Itinerario realizado por el país visitando los siguientes lugares de interés:
Antananarivo
- Parque Nac. Ankarafantsika -
Antsohihi -
Reserva Forestal L'Ankárana -
Diego Suarez - Antsiranana -
Parque Nac. Montagne D'Ambre / Ramena -
Tres Bahías: Salakava, Pidgeon y Dunas -
Tsingy Rouge / Ambanja -
Anfiki / Nosi Be -
Tana / Antsirabe -
Parque Nac. Ranomafana -
Fianarantsoa / Parque Nac. de L'Isalo -
Ranohira / Toliara -
Morondava -
Tsingy de Beramaha -
Le Grand Tsingy -
Le Petit Tsingy -
Reserva Forestal de Kirindi - Avd. de los Baobas / Morondava -
Antananarivo -
Ambohimanga.
RESUMEN
El viaje a Madagascar ha superado nuestras expectativas. Con esto
queremos decir que veníamos con intención de ver principalmente
lémures y lo que la naturaleza le ha dotado, pero la visita
ha sido mucho más. Es una isla muy exigente para el viajero,
por cuanto la infraestructura de carreteras es mala y puedes pasar
muchas horas en los desplazamientos. Así como en otros países
nos hemos adaptado en ocasiones a utilizar el transporte público,
aquí eso es prácticamente imposible, porque te puedes
pasar días enteros de espera en determinadas zonas para conseguir
llegar a tu próximo destino. En nuestro caso que hemos utilizado
un coche con chófer y aviones para los desplazamientos grandes,
también tuvimos que organizar las rutas teniendo en cuenta
las fechas en las que había vuelos. No es sencillo viajar
por Madagascar si previamente no has estudiado bien las rutas.
Como los precios que se pagan en Madagascar son muy bajos, nuestra
recomendación es gastar el dinero en el tema de los desplazamientos,
porque ya hemos encontrado gente bastante desilusionada que después
de 2 semanas en la isla, sólo conocían la carretera
y poco más. Pero teniendo en cuenta este tema, la visita
es realmente apasionante. Nosotros hemos realizado 3 rutas y sin
querer en el orden perfecto.
Primero ha sido la ruta hacia el norte de la isla, en la que hemos
visitado los Parques Naciones de "Ankarafantsika" y "Ankarana",
ambos con avistamiento de lémures y cañones preciosos,
entre los que destaca "Ankarokaroka". Durante este primer
trayecto de varios días y muchas horas de coche, comenzamos
a vislumbrar lo que es Madagascar en sí, pueblecitos muy
pequeños de apenas unas casas de estrechos troncos o cañas
y niños bañándose en los ríos sin ninguna
obligación de ir a la escuela. Diego Suárez con sus
"3 bahías" y después la isla de "Nosy
Be" ocuparon esta primera etapa.
Volvimos en avión de Nosy Be a "Tana", donde comenzamos
la 2ª etapa por la N7 con dirección al suroeste. El
paisaje y la gente cambió mucho en su aspecto. Mucha pobreza
con niños en la carretera mendigando y bonitos paisajes de
terrazas de arroz. Este era otro Madagascar que nos gustaba menos,
hasta que llegamos al Parque Nacional de L'Isalo, que nos encantó
con sus cañones y piscinas naturales y en el que tuvimos
la suerte de coincidir con una gran familia de lémures "kata"
en su propio ambiente.
El calor conforme nos acercábamos a la costa de nuevo volvía
y constantemente exclamábamos en malagasy ¡¡¡
mafana be !!! que viene a decir ¡¡¡ joder que
calorazo !!! en nuestra jerga. Un avión, nos colocó
en "Morondava" del que habíamos leído que
no tenía nada de especial pero que sin embargo a nosotros
nos encantó. Desde donde estábamos " Toiliara"
no había carretera por la costa y la mejor forma de llegar
era volar.
Aquí comenzamos la 3ª etapa, quizá la mejor,
porque a pesar de su gran dureza, con tramos de varias horas en
4W4 por caminos impracticables, las imágenes que tuvimos
eran impresionantes. Cruzar los ríos "Tsiribihina"
y "Manambolo" rodeados de nativos, algunos con las caras
pintadas como ornamentación, han sido experiencias que no
olvidaremos nunca. Llegamos al Parque Nacional "Tsingy de Bemaraha"
donde nos dedicamos durante un par de días a escalar y andar
entre piedras afiladas a 40º de temperatura más la alta
humedad, bebiendo hasta 5 litros de agua en unas horas que a su
vez habíamos tenido que cargar durante los recorridos. Y
como colofón a la vuelta a "Morondava" un atardecer
entre los 302 baobabs de la zona, algo único que sólo
lo puedes hacer aquí.
En definitiva, un viaje muy exigente en el que se requiere una
buena forma física, una gran adaptación al medio,
pérdida de comodidad y que como contrapartida te da sensaciones
y experiencias increíbles de vivir en realidad lo que creíamos
eran escenas de películas ya un tanto antiguas: moler grano
a base de golpear en grandes morteros, lavar en los ríos,
mercados de cebúes, etc., etc., etc. |