa, puesto que la climatología hizo que sólo un par de aves salieran y además a una gran distancia. Aí lo dispusieron las corrientes térmicas de ese día necesarias para que estos ejemplares, las aves más grandes del mundo puedan volar.

El "Lago Titicaca" nos obsequió con bonitos días y preciosas puestas de sol, disfrutando de una estancia con una familia local que nos permitió acercarnos un poco a la vida tradicional en sus islas artificiales de los uros y en las islas naturales de Amantiní y Taquile.

Cuzco y Machu Picchu, todavía estaban bajos los efectos de las riadas que se habían vuelto a repetir un par de días antes de llegar nosotros, ocasionando la pérdida de muchas casas y campos de cultivo y encontrándonos con imágenes de muchos indígenas viviendo en tiendas de campaña. Igualmente y como consecuencia de falta de visitantes, una ciudad de Cuzco inactiva ante su dependencia de un turismo que buscando Machu Picchu no se acercó y ha preferido esperar a que lo abran de nuevo.

Iquitos y el río Amazonas, ha sido posiblemente la mejor parte del viaje a Perú, aunque también no tan esplendoroso como la visita del año pasado. En esta época el Amazonas todavía no había empezado a crecer por lo que muchos de los lugares a los que fui en canoa, esta vez lo hemos hecho andando.

Por último, Huaraz con sus impresionante "Cordillera Blanca", tampoco nos ha brindado una climatología adecuada, ya que de los 5 días que hemos estado recorriendo el "Callejón de Huaylas", sólo durante un rato pudimos ver las cimas nevadas del Huascarán y Huandoy, el resto de días las nubes cubrían los nevados y cimas.

Así que después de todo lo expuesto me permito una recomendación: no ir a Perú en febrero/marzo y hacerlo en otras épocas como por ejemlo en mayo/junio, porque se disfruta muchísimo más y se tiene más garantizada la climatología.