Itinerario realizado por el país visitando los siguientes lugares de interés:
Lima -
Iquitos -
Río Amazonas / Sinchicui -Iquitos -
Tarapoto -
Huacamaillo / Ahuashiyacu
- Chachapoyas -
Catarata de Gocta -
Fortaleza de Kuélap -
Cajamarca / Trujillo -
Lima -
Arequipa -
Chivay -
Cañón de Colca -
Puno / Lago Titicaca -
Isla de Uros / Amantani -
Taquile / Lago Titicaca / Puno -
Pukara / La Raya / Raqchi / Andahuaylillas / Cuzco
- Aguas Calientes -
Machu Picchu -
Lima . RESUMEN
Mi visita a Perú la considero como otra de las grandes experiencias
de mi viaje por los distintos países de nuestro planeta.
Aunque no he podido terminar de ver las zonas de Huaraz con sus
magníficos paisajes montañosos, la costa noroeste
de Mancora llena de playas, y Puerto Maldonado con su parte selvática.
No obstante, creo que me he hecho una idea de la diversidad de
culturas y formas de vida que componen Perú, junto a los
diferentes entornos y paisajes, en los que la selva amazónica
y los Andes representan impresionantes puntos geográficos
dotados por la naturaleza.
Comencé por Iquitos visitando el río Amazonas y debo
decir, que aunque nunca había tenido especial interés
en conocer este río ni la selva, realmente me ha encantado
experimentar la forma de vida que se desarrolla en torno a este
majestuoso y venerado río, en el que diversas tribus indígenas
viven al son de sus crecidas y épocas secas perfectamente
adaptadas, y en el que las canoas de tronco vaciado son un elemento
imprescindible para trasladarse y pescar.
Mi posterior visita a Tarapotos y Chachapoyas como un peruano más,
me hizo ver la riqueza y amabilidad de esta gente y como es capaz
de subsistir feliz con un mínimo de recursos. Aquí
me ha tocado vivir una durísima huelga de protesta indígena
contra el gobierno, que aún dura al día de hoy y que
se ha complicado hasta el punto de que se está preparando
a nivel nacional acciones de apoyo a los indígenas. Conseguí
salir gracias a la ayuda de la familia Jiménez que me acogieron
en un trepidante viaje por las montañas de los Andes, con
un ¡¡¡ subidón de adrenalina !!! que me
duró las 20 horas de viaje que duró la travesía
hasta Trujillo. A esta familia agradezco de todo corazón
como me salvaron el viaje, incluido a Carlos hijo de Doris, que
me impresionó por su pericia al volante y forma de conducir
por los estrechos, tortuosos y peligrosos caminos de la alta sierra
andina. Con ellos aprendí a degustar el cuy, roedor parecido
al hámster considerado un plato típico de Perú.
Ya en la parte sur, Arequipa y el cañón de Colca
fue otra bonita experiencia, donde ya tuve relaciones con integrantes
del grupo en el que iba y donde el contacto humano tuvo también
su aspecto positivo.
Mi breve estancia en el lago Titicaca fue una parte especial del
viaje, en la que pude participar de forma directa en la vida diaria
de los pobladores de las islas. La visita a las curiosísimas
islas flotantes de los uros, la simpática relación
con los paisanos: Javier, Ludi, Aitane y Diego, un peruano afincado
en Barcelona y con quien coincidiría posteriormente en Machu
Picchu, más la estancia en la isla Amantani con la familia
de acogida en la que Marisa la nieta, fue nuestra anfitriona, fueron
los 3 aspectos más importantes y de los que mejor recuerdo
tengo.
Por último, Cuzco y Machu Picchu. Éste es otro Perú,
el del turismo masivo y donde abundan: las agencias de viaje con
pocos escrúpulos, los hoteles malos y caros, y donde te sientes
timado constantemente. En definitiva, donde hay que tener mucho
cuidado. No suele ser mi estilo dar consejos, porque no todos somos
iguales ni nos gustan las mismas cosas, pero creo que después
de visto lo sucedido aquí, se debe decir lo siguiente:
- 2 días son suficientes para ir desde Cuzco a Machu Picchu,
pasando y visitando el Valle Sagrado y volver. Cosa que yo no conseguí
hacerlo y después me reconocieron en la agencia que sí
hubiese sido posible.
- El itinerario que yo haría si volviera, sería:
salir por la mañana temprano bien en un coche alquilado,
cosa factible por precio o que una agencia se lo haga, o también
negociar con un taxi porque son muy baratos, una excursión
de mañana y parte de la tarde por los puntos interesantes
del Valle Sagrado: Pisac, Calca, etc. terminando en Ollantaytambo.
- En esta ciudad coger el tren de " Peru
Rail " que en
hora y media ó 2 h te deja en Aguas Calientes, donde está
lleno de hoteles para pasar la noche. También se puede llevar
reservado desde Cuzco.
- Levantarse muy temprano y subir andando oen los primeros autobuses
que suben en media hora a Machu Picchu.
- Decidir si se quiere subir a Waina Picchu y sobre todo, ¡¡¡
no perderse el amanecer !!! con las nubes elevándose desde
el fondo del valle y pasar el resto de la mañana visitando
la ciudadela, sacando muchísimas fotos, porque salen bien
hasta sin querer..
- Bajar al mediodía a Aguas Calientes para comer un cuy,
si no te importa que sea un roedor.
- Coger el tren de vuelta a Ollantaytambo, a poder ser de los económicos
como por ejemplo el llamado Backspace, que una de sus salidas es
a las 14 h y después un taxi a poder ser compartido hasta
Cuzco, empleándose 3 h y media de viaje en total. Los precios
son más que razonables y habrás conseguido el mejor
y más rápido camino para disfrutar de este maravilloso
entorno sin cabrearte, ni sentirte manejado.
Al margen de todo esto, Machu Picchu me ha parecido realmente extraordinario
por su espectacular naturaleza, la belleza de la ciudadela encajada
en este entorno y por la influencia que el sol ejerce en todo el
sitio.
Y por último, la cantidad de fotos y las muchas horas de
trabajo que me han llevado los reportajes de este país, son
una muestra de que tenía mucho que ofrecer.
Con todo esto no me cabe duda que volveré de nuevo a Perú.
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